Martes, 4 de diciembre de 2012 | Hoy
SANTA FE › "ES UNA GRAN COMPAñERA, QUE DURANTE ESTE AñO PUSO MUCHO DE LO SUYO", DIJO BONFATTI
Mengarelli se llevó los aplausos más cerrados y, al final,
rodeada de saludos y abrazos, no pudo contener el llanto.
"Todas las despedidas duelen, pero ya voy a volver", prometió.
Por Juan Carlos Tizziani
Desde Santa Fe
El segundo recambio en el gabinete tuvo un tono nostálgico. El gobernador Antonio Bonfatti tomó el juramento a la nueva ministra de Educación, Claudia Balagué ("bienvenida al gobierno", le dijo) y despidió con elogios y un regalo a la renunciante, Letizia Mengarelli. "Una gran compañera" -la llamó y le agradeció el "maravilloso gesto" de haber desempeñado el cargo hasta ayer. Bonfatti había dicho que Mengarelli se iba por "razones personales", pero ayer aclaró que hace cuatro meses le pidió "dar un paso al costado" por un "problema de salud". El le sugirió que se quedara hasta fin de año. "Faltó un par de semanas, pero como se dijeron tantas barbaridades, decidí adelantar el acto", aclaró. Mengarelli se llevó los aplausos más cerrados y, al final, rodeada de saludos y abrazos, no pudo contener el llanto. "Todas las despedidas duelen. Necesito un tiempo de recuperación, pero ya voy a volver, donde me toque", prometió. Balagué deslizó que podría integrar su equipo de asesores, junto con la ex ministra Elida Rasino.
El gobierno repitió su clásico: el salón Blanco de la Casa Gris repleto y desbordante de funcionarios y militantes socialistas que aplaudieron y mucho el debut de Balagué y la despedida de Mengarelli. En el aplausómetro, ganó la ministra saliente.
"Este es un gobierno de postas", le dijo Bonfatti a Balagué. "Sabemos que cada ministro es una locomotora de un gran equipo que debe tener una gran dedicación. De las 24 horas del día, hay que dedicarse 25 horas", le recomendó.
Según Bonfatti, la nueva ministra tendrá que "escuchar mucho a la sociedad", "a los gremios docentes" y a los 72 mil maestros que "son los artífices fundamentales para llevar adelante las políticas" educativas. "En una época de tanta turbulencia, más que pensar en los cambios curriculares que siempre son tan necesarios, es necesario formar niños y jóvenes con actitudes responsables, de respeto, que se involucren en las cuestiones sociales", le pidió.
"Quiero despedir también a una gran compañera, que durante este año puso mucho de lo suyo", dijo Bonfatti. "Letizia participó en el anterior equipo durante cuatro años. Hace cuatro meses me pidió dar un paso al costado por razones personales, pero yo le pedí llegar a fin de año. Esto significó un gran esfuerzo para ella porque conozco su situación personal. Le agradezco entonces este maravilloso gesto que tuvo de continuar hasta fin de año. Nos faltó un par de semanas, pero como trascendió el nombre y escuché tantas barbaridades de dimes y diretes que precipitamos los tiempos para hacer este acto".
Alguien le acercó una caja y Bonfatti abrió su regalo a Mengarelli: una miniatura del Centro Cívico. "Es la casa donde trabajó, para que se la lleve de recuerdo por su labor en el gobierno". A la despedida, siguió una ovación.
Mengarelli ya tenía los ojos húmedos. Después, del acto se fomaron dos líneas de saludos: una rodeaba a Balagué y la otra a Mengarelli. La sucesión de abrazos y palabras de aliento la quebraron hasta el desconsuelo. "El Ministerio de Educación requiere de una energía y una cantidad de horas de trabajo que en este momento yo no estoy en condiciones de dar", admitió unos minutos después. "De modo que hace un tiempo le pedí al gobernador la posibilidad de que alguien continúe el proyecto en mi lugar. El me dijo que una respuesta era la del gobernador y otra la del ser humano y considero necesario que yo me quedara este tiempo".
-Le tocó un último tramo complicado, con muchos conflictos -le planteó una colega.
-No hay ningún día que no sea complicado en Educación. Cuando hay un millón de personas que transitan las escuelas, todos los días son un desafío. Estos son episodios intrascendentes en relación con la cantidad de cosas que hemos hecho. Han quedado próximos en el tiempo, pero de ninguna manera han motivado mi renuncia -contestó Mengarelli. Quedó claro que se fue por su "problema de salud", más que por la parodia en la escuela de Los Amores o el conflicto en las escuelas técnicas.
"Me voy conforme con mi trabajo y con el equipo. Hemos transitados cinco años arduos y difíciles. Los días no dejarán de ser difíciles en el Ministerio de Educación, pero queda un equipo muy consolidado que sabe lo que hace y lo que tiene que hacer".
-Se la ve muy afectada. ¿Se va por razones de salud porque sino no se iría?
Sí, por supuesto. Afectada, porque toda esta gente ha sido parte de mi vida cotidiana durante muchas horas y durante mucho tiempo. Es una despedida y como todas las despedidas, duelen, pero después queda lo que hemos hecho -dijo Mengarelli, con voz quebrada. "Necesito un tiempo de recuperación".
Balagué deslizó que Mengarelli podría integrar su gabinete de asesores, junto con la ex ministra Rasino: "Lo evaluaremos con ella".
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