Miércoles, 27 de abril de 2016 | Hoy
CIUDAD › EL FALSO POLICíA REVELó LA FALTA DE CONTROLES
La detención de un joven disfrazado de policía en la cancha de Newell`s Old Boys, el domingo pasado, puso en evidencia una falta de control administrativo en la policía y la historia de una familia humilde. Es que el muchacho de 19 años se hacía pasar por un agente de la fuerza desde hacía más de un año, para no romper la ilusión de su madre. Ayer, quedó imputado por el delito de "usurpación de cargo", y recuperó la libertad, aunque deberá presentarse cada 15 días en la Oficina de Gestión Judicial.
En 2014, Leonardo Matías B. era estudiante del Instituto de Seguridad Pública (ISEP), cuando le diagnosticaron epilepsia. Según pudo saber este diario, directamente "le pidieron la baja", por lo que no pudo seguir cursando. El joven, proveniente de una familia de condición humilde, se había anotado en la carrera policial por la ilusión de su madre: como el abuelo del chico había sido policía, la mujer quería que su hijo siguiera esos pasos.
Por eso, cuando dejó de cursar, Leonardo no le dijo nada a su familia y salió todos los días de su casa a la misma hora, pero esta vez para ir a la biblioteca, donde estudiaba con el material que le habían dado en el ISEP. Incluso, cuando llegó la fecha del acto de colación de la que sería su promoción, logró convencer a su madre con una excusa, para que no fuera.
Tras ello, juntó plata hasta que pudo comprarse el uniforme, porque había pasado tiempo de su supuesta graduación, y la madre le preguntaba por qué aún no trabajaba. Pero no le alcanzó para todo: él mismo fabricó un chaleco antibalas, relleno de hojas de revistas; y se compró una réplica de 9 milímetros.
Uniformado, se presentó a la policía, dio un número que fue anotado por personal administrativo y pidió ser convocado para cumplir horas extras. Al parecer aportó datos de otro agente, en licencia. De hecho, recibió las comunicaciones para presentarse, pero nunca cobró. Sí logró ganar unos pesos haciendo adicionales en un mercado de barrio, donde se presentaba con el chaleco antibalas mencionado.
En ese contexto, el domingo llegó al estadio Marcelo Bielsa, cuando se jugó el clásico de la ciudad, y se presentó a trabajar en la puerta 8. Allí, le solicitaron su placa y el arma reglamentaria, y fue cuando se descubrió la maniobra.
El hecho, dejó expuesto un problema de control administrativo en la fuerza, desde donde indicaron que se está investigando la situación irregular. De hecho, el suceso generó malestar en agentes de la policía, que no podían entender cómo pudo pasar. Trascendidos indicaron que en la fuerza hay un agente que está en licencia y que ésa podría haber sido su coartada. Sin embargo, desde el área contable no se encontraba el número aportado por el acusado, por lo que nunca cobró.
Ayer, el fiscal Sebastián Narvaja imputó a B. y permitió que quedara en libertad con restricciones, tal como acordó con el defensor público Diego Villar.
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