Jueves, 28 de septiembre de 2006 | Hoy
Fue ayer luego de la marcha que encabezaron en la capital provincial para exigir la aparición con vida del testigo Jorge López. Advirtieron a los funcionarios por las amenazas.
Las Madres de Plaza de Mayo encabezaron ayer una marcha multitudinaria para exigir la aparición con vida del testigo que desapareció dos veces, Jorge Julio López. Ellas con sus pañuelos blancos ingresaron por primera vez en 30 años a la Casa Gris, donde advirtieron al ministro de Gobierno, Roberto Rosúa, y al secretario de Derechos Humanos, Domingo Pochettino, que la "amenaza vil de esta semana no es un hecho aislado". El lunes, la Casa de Derechos Humanos fue bombardeada con un volante amenazador: "Julio López, desaparecido 30.001 ¿Quién será el 30.002?". Ellas denunciaron también que el Cuartel de Bomberos Zapadores, se convirtió en un alojamiento vip para los represores presos. "Es vox populi que entran y salen cuando quieren. En realidad, no sólo no tienen cárcel común, sino que no tienen cárcel efectiva. Tienen una serie de libertades y esto que sabemos nosotros lo tendrían que saber ellos también", reveló Milagros Demiryi, del Movimiento Ecunémico de Derechos Humanos. Rosúa se comprometió a iniciar una investigación interna.
La marcha se inició en la plaza del Soldado a media mañana y pasó por el Cuartel de Bomberos, donde hay detenidos tres represores. Alguien se asomó a una ventana del piso alto y ensayó un gesto provocador. La respuesta fue inmediata. "¡Porque tenemos memoria, porque tenemos heridas, que vayan a Coronda, los milicos genocidas!", cantaron los manifestantes. La bravata de la ventana también fue comentada por las Madres en la audiencia con Rosúa y Pochettino, quien acompañó a la columna en todo su trayecto, hasta la Casa Gris.
Un gigantesco cartel encabezó la marcha: "Aparición con vida de Julio López". Y detrás los pañuelos blancos. Una manifestación compacta y plural a la que se sumaron legisladores Alicia Gutiérrez y Antonio Riestra (ARI) y Raúl Lamberto (PS), concejales Noelia Chimentin (ARI), Marta Fassino, Carlos Pereira (UCR), sindicalistas de la CTA, ATE, Amsafé, Asociación Bancaria y otros gremios y dirigentes barriales. Pero los estudiantes secundarios fueron mayoría.
Ya en la plaza de Mayo, las Madres fueron recibidas por Rosúa y Pochettino en la Casa Gris. A esa hora, el gobernador Jorge Obeid repartía subsidios a escuelas. "Pedimos una entrevista con el señor gobernador para entregarle un petitorio, pero no nos recibió. No estaba", dijo la presidenta de Madres, Celina Koffman, al informar en la tribuna sobre los resultados de la audiencia. "No llegamos al gobernador. Y creemos que ante un hecho de tanta gravedad (como la desaparición de López) que se sabe cuándo empieza pero no cómo termina, desde el gobernador hasta el último de sus funcionarios deberían ponerse al frente de esta cuestión", explicó.
"Y no es pretexto, como nos dijeron, que no ha pasado nada en Santa Fe. En Santa Fe, han pasado cosas y siguen pasando desde que se iniciaron los juicios a los genocidas, como se lo hemos planteado al ministro Rosúa, porque los represores están en cárceles de cinco estrellas o en sus casas y por cualquier dolorcito que tienen, a lo mejor en un dedo, están en sus quintas. Entonces, queremos cárcel de verdad", agregó Koffman.
"La primera línea del pañuelo que llevamos las Madres es un reclamo de 30 años: la aparición con vida de los detenidos desaparecidos. Y hoy, a 30 años, tenemos que seguir con el pañuelo puesto, reclamando por la aparición con vida del compañero López. Que aparezca con vida, es responsabilidad del presidente de la República. Pero es importante la respuesta de la sociedad, porque de nuestra lucha depende que aparezca vivo y se termine con el sistema de secuestros que ya creíamos superado para siempre", insistió Celina.
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