Lunes, 4 de junio de 2007 | Hoy
Es en la causa que investiga la catástrofe hídrica del 2003. La Justicia no los cita "por sobreabundancia de pruebas". El fallo fue apelado ante la Corte Suprema de la provincia.
Por Juan Carlos Tizziani
Tres testigos secretos que pueden complicar a Carlos Reutemann en la causa judicial por la catástrofe del río Salado en 2003 no son citados a declarar en la justicia santafesina a pesar de que los testimonios fueron ofrecidos hace un año bajo identidad reservada. "Si los llaman, Reutemann va a dejar de andar en tractor y dar conferencias desde el campo", ironizó Jorge Castro que se presentó como actor civil en el juicio, junto a su esposa, Milagros Demiryi. Castro fue quien ofreció al juez Jorge Patrizi los relatos de tres santafesinos en escritura pública y en sobre cerrado y lacrado, como parte de una batería de pruebas para sentar a Reutemann en el banquillo. Pero Patrizi rechazó el pedido de indagatoria y el ofrecimiento, por "sobreabundancia de pruebas". El matrimonio apeló ante la Cámara Penal que convalidó el fallo del juez y los obligó a recurrir ante la Corte Suprema de la provincia, con mayoría de amigos de Lole. Si el máximo tribunal de Santa Fe también ratifica la resolución de Patrizi y no lo aparta de la causa, los Castro deberán apelar ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación para que alguna vez, algún tribunal santafesino, escuche a los testigos secretos que acusan a Reutemann.
El intríngulis judicial comenzó el 19 de abril de 2006, cuando Patrizi procesó al ex ministro de Obras Públicas, Edgardo Berli; al ex director de Hidráulica, Ricardo Fratti y al ex intendente de Santa Fe, Marcelo Alvarez, por supuesto "estrago culposo agravado por la muerte de 18 personas". Y exculpó a Reutemann. "Fue el juez quien introdujo al ex gobernador en la causa cuando dijo que no encontraba pruebas suficientes para llamarlo a declarar", recordó Castro. "Un hecho que puso de manifiesto que a diez días del tercer aniversario de la inundación (del 29 de abril de 2003), evidentemente algún tipo de presión política tiene que haber habido porque en aquel momento se hablaba que Reutemann podía ser candidato a vicepresidente de la Nación", agregó.
Tres meses después, en julio de 2006, los Castro le llevaron a Patrizi una batería de seis pruebas, entre ellas los testimonios de tres santafesinos que declararon ante escribano público. Las declaraciones se mantienen bajo identidad reservada porque fueron entregadas en sobre cerrado y lacrado y desde entonces permanecen en secreto.
"También presentamos un video y un audio del 26 de abril de 2003 (tres días antes de la catástrofe) con declaraciones de Reutemann que decía que 'los vecinos del oeste iban a pasar momentos muy duros' y que se iban a producir 'miles de evacuados'", añadió Castro.
"Después de esa presentación, el juez nos contestó que había 'sobreabundancia' de pruebas. El 19 de abril de 2006, el doctor Patrizi dijo que no había pruebas suficientes (para imputar a Reutemann alguna responsabilidad en la catástrofe del Salado) y cuando se las presentamos, afirmó que había una sobreabundancia de pruebas", apuntó.
"Ante esta respuesta, recusamos al juez. La Cámara también rechazó la recusación y ahora apelamos ante la Corte Suprema de Justicia de la provincia. Así que si ese recuso también es rechazado por la Corte nos va obligar a apelar ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación", explicó Castro. Mientras tanto, los testimonios se mantendrán en secreto hasta tanto puedan ser evaluados -algún día- por algún tribunal.
-¿Y el juez Patrizi nunca llamó a declarar a esas tres personas?
-No. Parece que hay que reírse, ¿no? Son los testimonios valiosos de tres ciudadanos de Santa Fe que incriminan directamente a Reutemann. Si toman eso, Reutemann va a dejar de andar en tractor.
-¿Y permanecen en secreto, hasta ahora?
-Nosotros le pedimos al juez Patrizi, y en esto tenemos que ser justos: hasta ahora, ha cumplido, que esa prueba no sea revelada por la seguridad de estas tres personas. Porque una cosa era hacer esa declaración en el año 2006 cuando el senador sonaba como candidato a vicepresidente de la Nación, y otra, si cae en desgracia. Reutemann expresa una forma de gobierno, de hacer política y tiene aduladores que a mi me daría vergüenza tener si soy argentino. Ustedes recordarán que el primero que halagó a Reutemann y lo puso como candidato a presidente fue el embajador de Estados Unidos, (Terence) Toodman, en un viaje que hizo a Puerto Iguazú. De hecho, es un candidato potable para sectores medios y para los que tienen dinero y poder en la Argentina.
-¿Temen por la seguridad de esos testigos?
-Los militantes de los organismos de DD.HH. tenemos la piel curtida, porque nos han amenazado siempre. Pero otra cosa es cuando ciudadanos santafesinos sin experiencia política, sin haber transitado largos caminos de lucha tienen que enfrentar con su testimonios a estos personajes.
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