La evolución física de Ezequiel González será, desde esta mañana, la mayor preocupación de Gustavo Alfaro, quien por primera vez desde su llegada al club como entrenador se encuentra en el centro de la diatriba dirigencial. Es que con la derrota ante River renacieron dudas deportivas, las mismas que se prometieron aventar con la culminación del torneo Apertura y la posterior pretemporada. El sábado el canaya visitará a Colón, y en la ocasión la atención no sólo estará puesta en lo que hagan los jugadores.

Es que el disgusto que contagió la actuación del domingo despertó las primeras exclamaciones de reprobación para con el cuerpo técnico, que arrastra, por ahora, números que condenarían a Central al descenso de no enderezarse la racha: 8 puntos obtenidos sobre 36 disputados. Y a eso se le debe añadir las matices del juego ante River, donde Central tuvo todo a favor para ganar, y terminó cediendo los tres puntos, abriendo interrogantes sobre el carácter colectivo del plantel.

A eso, ahora se debe sumar una dolencia física de Ezequiel González, que le impidió completar el compromiso con River, y lo pone en duda para visitar el sábado a Colón. El Equi hoy entrenará en forma diferenciada y será evaluado por el cuerpo médico, aunque los primeros pronósticos anuncian una recuperación favorable.

De igual modo, el bajo rendimiento del domingo obligará a Alfaro a buscar variantes, desde esta mañana en Arroyo Seco, más precisamente en el mediocampo, donde sólo Jesús Méndez estuvo en sintonía a las expectativas. Las continuidades de Gonzalo Choy González y Andrés Franzoia son las principales dudas.

Entre tanto, Alfaro aguarda por la resolución del caso de Leonardo Borzani, a quien no tiene a disposición por no haber renovado contrato. Su situación podría resolver antes del fin de semana.