Es probable que, con el tiempo, el número de asistentes al show realizado en Sportivo América vaya creciendo consistentemente. Es que, como suele ocurrir con esos acontecimientos que cobran valor de clásicos, la noche del 23 de octubre de 1994 Litto Nebbia llegó al salón del club de calle Tucumán acompañado por los notables César Franov en bajo y Norberto Minichillo en batería. Un show imprevisto, impredecible, único. Un show que, durante quince años, quedó resguardado en manos de Gerardo Muñoz, que un buen día se encontró con Nebbia y delegó el registro en video de aquella aparición del trío. Masterización mediante, el concierto se ganó derecho a disco y, a partir de la conceptualización que Nebbia hace del arte, fue cedido a la Editorial Municipal de Rosario, que acaba de editar "Un día", la placa que permite empaparse de lo ocurrido aquella noche de octubre, la que da los elementos suficientes para creer, y hacer creer, que se estuvo allí.

Desde la gráfica misma de "Un día" Nebbia se ocupa de poner en contexto al asunto. Pero no es una contextualización histórico musical la que propone el compositor, sino más bien un registro de los sentimientos que lo atravesaban por aquellos días: Recientemente divorciado (situación que, explicitada, resignifica la presencia de "No importa la razón" o "Cuando yo me transforme"), y a un año de la muerte de su madre, Litto había pasado un buen tiempo en Brasil tocando con Victor Biglione y Ze Renato, y llegaba a Rosario para brindar "un show imprevisto".

"Fuimos a hacer ese show en Sportivo, avisándole el día anterior a Minichillo, ya que él en ese momento vino de cambio, no era el batero estable de ese trío. El estable creo que era Horacio López, pero no sé qué inconveniente había tenido", trata de recordar Nebbia, desde Mendoza, en su entrevista con Rosario/12. "Claro que con Norberto había un feeling y entendimiento, habíamos grabado muchos discos y bandas sonoras con él. Inclusive con César y Minichillo hicimos en el 86 aquella gira de 17 conciertos por Rusia. Pero el entendimiento venía más por lo que hablábamos de música durante las giras".

Tratar de encasillar a "Un día" dentro de un único género sería una torpeza. Porque si bien el jazz tiene una presencia marcada (más como plataforma desde la cual disparar improvisaciones que como género estrictamente), el disco va transitando entre canciones, ofreciendo referencias al folclore argentino, pequeños fraseos tangueros (y pienso en el solo de Franov en "César en Rosario"), el bossa de "El peruanito". -¿El entendimiento evidente entre ustedes tenía que ver, además del feeling, con compartir un bagaje musical similar?

A todos nos gustaba Miles Davis y Frank Zappa pero Minichillo adoraba, igual que yo, el tango y Jobim. Con Franov a veces nos pasábamos un par de horas tranquilas hablando de Stravinski. En síntesis, cuando hacíamos esos toques nunca pensamos que estábamos tocando jazz, tocábamos Música y aparecían los colores posibles de que disponíamos acorde a nuestros gustos y a nuestra capacidad técnica. Si uno atiende la session, no hay un solo rasgo que tenga que ver con el jazz propiamente dicho.

Es cierto. Los tradicionalistas del género no encontrarán referencias jazzeras explícitas. Sí es posible regocijarse con la envidiable versatilidad de Minichillo, con ese virtuosismo que Franov transmite sin voluptuosidad.

De hecho, para el propio autor resultó una grata sorpresa reencontrarse con aquello: "Cuando Gerardo me dio ese videito lo puse un día en casa tranquilo y me sorprendí. Me había olvidado que hacíamos esas cosas en vivo (y hago actualmente) sencillamente porque en mis discos de estudio no están esas improvisaciones. Recién ahora estamos publicando muchas cosas donde improviso. Me emocionó ver el video y también cómo estaba tocado, entonces un día lo llevé a Melopea y le dije a Mario Sobrino, nuestro técnico histórico, `bajate el audio de este DVD y tratemos de pasterizarlo`. Así nació "Un día", e inmediatamente se me ocurrió que era un álbum que tenía que poner al servicio de alguien, de gente que pueda estar en nuestra inquietud artística. Ahí entonces se lo dí a Diego (Giordano) para la Editorial Municipal de Rosario. Los pequeños sellos dedicados a salvaguardar la buena música debieran cooperar entre sí y ofrecerse y regalarse cosas. Este es el camino de protección al arte para mí".