Rivoira pateó el tablero en la semana. Disconforme con el juego de su equipo, dispuso siete modificaciones, tres obligadas y cuatro tácticas. Incluso, se animó a mandar al banco de suplentes a Figueroa. Sin embargo, tantas sustituciones no variaron el juego que viene mostrando Central desde que inició su camino en la B Nacional. Un grave error del arquero Broun le permitió a Almirante Brown llevarse los tres puntos del Gigante. El canaya penó durante todo el encuentro y ve más complicada la posibilidad de ascender. Con la derrota, se aleja de los primeros puestos de la tabla de posiciones.

Central intentó, tuvo presencia en campo rival, pero poco circuito de juego y una dificultad alarmante de superar a rivales visiblemente inferiores. Porque Almirante acumulaba cinco derrotas en condición de visitante. Su negocio era sostener el cero, apostar a la pierna fuerte, hacer un poco de tiempo y tirarle centros al grandote y experimentado Bazán Vera. Así, con esas poquísimas virtudes se le paró de igual a igual a Central y lo complicó durante toda la primera etapa. A la vez, supo jugar con el nerviosismo que exhiben los jugadores canayas cuando el tiempo corre y el gol no llega.

El Chulo, por su parte, le otorgó a Jesús Méndez la manija del equipo. Ubicado con libertad, el ex jugador de Boca era el hombre indicado para la construcción. Por él debían pasar todas las pelotas con destino de ataque. El mendocino optaba en cada caso si moverse a la izquierda o a la derecha. Buscaba sociedades, principalmente con los laterales y los delanteros externos, para modificar el cansino ritmo de juego que tiene Central.

Sin embargo, los ataques eran sólo insinuaciones. Con muy poco, los dirigidos por Blas Giunta contrarrestaban todos los embates del canaya. Salvo Méndez, no hubo un jugador ofensivo que ganara más de las que perdía. Medina alternaba y Toledo debía bajar varios metros para incorporarse al circuito de juego. Ante el abúlico rendimiento del local, Almirante decidió, de manera muy limitada, acercarse al arco de Broun. Y lo logró con centros cruzados, situación que desnudó graves problemas en la defensa canaya, que en dos ocasiones pasó zozobra.

Méndez, otra vez, despertó a los hinchas con un tiro libre que dio en el travesaño. Hubiera sido el retorno perfecto. Quedó en la chance más clara del primer tiempo.

El segundo tiempo arrancó de la misma manera. Central presionando arriba, con pocas ideas y los centrales de Almirante rechazando todo. Pero nadie contaba con el error infantil del arquero Broun, que quiso tomar un débil pase de Vega, pero la pelota se le escapó y Bazán Vera sopló a la red. Golpe de gracia para un equipo que no sabe cómo ponerse en ventaja.

Desesperado y con el hostigamiento de la hinchada sobre los jugadores, Rivoira metió todos los cambios ofensivos que tenía a disposición. Culminó el encuentro con cuatro delanteros, pero desconociendo la manera de quebrar el arco del conjunto de Isidro Casanova. El visitante abandonó el 4-3-1-2 y apeló a dos férreas líneas. El impensado tanto lo obligó a retroceder en el campo y cederle la pelota a Central. No obstante, el canaya no supo qué hacer para arrimar peligro. Sólo buscó la igualdad a través de disparos desde fuera del área y centros cruzados. Todos los intentos tuvieron una simple devolución de Monasterio y sus defensas.

0 Central: Broun; Guizasola, Peppino, Braghieri, Chitzoff; Méndez, Ballini, Rivero; Medina, Carrizo; Toledo. DT: Héctor Rivoira.

1 Almirante Brown: Monasterio; Centurión, Nievas, Schunke, León; Mandarino, Olmedo, Garré; Rodrigo Díaz; Bazán Vera, Vega. DT: Blas Armando Giunta.

Gol: ST 4m Bazán Vera (AB)

Cambios: ST 14m Figueroa por Rivero (RC) y Carabajal por Díaz (AB), 19m Edilio Cardozo por Vega (AB), 22 m De León por Medina (RC), 29m Costa por Ballini (RC), 38m Mena por Garré (AB)

Arbitro: Alejandro Toia.

Cancha: Central.