El fin de semana sangriento con cinco crímenes en apenas 24 horas se llevó ayer a otro jefe de Policía en Santa Fe, el cuarto desde que Jorge Obeid asumió su segundo mandato en la Casa Gris. El gobernador echó al jefe de la Unidad Regional I, comisario Juan Luis Hek, designó en su reemplazo al comisario Juan Faustino Ruiz y anunció un plan de seguridad que prevé patrullajes en zonas rojas, la incorporación de 340 policías novatos que serán carne de cañón si los mandan a la primera línea, la creación de cinco subcomisarías y una partida de 1 millón y medio de pesos para arreglar patrulleros destrozados: los viejos autos Corsas que compró Carlos Reutemann. El operativo podría incluir también razzias y allanamientos masivos para desamar los barrios de extramuros si algún juez firma las órdenes. Una vieja receta para un viejo problema. El estrago social recicla en Santa Fe una crisis de inseguridad que ya obligó a Obeid a nombrar cinco jefes de la Policía capitalina, uno cada ocho meses, y anunciar medidas que después se diluyen en el tiempo. No obstante, el secretario de Gobierno, Walter Gálvez, descartó la convocatoria de la Gendarmería y fuerzas nacionales para militarizar la ciudad. "Acá hay hechos puntuales que ocurren en barrios del borde de la capital, donde hay una situación social también muy tensa y una marginalidad importante. Pero no estamos hablando de una situación de anarquía en la ciudad ni mucho menos", se molestó el funcionario. El cambio del jefe de la Unidad Regional I estaba cantado. El comisario Hek es el mismo que advirtió que Santa Fe era la ciudad más violenta de la provincia, lo que le valió una reprimenda pública de Gálvez. Pero ahora, ante la ola de crímenes, y 56 asesinatos en lo que va del año, nadie discute que Hek tenía razón. Sin embargo, ayer Obeid lo despidió de su cargo y lo reemplazó con el comisario Ruiz, que era segundo jefe en el departamento San Javier. En su segundo mandato, Obeid ya cambió cuatro veces la cúpula de la policía capitalina. Su primer jefe fue el comisario Sergio Blanche, quien se tuvo que ir en medio de un escándalo público. Lo sucedió el comisario Gabriel Leegstra, actual jefe de la Policía de la provincia, que se fue por de otra ola de asaltos. En setiembre de 2005, asumió el comisario Alejandro Forzare, que más tarde pasó a retiro. Y en mayo del año pasado, llegó Hek, que ahora será reemplazado por Ruiz, el quinto jefe de Obeid en La Capital. Los cambios comenzaron a diseñarse el lunes después que el gobernador repasara los títulos de los diarios del fin de semana: cinco homicidios en 24 horas. La serie de crímenes incluyó a dos policías: Mario Santillan que fue ejecutado a sangre fría en el cordón oeste y el cadete Cristian Enciso de 25 años, a quién encontraron muerto el viernes pasado. En menos de 72 horas, la policía perdió a dos de sus hombres.