No fue acompañado por la misma cantidad de espectadores que quince días atrás, pero el paso del Dakar por Rosario volvió a estar marcado por la pasión y la algarabía del público. Muchísima gente se levantó temprano y se apostó sobre la Avenida Circunvalación para contemplar el arribo de los autos, motos, cuatriciclos y camiones que lograron completar la dura competencia. Menos de la mitad de corredores que largaron llegaron a la meta. El operativo de control no tuvo fisuras y no se produjeron situaciones irregulares.

El 2 de enero, casi todos los vehículos que largaron la competencia circularon por Rosario. Venían de la localidad entrerriana de Victoria, donde habían pasado la noche e iban hacia Córdoba para sumergirse de a poco en el norte del país para luego ingresar en territorio chileno. Ayer, en cambio, terminaron la vuelta tras el extenso periplo por el desierto y los camiones inhóspitos.

Los vehículos completaron la última etapa Córdoba-Buenos Aires. A la madrugada comenzaron a salir de la capital cordobesa para completar los 645 kilómetros de enlace y 181 de especial. Desde el inicio de la etapa hasta la localidad bonaerense de General Rojo, a pocos kilómetros de San Nicolás, viajaron bajo las normas de la modalidad enlace, respetando las reglas de tránsito de las rutas argentinas. El especial culminó en el autódromo de Baradero, donde se reconoció a los ganadores de todas las categorías.

Los primeros vehículos, las motos, llegaron a Rosario a las 8.30. Desde la Autopista Rosario-Córdoba tomaron Avenida Circunvalación para desembocar finalmente en la Autopista que conduce a Buenos Aires. La euforia del público se hizo sentir cundo identificaban a los pilotos más conocidos de la prueba. Así, vibraron con el paso del motociclista español Marc Comá y con los tres conductores de autos del equipo Red Bull, el principe Al Attiyah, el español Carlos Sainz y el francés De Villiers. En reposeras, algunos con mate y otros con bebidas frescas aguardaron desde temprano el paso de la competencia. Familias enteras disfrutaron del Mundo Dakar.

Sin embargo, mientras promediaba la mañana, se dio la mayor ovación al divisar el paso del cuatriciclo número 252, el del argentino Alejandro Patronelli, que desde hace unos días tenía asegurado el triunfo en su categoría y venía regulando la marcha en las últimas etapas. Relajado, Patronelli saludó como pudo a todos los espectadores que se agolparon al costado del camino.

El operativo de control fue encabezado por Gendarmería Nacional, fuerza que estuvo acompañada por la Policía Provincial, Defensa Civil, Bomberos, Sies, Guardia Urbana Municipal y la Agencia Provincial de Seguridad Vial. La Dirección de Tránsito prestó colaboración con 5 grúas, 14 motorizados y 3 móviles con sus correspondientes inspectores. Durante el paso de los vehículos se prohibió el estacionamiento en banquinas y la ubicación en puentes peatonales. El trabajo afectó a 800 personas que se encargaron de 11 puestos de control ubicados a lo largo del recorrido.

Teniendo en cuenta que en el primer paso por Rosario la cantidad de espectadores superó todas las expectativas al promediar las 250 mil personas, encargados rosarinos de los controles esperaban la presencia de un número similar. Por esa razón se montó un operativo de grandes características. Sin embargo, estimaciones oficiales indicaron que la cantidad de público fue un 30 por ciento menor al día de la bienvenida. Creen que la disminución de competidores a la mitad, arribaron menos de 200 al final de la prueba, y las altas temperaturas incidieron en la merma. No obstante, las intersecciones de Circunvalación con Pellegrini y Oroño contaron con un marco de público importante.