El jefe del bloque del Frente Progresista, Raúl Lamberto, se trenzó en una discusión a los gritos en el hall de la Legislatura con su colega del Frente para la Victoria (Por Santa Fe), Alberto Monti, por un pedido de informes que éste y el presidente de su bancada, Jorge Lagna habían presentado un rato antes para saber la situación de la designada secretaria de Derechos Humanos de la provincia, Rosa Acosta, en seis causas judiciales abiertas en Rosario. Lamberto no pudo contener su enojo por que proyecto había sido anunciado en la comisión de Labor Parlamentaria. "¡Es una chicana, un golpe bajo!", disparó el socialista.

El primer cruce se produjo en el recinto, cuando el duo Monti-Lagna presentó el pedido de informes sin comentarios políticos. Lamberto se quejó por la movida que interpretó como un desafío a los acuerdos parlamentarios. Sin embargo, Lagna revindicó su derecho a pedir informes sobre la funcionaria recientemente designada.

Unos minutos más tarde, ya en el hall de la Legislatura, Monti volvió a chicanear a Lamberto. "No te calentés, Pato", le dijo en el tono futbolero que suele utilizar dentro y fuera de la Cámara.

-¡Mellizo, mellizo! -le gritó Lamberto.

Monti se hizo el sorprendido. Pero Lamberto le refescó la memoria: "¿O vos no te acordás de la causa (del ex vicegobernador Antonio) Vanrell?".

- Si, yo lo denuncié. Ustedes tienen que hacer lo mismo -le contestó el justicialista Monti.

A medida que la discusión subía de tono y las caras se acercaban, otros legisladores intentaban apaciguar el incidente.

- ¡Vos sos parte de la vieja política! ¡Esto es una chicana política! -volvió a cargar Lamberto

- Si nosotros hubiéramos puesto un solo funcionario con una sola causa, ustedes hubieran hecho un escándalo -se defendió Monti.

- ¡Callate, vos sos parte de la vieja política! ¡Esta es una chicana! ¡Un golpe bajo! -se indignó Lamberto.

Los diputados Gerardo Rico (Frente para la Victoria) y Sergio Liberatti, que presenciaron la escena lograron calmar a sus colegas y alejarlos. Mientras dos periodistas se convertían en mudos testigos del incidente parlamentario.