El suspendido juez federal de Reconquista tuvo dos días difíciles la semana pasada, en el arranque del juicio oral, en Capital Federal. El jurado de Enjuiciamiento de Magistrados de la Nación estuvo presidido por la ministra Elena Highton de Nolasco, como integrante de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. "No voy a declarar, por sugerencia de mis abogados", dijo Eduardo Fariz, con voz temblorosa, a poco de iniciado, sin bigotes y con un poco más de kilos que la última vez que se lo observó en el juzgado reconquistense. "Les agradezco, porque es la primera oportunidad que tengo para que me escuchen", acotó, aunque no pocos de los presentes recordaron que fue él quien nunca quiso declarar.

La estrategia de la defensa de Fariz trató de modo insistente en desviar la atención del tribunal, pero siempre la doctora Higton puso las cosas en su justo término. En su determinación de mantener el orden, no hizo lugar a varias de las preguntas que hacían los abogados Pablo Jacoby u Oscar Luis Vignale, recordado por ser el defensor del ex secretario privado de Carlos Menem, Ramón Hernández. Algunos de los testigos propuestos por la defensa -en especial periodistas de Reconquista o de Villa Ocampo, la ciudad del ex senador nacional menemista Jorge Massat, donde Fariz desarrolló actividades antes de asumir en el cargo, en 1997- le apuntaron, casi siempre, al titular del gremio judicial nacional, Julio Piumatto, por el hecho de haberlo denunciado al magistrado, pero los testimonios no tuvieron mayor relevancia por la falta de contundencia.

El subsecretario de Derechos Humanos de la provincia, Domingo Pochettino, habló durante una hora y media en el marco de la primera jornada del juicio. Su testimonio -que ya tuvo repercusión en la prensa- fue seguido con atención por el tribunal, en especial cuando dio detalles sobre el "temor" a represalias de parte de los empleados del Juzgado Federal, por lo cual tuvo que brindarle seguridad a cada uno de ellos.

El funcionario santafesino ratificó cada una de sus denuncias, que giraron en torno a las irregularidades por la muerte del agente Claudio Capdevila, quien apareciera muerto a principios de agosto, después de ser un hombre clave en un operativo antidrogas en el Departamento San Cristóbal y un día después de la libertad otorgada al narco Aldo Ferrero. Otra de sus presentaciones fue por el manejo vergonzoso de la lista de conjueces, favoreciendo siempre a un pequeño número de abogados de Reconquista. Pochettino no dudó en cuestionar a Fariz delante de su propia cara.

El segundo día del juicio fue un golpe fuerte para el juez. Patricia Sellarés, la ex secretaria del Juzgado Federal -quien inicialmente lo denunció por acoso laboral y se tuvo que ir de su trabajo- ratificó en detalle cada una de las situaciones que le tocaron vivir y contó con nombre y apellido las fluídas relaciones del magistrado con el grupo de abogados que siempre se vieron beneficiados con resoluciones de Fariz.

Uno de los testimonios que se siguió con más atención fue el de Juan Acuña, quien presta funciones de Ordenanza en el Juzgado Federal, desde su creación. Dijo que hasta el 2001 el trato de Fariz con los empleados "era bueno", pero que luego empezó a cambiar. "Manipulaba a los empleados para que se enemisten entre sí, una situación de la que, pasado el tiempo, pudimos darnos cuenta", afirmó. Reveló que "llevaba sobres cerrados" a los estudios jurídicos de Vicente Guido Ferullo y Francisco Peralta y que lo hacía "salir por un lugar para que no lo vean los empleados". Contó además que "servía café todos los días" y que "siempre los encontraba a los doctores Peralta, Carlos Barrillis y al fiscal Cristóbal Cavanagh". Relató que antes de declarar en la Comisión de Acusación fue convocado por Fariz para "pedirle auxilio" y que no lo comprometiera más aún. Contó también "no tuvo actos de violencia hacia su persona pero si actitudes violentas".

En tanto, Mariana Schimanski -también empleada del juzgado- dijo que el trato con Fariz "era bueno" hasta que empezaron a darse cuenta de que "se entrometía en la vida privada de cada uno". Cuando le preguntaron por irregularidades en causas específicas, como por ejemplo la número 276/01, en la que ordenó la destrucción de cigarrillos de contrabando, recordó que fue "en una feria, sin haber estado aforados y verificados" y quien lo dispuso fue el abogado Peralta, que estaba de juez subrogante. También tuvo que responder sobre medidas de detención y secuestros de equipos de una FM, ordenados por Fariz. Schimanski dijo que el juez adoptó tales medidas porque el denunciante era "su amigo" y el patrocinante era Peralta. La empleada judicial también detalló todas las veces que Peralta asumió como juez subrogante o como fiscal subrogante.

En la reanudación del juicio, hoy a partir de las 8, están citados a declarar Andrea Ingaramo de Ramseyer, Andrea Fun, Alicia Gelcich, Bruno Zanel, el ex comisario Alfredo De Felix y Eduardo Fiz. Son considerados clave Andrea Ingaramo -actual funcionaria judicial en el Juzgado Federal de Reconquista- y esposa de un alto directivo de la empresa Friar SA, que se viera beneficiada por Fariz, como así también el policía De Félix, ex jefe de Toxicología de la Policía de Santa Fe durante una parte del primer gobierno de Carlos Reutemann (PJ) y actualmente colaborador del cuestionado abogado reconquistense Ricardo Degoumois.