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1 Central: Broun; Bogino, Ribonetto, Braghieri, Núñez; Danelón, Borzani, Kily González; Ezequiel González; Franzoia, Zelaya. DT: Pablo Sánchez.

1 San Martín (T): Gutiérrez; Noce, Monge, Villavicencio; Marcelo Quinteros, Pérez Castro, Peruggini, Leone, Patricio Pérez; Ibáñez, Turdó. DT: Carlos Roldán.

Goles: PT: 45m Ezequiel González (C). ST: 25m Herrera (SM).

Cambios: PT: 22m Enzo Bruno por Patricio Pérez (SM), 40m Vega por Turdó (SM) y 41m Méndez por Núñez (C). ST: 5m Herrera por Monge (SM), 28m Gómez por Franzoia (C) y 33m Vizcarra por Danelón (C).

Arbitro: Néstor Pittana

Cancha: Central

Incidencias: ST: 20m por lesión Néstor Pittana fue reemplazado por línea Nº1, José Zdonek.

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San Martín la pasó mal en Arroyito. El primero en sufrir fue Patricio Pérez, quien pidió el cambio por una lesión a poco del inicio. Luego el que reclamó por el médico y cedió protagonismo fue Turdó. Ya en el segundo tiempo, pero a los cinco minutos, Monge dijo no va más. La racha física de los tucumanos era llamativa. Como el juego de Central, que de ninguno de estos accidentales episodios logró sacar ventajas deportivas. Así y todo, un golpe de azar en una ejecución de tiro libre de Ezequiel González dejó al canaya en ventaja. Pero a esa adversidad también se sobrepuso la visita, encontrando en una maniobra de Herrera el gol que le dio a los tucumanos un punto más para su promedio.

Como sucediera en los partidos anteriores, ayer lo que fracasó desde el inicio fue la apuesta táctica de Pablo Sánchez. Lo imaginado por Vitamina en ofensiva con Franzoia junto a Zelaya no se concretó en el área de San Martín. Los dos puntas se sienten más cómodos fuera del área que de adentro, y por eso el canaya terminó gravitando cuando Danelón se animó a acercarse a Gutiérrez.

Pero la anemia ofensiva de Central no tuvo un costo alto. Porque los tucumanos dudaban en volcar más esfuerzos en el campo de Central, y más aún en el transcurrir de los minutos, donde primera se bajó por lesión Patricio Pérez y luego Turdó. De igual modo, con esporádicas intervenciones de Peruggini y Leone, la visita arrimaba riesgo, más aún cuando el centro iba hacia Ibáñez.

De igual modo, entre uno y otro equipo lo que dominaban eran sólo intenciones. Porque las emociones en el Gigante se reducían, por entonces, al fervoroso recibimiento que el hincha hizo de su equipo, como si nadie recordara el lugar que el auriazul ocupara en la tabla.

A medida que la visita perdía valores por problemas físicos, en Central el que tomaba más protagonismo era Ezequiel González. Aparecieron los primeros desbordes del Equi, aunque seguían fuera de sintonía Franzoia y Zelaya. Pero la omnipresencia del diez canaya llevó a que el rival se equivocara más, como lo ocurrido en el minuto final, donde Marcelo Quinteros se le tiró a los pies para evitar su ingreso al área. El Equi se hizo cargo del tiro libre, el cual ejecutó con imprecisión, apuntando a la barrera, pero con fortuna suficiente para que la pelota cambie la dirección y descoloque a Gutiérrez. San Martín sacó del medio y Pittana mandó a los equipos al vestuario.

Decidido a definir el partido, para el complemento los dirigidos por Sánchez elevaron su ambición física, parándose todo el equipo más cerca de Gutiérrez. Para mejor, Monge era el tercer jugador tucumano en exigir el cambio por infortunio físico.

Central sumaba acciones a su favor que lo acercaban al necesitado triunfo. Pero uno de los ingresados forzosamente en Tucumán sorprendió a todos: Herrera sacó un excelsa volea desde afuera del área que se clavó en el ángulo izquierdo de Broun y marcó el empate. Obligado, Sánchez metió a Vizcarra y el equipo tuvo la victoria en los pies de Méndez (sacó Gutiérrez) y la cabeza de Zelaya (desviado). Pero el gol no llegó y ahora es el entrenador el que deberá dar explicaciones.