Luego de ser amenazado por un empleado del club, el contador encargado de administrar el dinero que invierte el grupo inversor en Central amagó con dar un paso al costado, comprometiendo así las relaciones entre los dirigentes y quienes acercan mensualmente 150 mil dólares a Arroyito. Fue necesaria la mediación de Pablo Scarabino para que el incidente no produzca mayores trastornos institucionales. "Puertas a dentro está todo bien", subrayó el secretario Gonzalo Estévez, quien además negó el entredicho entre el profesional y el empleado de la institución que brinda servicios de seguridad. Este sorpresivo conflicto postergó la reunión de la dirigencia auriazul para evaluar el trabajo que viene desempeñando Néstor Gorosito como técnico del primer equipo. Central jugará el viernes por la noche con Nueva Chicago.

En esta nueva gestión de Scarabino, el puesto de tesorero fue otorgado a Ricardo Fornasiero, luego de que Marcelo Gastaldi se negara a continuar administrando los números del club y el actual vocal suplente, Enrique Antegiovanni, desestimara el cargo ofrecido por el presidente. Pero el papel de Fornasiero es de menor relevancia, dado que el grupo inversor acercó un contador de su confianza para asumir tales responsabilidades y supervisar de este modo el destino que le da el club a los fondos que mensualmente acercan los inversores (150 mil dólares).

El contador a cargo de la tesorería cumple su obligación con estricta "responsabilidad", y por tal a veces no cuenta con los recursos necesarios para responder a las obligaciones económicas del club. Una de ellas es el pago del sueldo del responsable de brindar seguridad en la institución, quien a su vez subcontrata personal para poder ofrecer sus servicios en Arroyito. Ante el atraso del saldo de sus haberes el empleado amenazó al contador acercado por los inversores. Y esas amenazas se cristalizaron el viernes, cuando el empleado tomó del cuello al profesional exigiéndole el inmediato cobro de la deuda.

Tras el incidente la dirigencia evaluó la posibilidad de despedir al tesorero en funciones reales, lo que habría despertado un agudo conflicto con el grupo que representa Horacio Carbonari. Pero la intervención de Scarabino alcanzó para mediar entre las partes y permitir la continuidad del contador, como así también del responsable de la seguridad en Central. "Puertas a dentro está todo el orden", afirmó el secretario Gonzalo Estévez luego de reunirse con Scarabino para encontrar una salida consensuada.

Pero Scarabino no sólo debe ocuparse por lograr una buena convivencia con los inversores. También debe atender las preocupaciones que nacen por el trabajo de Néstor Gorosito. Algunos jugadores, por caso, decidieron contratar a un preparador físico personal para completar las rutinas que ordena el cuerpo técnico. Pipo, en cambio, se acercó ayer al mandamás de Arroyito su preocupación por las críticas que recibe de parte de los medios de comunicación.

No son destacados los resultados del primer equipo. Pero lo que inquieta es el juego que muestra el equipo. El domingo, por caso, Central se vio superado en lo físico por Godoy Cruz y algunos jugadores admitieron haber tenido dificultades para sostener el ritmo de juego en el segundo tiempo.

Pero con Gorosito a la cabeza, el plantel volvió a las prácticas ayer por la tarde en Palo Verdes. Central deberá visitar el viernes a las 21.10 a Nueva Chicago en Mataderos. Y para este compromiso el entrenador tendrá a disposición a Leonardo Borzani y Hernán Encina, quienes seguramente volverán a la titularidad para reemplazar a Ariel Garcé (expulsado) y Tomás Costa. Gorosito probará mañana la alineación que jugará ante el torito. Y tras el ensayo el plantel quedará concentrado en Granadero Baigorria para viajar a Bueno Aires el jueves al mediodía.