Domingo, 4 de junio de 2006 | Hoy
DEPORTES › LEONARDO ASTRADA AFIRMA QUE QUIERE SACAR CAMPEóN AL EQUIPO
El entrenador se ilusiona con "hacer cosas importantes" y
reconoce la necesidad de refuerzos, pero manifiesta respeto
por el esfuerzo de los jugadores para sacar el club adelante.
Por Alejo Diz
"Tengo la ilusión de hacer cosas importantes en Central", reconoce Leonardo Astrada. Aunque por estos días los ojos del mundo deportivo miran a Alemania, el entrenador canalla sueña con formar un buen equipo en Arroyito. Y cuenta con atributos que no son fácil de encontrar "en este fútbol exitista". "Yo quiero que mi equipo juegue bien, de una determinada manera. Y eso es lo que vamos a intentar. La gente debe saber que no sirve ganar a cualquier precio", apunta Astrada, en diálogo con Rosario/12 , en lo que parece una declaración de principios.
"Yo empecé a jugar al fútbol a los 6 años. A los 8 mi viejo me compró unos botines blancos y me llevó a una prueba en River. Y ahí empezó mi carrera. Siempre tuve mucha pasión y constancia en lo que hice. Sabía de joven que no iba a agarrar un libro para ser abogado o escribano. Me preparé para ser jugador y lo logré en un club como River, donde todos los años traen cinco o seis refuerzos", recuerda Astrada.
-¿Y el salto a la dirección técnica, en River, fue el esperado?
-No, se dio muy rápido. Nunca pensé que a los seis meses de haberme retirado como jugador iba a tener la posibilidad de dirigir, y menos a River. Pensé en descansar un año con la familia para luego comenzar a colaborar con algún cuerpo técnico. Pero en el momento que me lo ofrecieron no lo dudé porque ya tenía una idea de que pretendía como entrenador.
-¿Es lo mismo perder con River que hacerlo con Central?
-Según de la forma que perdés. Si perdés con un equipo que fue al frente, fue protagonista y dejó la vida dentro del campo de juego, se acepta porque está dentro de las posibilidades. Pero si perdés con un equipo timorato, que no muestra nada, es otra cosa. Por un descuido podés caer. Y en River nos tocó en muchos partidos. Pero se debe entender que no siempre se puede ganar. El hincha argentino es muy exitista, cree que lo único que sirve es ganar y muchas veces no es así.
-¿Cuánto influye en el entrenador ese exitismo?
-No es fácil. Para los medios es mucho más fácil porque hablan con el resultado puesto. Pero el fútbol es así y uno lo acepta. Muchas veces se es injusto con el jugador. El que no gana acá no sirve. Y de 20 equipos gana un sólo. Pero uno trabaja pensando en ganar torneos.
-Nunca se analiza el contenido de los encuentros y sí el resultado.
-Por eso lo único que te deja de pie es el buen resultado. Por ahí en River si no ganábamos el título corríamos el riesgo de que nos traigan cinco o seis jugadores y que uno quede afuera. Y como entrenador lo vivo de la misma forma. Sé que tengo que ganar.
-¿ Y esa imposición no satura, no cansa?
-Satura pensar en que se tiene que ganar o ganar. Pero no es ganar a cualquier forma. Se debe ganar jugando bien y mostrando un buen funcionamiento. La verdad que cuando renuncié a la dirección técnica de River estaba agotado. Era demasiada la presión, se nos estaba pegando demasiado, más que nada a los jugadores y por eso cuando llegaba el día de los partidos los jugadores no rendían igual que en las prácticas.
-¿Y qué diferencias hay con dirigir en Central?
-En Central encontré gente que nos recibió muy bien, a jugadores que se han sacrificado en el trabajo y pudimos cumplir con los objetivos. Hay un grupo de jugadores jóvenes con un potencial importante. Trabajamos con la misma presión, aunque en Central el perder es normal. Pero no venimos a perder el tiempo. Queremos ganar siempre y vinimos con la mentalidad de pelear por un campeonato, no de sumar puntos para clasificar a una copa. Si entrenáramos para llegar a una copa me sentiría fracasado. Al equipo lo quiero poner bien para poder salir campeón. Después, si no se logra, es otro cosa.
-Pero en Central hay menos recursos para armar un equipo.
-Debemos acomodarnos a la realidad del lugar donde se trabaja. Soy un tipo que siempre la luché y debo adaptarme a la situación, como me ha pasado muchas otras veces. En algún momento uno pedía un chocolate y se lo traían. Pero en otro momento tardaban tres días en comprarlo. Y acá pasa lo mismo. Sabemos en la situación que está Central y nos estamos acomodando a eso, aunque a nuestros jugadores les exigimos el máximo esfuerzo. Después, si podemos traer una figura de primer nivel, mejor. Y si llega un jugador con menos experiencia también será para el bien de Central.
-¿Con qué compromiso asumió como entrenador de Central?
-Con el mismo en el cual asumí el River: con tratar de salir campeón.
-¿Al no ser hincha de Central no dirige con mayor capacidad reflexiva?
-Sí, por ahí ahora se me simplifican mucho más las cosas. Cuando se dirige al club que uno es hincha (River) por ahí se piensa más con el corazón que con la cabeza. Y eso te lleva a algunos errores. Pero yo no soy hincha de Central y eso ahora no me pasa. Aunque mi anhelo es que Central juegue bien y gane, para que le vaya bien al club y yo pueda estar durante mucho tiempo. No me gusta cambiar de equipo cada seis meses. Me gusta cumplir los proyectos porque en la medida que eso se va realizando uno se siente mucho más cómodo, se encariña y es lindo que eso pase.
-¿Y cómo se hace para lograr cierta regularidad en el rendimiento del equipo?
-Es fundamental que los jugadores estén bien en lo físico y anímico. Después el entrenador le tira conceptos para jugar y le dice lo que quiere de cada uno de ellos. En la medida que se vayan potenciando los jugadores y ganen en confianza van a responder mucho más. Pero quiero que respondan en conjunto. Cuando lo hacen individualmente, una vez te salvó uno y después el otro, pero cuando no andan bien se necesita al conjunto para salir adelante.
-¿Para pelear el torneo se necesitan refuerzos?
-Se habla eso con los dirigentes. Pero soy muy respetuoso del sacrificio que hicieron nuestros jugadores para sacar a Central adelante. Por ahí nos faltan algunas cosas. Pero todavía debemos saber si se vende a alguien o no. Tenemos un plantel armado el 90 por ciento con jugadores de 18 a 22 años, cosa que es muy importante para el futuro. Pero también necesitamos dos o tres jugadores de experiencia que en los momentos complicados dentro del campo de juego pueden parar al equipo.
-¿El técnico se ilusiona como el hincha?
-Y sí, yo estoy ilusionado con armar un plantel que pueda tener un determinado funcionamiento.
-Central hace 20 años que no sale campeón. ¿Te seduce la posibilidad de hacer historia en el club?
-Hay mucho por hacer en el club. Pero lo que me estimula es tener jugadores con ganas de hacer las cosas bien. Y ojalá que tengamos la suerte de hacer un buen torneo. Cuando me junté con los dirigentes les dije que mi mentalidad está en salir campeón y no en buscar una clasificación a las copas. Algunos piensan que soy un loco. Pero me acostumbré a trabajar así.
-¿Qué juego cree que vamos a ver en el Mundial de Alemania?
-Los equipos cada vez arriesgan menos por el miedo a perder, porque hoy perder significa fracasar. Y más en un Mundial. Argentina dependerá mucho en lo que haga en el primer partido. Porque si no ganás en el debut después se juega con mucha presión y sabiendo que una derrota te deja afuera. Se va a ver un Mundial muy parecido al de Corea--Japón. No creo que en este Mundial haya equipos con un juego muy osado.
-¿Y te gusta la Selección de José Pekerman?
-Al margen de que me guste o no, es un momento para apoyar. El entrenador ya sabe a lo que quiere jugar y debemos darle tranquilidad para que le vaya bien. Porque el logro de ellos es el de todos los argentinos.
-¿No es peligroso depositar todas las expectativas en un chico de 18 años como Lionel Messi?
-Es que demostró tener todas las condiciones para ser un grande. Y por eso le ponen tantas exigencias. Lo veo muy maduro para afrontar esta situación. Lo que le piden a Messi es algo que ya demostró en el Barcelona de España. Es una jugador que los argentinos no conocían y que nos sorprendió a todos.
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