Ahí está, sentado de brazos cruzados, con los pies estirados, mirando el televisor. En la pantalla aparece él, como invitado junto a Fito Páez, en su primera aparición pública desde el accidente. “Fito”, susurra apenas con una sonrisa, como hablando consigo mismo, sin dejar de mirar la pantalla. “Subió, agarró la guitarra, se puso a cantar ‘Track Track’. Se acordaba la letra, los acordes, todo. Yo no me acordaba nada”, confiesa Páez, que sobre el escenario parece sorprenderse cuando su amigo canta versos que sin dudas hablan de su convalecencia: “No se pasa el tiempo, al menos para mí/ Ya tomé pastillas y sigo sin dormir”. Un poco antes, cuando en esa misma pantalla aparecen su mujer y sus hijos en un breve video familiar, lo observa con el rostro totalmente inmóvil. Ya no tiene su máscara sonriente, ahora hay atención y seriedad. Cuando termina, apenas si alcanza a decir, con una desgarradora serenidad: “¿Podés ponerlo otra vez desde el comienzo?”. Pero es en su primera aparición sentado ante ese televisor que muestra su vida, apenas después de los títulos, que se define la esencia de Herbert de perto, el emocionante documental de Roberto Berliner y Pedro Bronz. “Creo que si sucediese una tragedia y tuviese que empezar desde cero, volvería a conseguir todo de nuevo”, asegura desde la pantalla un joven Herbert Vianna, líder de Os Paralamas do Sucesso, desde el mejor momento de su carrera musical. Y el Herbert actual, milagroso sobreviviente de un terrible accidente que casi le quitó todo en la vida, lo mira con una sonrisa. “Desvaría”, murmura mientras escucha su yo juvenil. Y finalmente agrega, aparentemente divertido: “Estoy un poco perplejo. Ese tonto no sabe de lo que está hablando”.

“Básicamente, el film es eso: Herbert volviendo a ver su vida, sus recuerdos y la ausencia de ellos”, explica Roberto Berliner, amigo del líder de los Paralamas desde los comienzos de ambos. Al punto que se casaron casi al mismo tiempo y sus mujeres se hicieron grandes amigas. “Registré muchos momentos de nuestras vidas”, cuenta. “Todo eso está en Herbert de perto. Siempre pensé que ese material serviría, pero no imaginaba que de esta manera. Porque todo se transformó luego del accidente, ninguno de nosotros fue el mismo, fue un golpe en la cara que nos dio el mundo.”

Ya ha pasado una década desde la tarde en que Herbert Vianna viajaba con su mujer Lucy en el ultraliviano que solía pilotear, cuando un golpe de viento lanzó el vehículo contra el mar. Lucy falleció inmediatamente y Herbert estuvo en un coma del que salió casi milagrosamente. Como no podía ser de otra manera, Herbert de perto es un documental atravesado por esa tragedia, pero que no se puede terminar de narrar sin contar quién es su protagonista, el papel que juega la música en su vida, sus compañeros de banda, los integrantes de su familia. De alguna manera, es la única reescritura posible de la historia de Os Paralamas –un relato que Berliner ya narró en tres documentales encomendados por la banda–, desde bien cerca (de ahí el título) de su líder, que ha quedado confinado a una silla de ruedas y con problemas de memoria. “Cuando Herbert comenzó su recuperación, pensé que todo lo que había filmado podría ayudarlo. Y cuando pensé en hacer un documental, supe que debía editar el material y luego mostrárselo, construyendo todo a partir de eso.”

Resulta particularmente emotivo el recuerdo de Dado Villa Lobos, guitarrista de Legao Urbana y testigo presencial del accidente. Y son mágicos los momentos documentales de archivo, como el salto a la popularidad del primer Rock in Rio del ’85, o su conquista del mercado argentino. Una sorprendente perla es la escena en que Herbert y Charly pelean por la mezcla final del tema “Por quase un segundo”, de su disco Bora Bora (1988). El fan Herbert quiere dejar el piano de su ídolo, y Charly quiere sacarlo, porque piensa que “todo ese piru-piru” molesta cuando él canta. “No estamos en condiciones de discutirlo ahora”, dice Herbert, mientras Charly mira fijamente a cámara, como anunciando que la filmación se terminó.

Emotivo y cercano, Herbert de perto no resulta invasivo. Berliner cuenta que el gran ausente –además de los pequeños hijos de Herbert y Lucy, que sólo aparecen en las escenas íntimas pero no son entrevistados– es el hermano menor de Herbert, Helder, el más cercano, y aún siente la experiencia demasiado traumática. Sin embargo, para el que debería ser más traumático es para el propio Herbert, que se mueve por lo que queda de su mundo como si fuese realmente un sobreviviente. Recuerda cosas dolorosas con precisión y claridad conmovedoras. Como si fuese realmente verdad lo que dice Fito Páez al presentarlo en esa primera aparición sobre un escenario luego de la tragedia: “Tienen al sol, al viento, las montañas y el mar. Pero otra de las fuerzas de la naturaleza es brasileña y se llama Herbert Vianna”.