Domingo, 16 de enero de 2011 | Hoy
Por Gary Vila Ortiz
Para escribir, y tratar de hacerlo reflexionando sobre lo que nos pasa, pensando en los cinco años anteriores al comienzo de la Primera Guerra Mundial, hemos elegido un título que para nosotros es significativo y que ocurrió en 1911, es decir hace cien años: el título de un cuadro de Franz Marc, "Der Blaue Reiter" ("El caballo azul") que fue el de una de las primeras exposiciones del arte expresionista. Es más que interesante hacer notar que en esa exposición Arnold Schoenberg exhibió uno de sus cuadros. Ya era un compositor destacado, pero no era tan conocido, o apenas conocido como pintor, por un grupo pequeño. Es que el expresionismo no sólo estuvo en la pintura, sino también en la música y el cine, cuyas expresiones figuran entre lo más trascendente del cine alemán de aquellos tiempos.
Pero podríamos haber elegido otros títulos, como "La masacre de Trípoli", la llegada al polo sur de Amudsen, la muerte de Gustav Mahler, el Plan de Ayala, uno de cuyos ideólogos fue Emiliano Zapata y cuyo lema era "Tierra y libertad". Ya Porfirio Díaz había sido echado por el pueblo mexicano en 1910, pero Zapata y otros consideraban que Madero no había cumplido eso de darle la tierra a todos aquellos que el autoritario régimen de Porfirio Díaz les había arrebatado. La Revolución Mexicana fue la primera revolución del siglo XX que propuso considerables reformas sociales. Dos de sus principales líderes, el mencionado Emiliano Zapata y Pancho Villa murieron asesinados y no todas las reformas propuestas por la revolución fueron alcanzadas, pero México siempre mantuvo, por ejemplo en la política internacional una gran dignididad.
En cuanto a la llegada al polo sur de Amudsen, también en 1911, fue motivo de un gesto que no podemos olvidar de parte de Scott, el otro explorador que competía para llegar. Scott no llegó, es decir llegó luego, pero por no abandonar a sus amigos enfermos murió junto a ellos en pleno polo, eligiendo la ética y el valor de la vida sobre lo que podía considerarse más práctico y conveniente. Arthur Koestler es quien mejor ha estudiado este tema en uno de sus libros de ensayos, creo que "Los rastros del dinosaurio".
En cuanto a la "Masacre de Trípoli", fue el asesinato por parte de soldados italianos durante la ocupación de Libia en 1911, un anticipo de lo que haría años después el fascismo. De ese asesinato de civiles y prisioneros fueron testigos periodistas de distintos países europeos. Pero no pasó de ser una protesta sin trascendencia. Ya por ese entonces también Alemania tendía sus tentáculos colonialistas y los enredaba a los de los franceses en la zona de Marruecos.
Eric Hobsbawm, en su historia de lo que él llama el siglo XX corto, es decir de 1914 a 1991, dice que para los historiadores de su edad el pasado es indestructible, "no sólo pertenecemos a la generación en que las calles y los lugares públicos tomaban el nombre de personas y acontecimientos de carácter público como la Estación Wilson en Praga, o la estación de metro Stalingrado en Paris" sino también porque los acontecimientos públicos "formaban parte del entramado de nuestra vida privada". Hobsbawm, que nació en Alejandría, Egipto, en 1917, sigue con su obra cuando ya ha superado los 92 años, por lo cual nos sentimos agradecidos, decía que los historiadores constituyen una de las mejores defensas contra los nacionalismos más agresivos que tantos males han hecho al mundo y aún hoy lo siguen haciendo.
Es cierto, el pasado es indestructible, nos parece tan cierto como lo que dice Borges al afirmar que Dios no puede modificar el pasado, pero si la memoria de los hombres. En el cuento de Borges esa modificación de la memoria de algunos hombres tenía un sentido positivo. Pero en la vida de hoy, sin que para nada intervenga Dios, los hombres se encargan de modificar la historia, de crear un pasado que les conviene para sus propósitos políticos y lo modifican con una vileza particular.
Por eso resulta tan apasionante esta revisión de los años anteriores a la primera guerra mundial, sobre todo a partir del año 1900, pues se comprende que, en esos años, la inocencia en que se suele atribuir a los hombres de ese entonces no existía, no como suele pretenderse.
Por otra parte, nosotros no somos ni mucho menos historiadores y además somos más jóvenes que Hobsbamw, pues nacimos en 1935. Ignoro con exactitud en qué momento comenzamos a sentir curiosidad por la historia, pero supongo, ya lo hemos dicho, que tuve el privilegio de vivir en casas donde los libros eran parte de la vida cotidiana y también los intereses políticos. Si bien el recuerdo que guardo casi con lujo de detalles, fue el primer partido de fútbol que pude ver llevado por mi padre y mi abuelo paterno. En la cancha de Newell"s, cuando derrotamos a San Lorenzo por cinco a cero. Por cierto que en mi casa, durante los quince días que volvíamos a jugar en Rosario, se hablaba con preocupación del avance del nazismo. Era a principios de 1941 y se considera que ese año es cuando el nazismo alcanza su mayor expansión. De allí que mis recuerdos son las charlas sobre ese tema que afligía a toda mi familia. Más, por esos años, entre el 40 y el 41, murieron mis dos abuelas, y tanto en uno como en otro velorio, se discutió violentamente por la presencia de amigos germanófilos que estaban felices por los triunfos del nazismo. Si ahora surge otro recuerdo de esos años. A la salida del cine Bristol, por Maipú casi esquina Mendoza (cine que luego frecuente cuando comenzó con sus continuados) mi padre y mi tío Lucas, me llevaron a ver un film donde se trataba de la persecución de los judíos por parte de los nazis. A la salida del cine se encontraron con uno de los Granados, amigo común y los tres casi se agarraron con los mismos germanófilos del velorio que decían que lo del film era toda una patraña. Es bueno recordar que en junio de 1941 los nazis usan por vez primera el gas "Zyclon B", en la localidad lituana de Kovno, llegando a asesinar a 265.000 judíos en una semana. También en 1941, pero en septiembre, se produce la matanza de Baby Yar, donde 30.000 judíos son asesinados e incluso enterrados vivos por los nazis.
Volvamos a 1911 y a esos años anteriores a la guerra del 14. Ese largo de prólogo de cerca de catorce años habla de hechos impresionantes que deberían tenerse en cuenta para tomar perspectiva de los hechos de hoy. En algunos libros se habla de lo que se denomina el "terror blanco" en la Argentina. Gobernada por los conservadores, bandas paramilitares creen oportuno celebrar el centenario de la Revolución de Mayo en 1910, saliendo a las calles matar a obreros, judíos y otros inmigrantes. El 13 de mayo de 1910 se declaró el estado de guerra y grupos de jóvenes de las "clases acomodadas", con el amparo de la policía, salió a las calles a dar un escarmiento a los trabajadores, judíos y grupos sindicales. Quienes más sufrieron estos escarnios, fueron los anarquistas, que por ese entonces representaban los genuinos intereses de los obreros. Por cierto que siguieron los festejos del Centenario como si no hubiera pasado nada.
Es en el mismo 1910 en que Vasili Kandinski pinta lo que se considera la primera acuarela abstracta. Ya en 1907, con "Las señoritas de Aviñón" Pablo Picasso había fundado el cubismo. En música Mahler hace conocer su octava sinfonía y sigue trabajando en su novena , que no terminará pues fallece en mayo de 1911. Es en el mismo 1910 que se estrena "El Pájaro de fuego", de Igor Stravinski, quien por ese entonces tienen 28 años. Son los Ballet Rusos de Sergei Diaguilev quienes tienen a su cargo la representación. En mundo que marcha aceleradamente hacia una guerra que será despiadada, los artistas permanecen siendo el único atisbo, o al menos el más trascendental, de que el hombre seguirá pensando en la esperanza que le ofrece la creación.
Es en el mismo 1910 que en China se abolirá, por parte de la dinastía manchú, la esclavitud, pero en febrero de 1912 China se convertirá en república. Se pone fin de esa manera a una dinastía que había detentado el poder desde 1644.
Para nuestro país el año 1912 tiene dos hechos altamente positivos. Uno de ellos es la sanción, el 10 de febrero de ese año, de la llamada ley Sáenz Peña, que significa el llamado a elecciones el fraude que se había impuesto hasta ese momento. Es por esa ley que llegará al poder un presidente, Yrigoyen, elegido democráticamente. El otro hecho se produce en junio del mismo año. Es cuando los chacareros y otras expresiones que participaban de esa necesidad, dan a conocer un manifiesto que se conocerá como el Grito de Alcorta. Las tierras estaban en manos de pocos latifundistas que hacían lo que mejor les convenía y se habían vencido las intenciones de Sarmiento que quería leyes que permitiera que los colonos pudieran acceder con mayor facilidad a las tierras, sin ser literalmente explotados como lo eran hasta ese momento.
Pero si en nuestro país ocurrían esos dos acontecimientos claves (que cien años después no han podido poner fin a los problemas que nos aquejan, el mundo, al menos el llamado mundo occidental, se sentía conmocionado por el hundimiento del "Titanic", ese barco que zarpó con el convencimiento de que era imposible que se hundiera por los recursos técnicos de su estructura, entre ellos los 18 compartimentos estancos que parecían salvarlo de cualquier desastre. El "Titanic" partió del puerto de Southampton el 10 de abril de 1912. Su propósito era llegar a Nueva York el día 16, lo que convertiría en el barco más veloz en cruzar el Atlántico. Pero en la madrugada del día 14, ocurrió el desastre y la inmensa nave se hundió en los helados mares del Artico. Llevaba 1308 pasajeros y los miembros de la tripulación eran 898. De ellos sólo lograron salvarse 703 y murieron 1503. Este hecho es bien conocido por todos, pues el cine lo trasladó a la pantalla una buena cantidad de veces. En pocas se pone de relieve que un hecho clave para que sucediera el choque con el iceberg era que se trataba de ganar una competencia para saber qué nave era que podía desarrollar mayor velocidad. Es decir, un hecho en que privaba el elemento económico.
El iceberg no lo tuvo en cuenta, tampoco el capitán que no aminoró la marcha y claro, la falta de suficientes botes salvavidas. Es como un símbolo de lo que ocurriría dos años más tarde. La impericia de los estadistas iba a provocar la Guerra del 14, donde murieron más de 15 millones de personas. Ahora, hay quienes pueden pensar que el "Titanic" es solamente un film de ficción y la Guerra del 14 un hecho de que muchos ni tan siquiera han oído hablar.
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