[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

Tras permanecer una semana prófugo, ayer se entregó a la Justicia el joven acusado por el homicidio de Matías Ratari, perpetrado en la puerta del edificio de Cochabamba 329, en un presunto intento de robo. Lucas Emanuel Fernández festejaba sus cumpleaños número 23, en la casa de su novia, la noche que terminó con la vida del muchacho. Según dijo días antes de entregarse, tal como transmitió su abogado Marcos Cella, "disparó en defensa de un tercero", que es su madre. La mujer, junto con un grupito de chicos, bajaba del departamento cuando -según los dichos de Fernández- fue tomada del cuello y apuntada con un arma, por dos chicos que llegaron en moto. Ayer, se puso a disposición del fiscal Rafael Coria, quien está en reemplazo de Marisol Fabbro; y se prevé la imputación para hoy o mañana, por el delito de "homicidio agravado por el uso de arma de fuego". La defensa sostiene que se trató de un hecho de legítima defensa.

Tras someterse a los análisis de rutina, Fernández quedó detenido en la comisaría 10ª, a la espera de la audiencia en la que tendrá oportunidad de dar su versión del hecho, ante un juez. Es que días atrás, en estado de prófugo, habló con el diario La Capital: "A mi madre la tenían del cuello: era ella o ellos; por eso tiré para ahuyentarlos", relató. El disparó, efectuado desde el balcón del tercer piso del edificio, le dio en la clavícula a Ratari, y terminó con su vida minutos después.

Desde el Ministerio Público de la Acusación (MPA) indicaron que la audiencia imputativa será solicitada para los próximos días, ya que el fiscal espera el resultado de dos pericias que podrían arrojar elementos de evidencia para llevarle al juez.

La noche del viernes 15 de abril, Fernández decidió festejar su cumpleaños en el departamento de su novia Carina C., de 37, a quien había conocido hace poco más de un mes. Alrededor de las 5 de la madrugada, su madre, su tía y tres amigos bajaron para que Carina les abriera la puerta, porque ya habían pedido un taxi. El joven se quedó arriba, cuando escuchó gritos y se asomó por el balcón. Según sus dichos, su madre estaba siendo atacada y el directamente sacó el arma y tiró.

Al día siguiente, el hecho se conoció como una pelea entre los dos cómplices que intentaron robar a los invitados al cumpleaños, y que uno de ellos le disparó a otro.

Sin embargo, con el correr de las horas, la fiscal Fabbro recibió el informe preliminar de autopsia que daba cuenta que el disparo provino desde arriba, entró por la clavícula y atravesó el cuerpo de Ratari hasta alojarse en la parte baja de la espalda.

El acusado alegó en una entrevista, desde la clandestinidad, que compró el arma porque le robaron "muchas veces". Dijo que trabajaba con su padre en un taller de bobinados, que es músico de cumbia, y no tiene antecedentes penales. Su abogado aseguró que "varios testigos darán cuenta de que Ratari y el amigo estaban armados". El letrado basará su defensa en demostrar que Fernández actuó "en defensa de un tercero" y que "no fue más que un robo calificado (por parte del fallecido y su compañero), que terminó con esta situación".