Desde Santa Fe

El ministro de Seguridad Pública Maximiliano Pullaro designó esta semana a su tercer jefe de Policía de la provincia de Santa Fe en ocho meses de gestión. En marzo, le había pedido la renuncia al primero, Rafael Grau. Esta semana, le concedió una licencia de quince días al segundo, Luis Bruschi, que ya no volverá al cargo y tendría destino académico. Y nombró al tercero, José Luis Amaya, para un interinato por el mismo período, mientras decide si lo confirma en el cargo o busca a un cuarto. El relevo se produjo en un acto reservado en la sede de la cartera, donde Pullaro transmitió a la plana mayor de la fuerza que "no estaba conforme" con las etapas de Grau y Bruschi, dijo que ante "objetivos" debe haber "resultados" y por lo tanto "nadie está seguro" en el puesto, así que los "cambios" pueden venir "en cualquier momento". Un período de prueba que vale también para Amaya y el subjefe interino, José Pérez, quien estaba al frente de la Unidad Regional V de Rafaela.

Ante una consulta de Rosario/12, fuentes de la Casa Gris desligaron la licencia de Bruschi de la escalada de crímenes en Rosario o una supuesta "pelea" con Pullaro y su versión más edulcorada acerca de presuntas "discrepancias" entre ambos. "No hubo ninguna pelea", dijeron. Pero justificaron el reemplazo en la búsqueda del ministro de un jefe con "perfil operativo", más allá de la buena relación que mantenía con los elegidos.

El recambio de la cúpula de la Policía santafesina se produjo el martes, así que ayer fue el primer día de licencia de Bruschi y el primero del interinato de Amaya. Un acto sin anuncio previo y sin prensa, en el que participaron los integrantes de la plana mayor y los jefes de unidades regionales.

Según las fuentes, Pullaro quiere un jefe de "perfil operativo" para comandar una fuerza de 22 mil agentes. En el gabinete, el ministro no ocultó su molestia con Bruschi porque "no comandó la Policía como él esperaba". "No mostró los dientes", fue la metáfora que se utilizó como ejemplo. Por lo tanto, Pullaro aceptó que se tomara una licencia. Y su idea "es que Bruschi no vuelva al cargo", dijeron las fuentes. Le asignará un destino académico si gana el concurso como director del Instituto de Seguridad Pública de la provincia (ISEP).

Mientras tanto, Amaya se mostró entusiasta en su nuevo cargo. "En lo personal, lo asumo con una satisfacción y un orgullo que es propio de los que nos preparamos en la vieja Escuela de Policía", dijo por Radio Dos. "Uno aspira a estos cargos, pero sabemos que la situación es complicada y difícil. En una cantidad importante de policías, somos pocos los que tenemos la suerte de llegar a este cargo".

"La expectativa que tengo para el futuro, sabemos que es un trabajo arduo y si bien uno es la cara visible de la conducción policial, detrás de cada uno de nosotros hay un equipo de trabajo muy comprometido de hombres y mujeres. Sabemos que la etapa que atraviesa la institución no es la mejor, por el contrario, pero trabajamos mucho para revertir esa imagen día a día", afirmó.

Amaya reflexionó sobre "la inusitada violencia" que desgarra la trama social. "Lo que antes se dirimía a golpes de puño y no es que estuviera bien, hoy se hace con un arma de fuego. Uno advierte el menosprecio a la vida humana, porque robar un celular y quitarle la vida a alguien por eso es inconcebible pero es la realidad".