El intendente de Córdoba, Luis Juez, aseguró que a Víctor Moyano "lo fusilaron... Fusilaron a un pibe que la verdad no sé si era inocente, pero en todo caso esto lo tenía que decir la justicia. Sin embargo la policía de Santa Fe en complicidad con la de Córdoba le pegó dos tiros en la nuca como si fuera un perro y así lo dejaron. Es increíble con el nivel de impunidad con la que actuó la policía santafesina". Por su parte el jefe de Policía de Santa Fe, Gabriel Leegstra, calificó como un hecho "desgraciado" el episodio en el que un oficial de su fuerza mató a un hombre de 33 años en Córdoba durante un allanamiento que hacían en conjunto con la Policía local.

Por este hecho, está detenido, imputado de homicidio calificado, Carlos Blaser, titular de la comisaría de Villa Cañás, de la Unidad Regional 8 del departamento General López de Santa Fe, quien habría sido el autor de los disparos que acabaron con la vida de Víctor Moyano, quien era buscado por la Justicia santafesina por un supuesto robo y privación ilegítima de la libertad.

Juez opinó que "no alcanza con desreponsabilizarse diciendo que el procedimiento se hizo con la orden de un juez. La verdad es que estamos todos consternados porque los policías estaban todos de civil a la madrugada, con armamento, con vehículos sin identificación policial.

Y es la madre la que lo llama porque había personas que querían ingresar a la casa, así que Moyano fue rápido al lugar y entró de contramano por la calle y ahí lo fusilaron".

"Esto habla que en Córdoba -acotó- la policía actúa como si estuviésemos en la última dictadura militar, porque la policía acá hace procedimientos vestidos de civil, con pelo largo a la cintura, con vehículos sin identificar, como si fuera la última dictadura. Lo único que faltan son los Falcon verde. Porque tendrían que haber ido uniformados, con patrulleros, rodear la manzana, y proceder de acuerdo al Código, no como lo hicieron. Es increíble con el nivel de impunidad con la que actuó la policía santafesina", remarcó Juez.

Según Manuel Perlatti, el abogado del imputado Blaser, "hizo un procedimiento normal, un hecho legítimo", porque, a su criterio, actuó "en defensa propia", pero la familia de la víctima insiste en que Moyano no era un delincuente y que no había participado en el hecho del que se le imputa en Santa Fe.

Mientras el comisario Leegtra explicó que "se produjo un hecho desgraciado por el cual un policía nuestro produce una muerte, justamente del individuo que se buscaba". La orden de captura en cuestión la había librado el juez de Instrucción Hugo Perassi, de Venado Tuerto.

Blaser realizó el procedimiento en Cochabamba 2715 de barrio Pueyrredón en conjunto con el oficial subayudante Daniel Happeler, apoyados por cuatro hombres de Robos y Hurtos de la Policía de Córdoba, en un domicilio en el que estaban familiares de Moyano pero no el buscado.

Moyano llegó a bordo de un vehículo hasta el lugar, alertado por su madre, y en esas circunstancias se desató la balacera que acabó con su vida. La versión de los policías es que el joven, al llegar al lugar, habría intentado arrojarles el auto encima.

Las diferencias también se refieren a la vestimenta de los policías, ya que mientras la familia asegura que lucían de civil y sin identificación, se mostraron con chalecos antibalas que, según los denunciantes, se habrían puesto después de sucedida la muerte. Otro elemento de discrepancia se refiere a una pistola hallada supuestamente en el baúl del Duna de Moyano, que según la familia fue "plantada" en el lugar.

Ricardo Moreno, patrocinante de la familia de la víctima, aseguró que "las pruebas demuestran contundentemente la culpabilidad del autor". "Un alto jefe policial manifestó que la víctima quiso embestir con el vehículo al personal policial, pero un sinnúmero de testimonios indican que fue fusilado por los policías", remarcó el abogado. Mariela Moyano, hermana de la víctima, insistió en la supuesta irregularidad del procedimiento. "Cuando vinieron yo les pedí identificación, porque decían que eran policías, pero no me la quisieron dar. Yo empecé a llamar a mi papá y a la Policía, y esta gente me gritaba 'dejá de hacer llamados hija de puta y abrime la puerta'", dijo.