Domingo, 26 de junio de 2016 | Hoy
SANTA FE › UN JOVEN QUE FUE APARTADO DE SUS PADRES, VíCTIMAS DEL TERRORISMO DEL ESTADO
En 2009, un estudio genético reveló que José Luis es el hijo biológico de Rubén Maulín y Luisa Pratto, dos sobrevivientes del terrorismo de Estado. Esta semana, un tribunal federal pudo establecer fehacientemente que fue apartado de sus padres.
Por Juan Carlos Tizziani
Desde Santa Fe.
El certificado dice que nació el 26 de marzo de 1977, a las 10.30, que se llama José Luis Segretín y es hijo de Luis Angel Segretín y de Cecilia Ramona Góngora. La partida es del 6 de abril de 1977 y testimonia que Góngora se presentó ante la oficina del Registro Civil de Reconquista con el certificado de la médica Elsa Nasatsky y lo anotó como hijo propio y de su esposo. En 2009, el estudio genético reveló que José Luis es el hijo biológico de Rubén Maulín y Luisa Pratto, dos sobrevivientes del terrorismo de Estado. Así se descubrió que los papeles eran falsos. El viernes, ante el Tribunal Oral de Santa Fe, Góngora y Nasatsky reconocieron sus firmas al pie de esos documentos truchos en un juicio que investiga el operativo que borró la identidad del recién nacido y lo privó de "vivir con su familia legítima", "de todos sus derechos" y "de su libertad", según la acusación del Ministerio Publico. Las dos se arrepintieron de las viejas firmas. Góngora descargó la culpa en su marido que falleció hace 30 años, en 1986. "Fue el error más grande de mi vida, no voy a aceptar otro porque no lo tengo", le dijo a los jueces. Y Nasatsky se escudó en un extenso relato de desmemoria y conjeturas, que cerró con lágrimas: "Este juicio me arruinó la vida".
El tercer imputado era el ex jefe del centro clandestino que operó en las III Brigada Aérea, Danilo Sambuelli, que falleció a fines de 2014, cuando cumplía una condena a 21 años de prisión por secuestros, torturas y la "violación agravada" de Griselda Pratto, la tía de José Luis.
El debate arrancó con la lectura de las acusaciones y al día siguiente, las dos imputadas ampliaron sus indagatorias. Góngora rompió un silencio de años porque en el trámite de la causa se había negado a declarar y hasta aceptó preguntas del fiscal Martín Suárez Faisal y de los abogados querellantes Lucila Puyol y Guillermo Munné. Nasatsky fue más selectiva, habló ella, le respondió a los jueces José María Escobar Cello, María Ivón Vella y Luciano Lauría y a su defensor Roberto Busser, pero no a la Fiscalía y la querella.
José Luis nació en el sanatorio Reconquista, el 26 de marzo de 1977. Góngora dijo que ella no estaba en la ciudad porque casi un mes antes se había peleado con su esposo. "El intentó matarme", contó. Así que tomó su documento y se volvió a Buenos Aires, a la casa paterna. Su padre era empleado civil de la Fuerza Aérea, al servicio de los jefes que se sucedieron en la Brigada Aérea de El Palomar, entre ellos el ex dictador Basilio Lami Dozo.
Góngora dijo que después del nacimiento, Segretín llamó al padre de ella y la convenció para que volviera a Reconquista a cuidar al bebé. El 6 de abril, el marido le pidió que lo inscribiera en el Registro Civil. "Poné tu documento y el mío y anótalo". Ella lo hizo y firmó la partida como si José Luis fuera hijo del matrimonio.
-¿Por qué lo inscribió usted? -le preguntó Escobar Cello.
-No pregunté. Fui yo y firmé. Cuando volví me di cuenta que hice mal, pero me tenía que callar la boca porque hoy no estaría acá ûrespondió.
Más adelante, la jueza Vella volvió a preguntar sobre este punto, pero Góngora ofreció dos versiones. Primero dijo que Segretín le había dado un sobre de una empresa de colectivos "con el certificado de nacido vivo" que firmó Nasatsky. "Me trajo el sobre y se fue a trabajar" a la Terminal de Reconquista, donde era boletero. Y unos minutos después -ante otra pregunta del fiscal- dijo que no había abierto el sobre.
-¿Qué instrucción recibió?
-Me dijo: "Andate al Registro Civil, poné tu documento y el mío y anótalo".
-¿Usted llevó la libreta de casamiento?
-No.
Escobar Cello pidió que le exhibieran la partida de nacimiento de José Luis que ella había firmado. "¿Reconoce su firma?"
-Sí -contestó Góngora.
-¿Esa documentación que figura allí (el certificado de la vacuna BCG y el análisis de grupo sanguíneo) los llevó usted?
-No miré ese papel- se defendió la mujer.
El fiscal le recordó que antes, ante la pregunta de la jueza Vella, había dicho que adentro del sobre estaba el "certificado de nacido vivo" que firmó Nasatsky. Ahí saltó el defensor oficial Martín Gesino. "Ella no entregó el papel (en el Registro Civil), entregó el sobre".
-Sí le entregué el sobre ûabundó Góngora. El fiscal se fue de la audiencia seguro de que la imputada conocía el contenido de ese sobre.
En varios pasajes de la indagatoria, Góngora descargó el enojo en su marido, a quien llamó "alcoholico". "Me engañó, me mintió. También la médica", dijo. Insistió que en esa pelea que derivó en el escape a Buenos Aires, en febrero de 1977, Segretín había "intentado matarla, me puso un cinto en el cuello". Y con el tiempo, se dio cuenta de otras "porquerías". "Si yo lo hubiera denunciado, no estaría acá en este momento".
Nasatsky se escudó en la desmemoria. Dijo que no se acordaba del caso, así que se ubicó fuera de la escena y comenzó a conjeturar sobre el deber ser. Nunca explicó cómo ocurrieron los hechos, aunque si desmintió las versiones de Luisa y Griselda Pratto. "¿Quién se llevó el bebé?", se preguntó la médica. "Luisa dice que lo llevé yo, eso no es cierto". Y especuló que al niño lo habría sacado Segretín del sanatorio. "Nunca se podían ir del sanatorio la madre sin el hijo, se iban juntos".
-Le tengo que preguntar cómo lo sabe. ¿Son conjeturas? ûle planteó Escobar Cello.
-Si- respondió Nasatsky.
Fue allí cuando el presidente del Tribunal pidió que le exhibieran el certificado de nacido vivo de José Luis. "Si, esa es mi firma", admitió.
Le preguntaron cómo había certificado el nombre de los padres, si había pedido los documentos de identidad. Un rato antes, Góngora había dicho que ella no estaba en Reconquista y se había llevado su DNI. "¿De dónde sacaba la información?", insistió el juez.
-Preguntábamos, salía del interrogatorio que se hacía -respondió Nasatsky. "La madre se habrá registrado como Cecilia Góngora de Segretín, ese el nombre que le dio a la enfermera", dijo. Y se victimizó. "Se me hizo un juicio que arruinó mi vida. Nunca más atendí un parto, dejé de atender en el sanatorio, no pisé él sanatorio desde ese momento (cuando comenzó la investigación judicial). Esta gente me arruinó la vida".
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