Domingo, 6 de junio de 2010 | Hoy
SANTA FE › HACE TRES MESES FUE ASESINADA EN RAFAELA SILVIA SUPPO, UNA TESTIGO CLAVE EN CAUSAS POR TERRORISMO DE ESTADO EN SANTA FE. LOS INDICIOS APUNTAN A UN CRIMEN DESPUéS DE UN ASALTO, PERO LAS PRUEBAS NO PARECEN SóLIDAS.
El juez que investiga la causa apunta ahora a conocer qué remis llevó a los confesos asesinos de Silvia, a la terminal de ómnibus de Rafaela. También el magistrado quiere saber de un video de seguridad que los responsables de esa estación dicen que entregaron a la policía. Y, finalmente, investiga llamadas intimidatorias a miembros de la familia.
Por Juan Carlos Tizziani
Desde Santa Fe
A dos meses del asesinato de Silvia Suppo, el juez que tramita la causa, Alejandro Mognaschi (Instrucción Nº 2), ordenó una serie de pruebas que pidió la querella que patrocina a los hijos de la víctima, Marina y Andrés Destéfani. Una de las medidas apunta a individualizar al chofer de un remís que transportó a los dos lavacoches que se atribuyeron el homicidio, Rodrigo Sosa, de 18 años y su primo, Rodolfo Cóceres de 22, hasta la Terminal de Omnibus de Rafaela, el 29 de marzo a la siesta, pocas horas después del crimen. La segunda intenta localizar un video que la empresa concesionaria de la Terminal afirmó por escrito haber entregado "a personal de investigaciones" de la Policía, para lo cual el juez cual citó a declarar mañana, a las 8.30, en Tribunales, al responsable de la concesión, Carlos Cassinerio y al apoderado, Hernán Gunzinger. Y la tercera indaga sobre el origen de dos llamadas telefónicas intimidatorias que la novia de Andrés recibió desde el hotel Plaza Ben Hur, la última: el jueves a la noche. El viernes, funcionarios del juzgado y la fiscal Cristina Fortunato, se constituyeron en el hotel para el secuestros de libros y registros que permitan identificar al autor de las llamadas y lo mismo ocurrió después en la empresa de remises La Nueva, adonde la hermana de Sosa admitió haber llamado el 29 de marzo para pedir un auto que llevara a su hermano y a su primo hasta la terminal de colectivos y después "en su testimonio judicial identificó como VW Polo blanco conducido por "un hombre de baja estatura y pelado".
La semana pasada, los abogados querellantes Lucila Puyol y Guillermo Munné habían solicitado una batería de pruebas, entre ellas una nueva autopsia del cadáver de Suppo en el Cuerpo Médico Forense del Poder Judicial de la Nación. El juez Mognaschi hizo lugar a los petitorios. Pero también dispuso otras medidas para que el Ceride Santa Fe haga los estudios de ADN del material biológico que peritos de Gendarmería Nacional recuperaron en las armas homicidas y en la escena del crimen "cuatro filamentos piloso en la remera de Silvia y en el pantalón de uno de los imputados y los compare con muestras de sangre extraídas a Sosa y Cóceres.
* ¿Quién es el remisero? La querella había solicitado al juez el "secuestro de libros y registro de remises, horarios de trabajo y todo otro documento de interés para la causa" en la empresa La Nueva, donde la hermana de Sosa dijo haber llamado el día del crimen para que un auto llevara a su hermano y a su primo hasta la Terminal de Omnibus de Rafaela. "Yo llamé a Remises La Nueva con el teléfono celular de mi papá. Luego de unos minutos vino el remís y ellos se fueron" "relató Mariana Sosa. El doctor Mognaschi le preguntó si podía identificar el vehículo. "Era un auto blanco, no sabría especificar bien el modelo, pero era uno de tipo VW Polo", contestó.
¿Y quién lo conducía? -insistió el juez.
-Un hombre, de baja estatura y pelado- afirmó la hermana de Sosa.
El juez dispuso entonces el secuestro de documental en La Nueva porque el responsable de la firma informó que era "imposible determinar la identidad del remisero que pudo prestar el servicio a los imputados Cóceres y Sosa, ya que no contamos con registros referentes a la identidad de los pasajeros que utilizan nuestros móviles".
La investigación apunta al viaje de la fuga, desde la casa de los Sosa hasta la Terminal de Omnibus. Pero en realidad, los imputados abordaron dos remises después del crimen. El primero, cuando salieron del negocio de Silvia Suppo, tras el ataque que la dejó agonizante. Lo confesó Cóceres en la sede policial. "Caminamos una cuadra y doblamos dos hasta la remisería. Y ahí, mi primo le dio la dirección para que nos lleve (a su casa en el barrio) Villa Podio". Pero en el trayecto, "mi primo le dice (al remisero) que parara. Yo no conozco bien esa parte (de la ciudad). Nos bajamos del remís. Nos sacamos la ropa y a medida que íbamos caminando mi primo tira el cuchillo de él y a los cinco metros yo tiro mi cuchillo. Mi primo se sacó la ropa, la hizo un bollito y tira la ropa en un maizal, pero la ropa no estaba sucia. Nos sacamos la ropa por las dudas que alguien nos hubiera visto con esa ropa", relató Cóceres. "Y de ahí, nos vamos a la casa de mi tía, (la madre de Sosa), donde habremos llegado a las once u once y media de la mañana aproximadamente. Después, nos quedamos un rato ahí. Tomamos unos mates. Y a las dos y media llamamos a un remís para que nos llevara a la terminal de ómnibus A las tres, tomamos el colectivo a Santa Fe", donde llegaron alrededor de las cinco de la tarde.
Le preguntaron a Cóceres qué "empresa de remises habían utilizado para ir desde la casa de su primo a esta la terminal de ómnibus de Rafaela, que número de móvil era y su conductor". Contestó que no lo sabía. "No sé quién lo llamó porque yo estaba en el baño cuando lo llamaron. No recuerdo que auto era y no le presté atención al remisero. Sólo recuerdo que era un hombre, sin lentes y el auto era grande como un Polo, color blanco", dijo Cóceres.
Sosa no declaró ante la Policía y en la indagatoria judicial nadie le preguntó sobre los viajes en remises. Pero sí a la concubina de Cóceres, Marcela Cóceres, de 18 años, que tiene el mismo apellido de su pareja. "Ellos llegaron a eso de la una de la tarde y pidieron que le llamemos un remís en seguida porque se querían ir a Santa Fe", dijo Marcela. Y ratificó que fue Mariana Sosa la que pidió por teléfono el vehículo de alquiler. "Fuimos a comprar una tarjeta de teléfono para mi tío y llamó a un remís y la prima de mi marido, Mariana Sosa, los acompañó hasta la terminal en un remís de color blanco", dijo Marcela. Y más adelante agregó: "Mi prima me contó que después, en la terminal, estaban muy nerviosos".
En su testimonio ante la justicia, el 6 de abril, Marcela Cóceres ya no dijo lo mismo. "La hermana de Sosa les pidió un remís y se habrán ido a eso de las 14, se que agarraron el colectivo de las 15", afirmó. Ya no dijo que la hermana de Sosa había acompañado a los dos viajeros hasta la terminal de ómnibus, pero tampoco se lo preguntaron.
El 23 de abril, Mariana Sosa, declaró ante el juez. "Cuando ellos volvieron a mi casa me pidieron que llamara un remís. Yo no tenía idea lo que había pasado ni para qué era el remís, ni tampoco cómo llegaron a mi casa. Yo llamé a Remises La Nueva con el teléfono celular de mi papá. Luego de unos minutos vino ese remís y ellos dos se fueron en ese remís. Era un auto blanco (") del tipo VW Polo" y el conductor "un hombre de baja estatura y pelado", dijo Mariana Sosa, a quien tampoco le preguntaron si era cierto lo que había dicho Marcela Cóceres, que ella había acompañado a su hermano Rodrigo Sosa y a Rodolfo Cóceres hasta la Terminal de Omnibus.
* ¿Dónde está el video? La querella pidió al juez Mognaschi que el jefe de la Unidad Regional V, comisario Juan José Mondino o su segundo, Leandro Amaya, informen si "el 29 de marzo, la concesionaria Nueva Terminal de Rafaela entregó a personal de investigaciones, archivos de imágenes de video almacenadas en su sistema de monitoreo y en su caso, dónde se encuentran" y "si fueron aportados a la causa". El magistrado hizo lugar, ofició a la cúpula policial de Rafaela para saber "si tiene registro fílmico de la Terminal de Omnibus". Pero también citó a declarar al responsable de la empresa concesionaria, contador Carlos Cassinerio y al apoderado, Hernán Gunzinger para mañana, a las 8.30, en su despacho en Tribunales. Y deberán concurrir "con documental que acredite el pedido y la entrega del video".
Los interrogantes sobre el video se plantearon a partir de una respuesta de la propia concesionaria. El juez había preguntado en qué ómnibus habían viajado Cóceres y Sosa a Santa Fe después del asesinato de Silvia Suppo, el 29 de marzo, si tenían "registros" de sus documentos de identidad, "si podían reconocerlos" o "cualquier otro dato que pudieran aportar". La Nueva Terminal informó que si Cóceres y Sosa viajaron a Santa Fe, lo tienen que haber hecho "en la empresa Ruta 70 que tiene los servicios de El Cóndor y San Cristóbal, con frecuencias diarias" a la capital de la provincia. Que "no cuentan con registro de compra de boletos" a través de documentos de identidad y tampoco tenían "conocimiento físico de esas personas para poder reconocerlas".
"Sí, la Nueva Terminal cuenta con un sistema de monitoreo a través de cámaras IP, el cual está a cargo de la empresa Wiltel, y como así también almacenamiento de imágenes. Estos archivos fueron entregados a personal policial de investigaciones, para el proceso de los mismos", informó Cassinerio.
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