Las nuevas políticas de seguridad desplegadas en los partidos que juega Newell's en el Coloso del Parque trajeron como efecto colateral una profunda transformación en la composición de la barrabrava rojinegra. El pasado domingo aparecieron en la tribuna referentes de la hinchada que estuvo al mando de Roberto "Pimpi" Camino durante la presidencia de Eduardo López, tras un acuerdo con las facciones que asumen el liderazgo de la hinchada. Pero el "pacto de convivencia" en la popular dejó afuera a casi un centenar de barras, aquellos a los cuales se les aplica el derecho de admisión a la cancha. Y un sector de los "excluidos" es el que reclama, con nuevas balaceras en el domicilio del secretario Claudio Martínez, su rechazo al nuevo armado de la tribuna. "Hay arreglo, no puede haber más problemas, el tema es que dejaron afuera de la cancha a los más violentos y quieren volver", resumió un barra que organizó a los hinchas el domingo en la cancha.

El conflicto entre dirigentes, barras y funcionarios del ministerio de Seguridad ingresó en un laberinto sin salida. Los barras volverán al estadio a colgar sus banderas, probablemente el domingo ante Tigre, y cuando eso suceda quedará en evidencia el "arreglo" que todos niegan. "Entre los barras no hay más peleas porque se arregló todo. Van a estar las banderas y vamos a estar en la popular", reiteró uno de los nuevos referentes.

Hay nuevos líderes porque la hinchada cambió su composición en los últimos meses, a fuerza de la restricción judicial que pesa sobre los violentos identificados por el Ministerio de Seguridad. "Vamos a estar todos juntos, sin problemas, y vuelven muchos", anticipan.

Quienes están de vuelta en la popular leprosa son barras que pertenecieron a la hinchada de los hermanos Camino en el gobierno de López. Se pudo ver el pasado domingo en la popular superior a "Gamboa" y "Pipi Arriola", quienes formaron parte del círculo más violento de los Camino, como así también a "Negucho". "Hubo un arreglo con todos los sectores", asumió un barra, reconociendo la decisión de Nelson "Chivo" Saravia, actual jefe con prohibición de ingresar al estadio, de fortalecer la hinchada con gente que "conoce la popular".

El retorno de parte de la barra de Pimpi reformula también los negocios del paraavalancha y cuela decididamente a la hinchada en el mapa del narcotráfico. "Solo algunos barras que acá no entran más por traidores, los que que le fueron por la espalda al Pana (por Diego Ochoa, ex jefe de la barra)".

El "acuerdo de convivencia" al cual aseguran los barras que llegaron fue empañado por el ataque que sufrió Martínez en la madrugada del domingo. "Los que tienen prohibido entrar a la cancha están enloquecidos", admiten los nuevos jefes. "A los dos detenidos (hoy es la audiencia imputativa) los agarraron por un llamado anónimo", aseveran.

"Del acuerdo saben todos, incluso la policía", desafían en la hinchada. "El domingo tuvimos acceso a las banderas que están en el club y a los bombos, incluso los bombos nuevos. No usamos nada para que no digan que los dirigentes transaron, por eso tiramos unas sogas en la tribuna para delimitar nuestro espacio. ¿Alguien puede creer que el domingo Newell's juega sin las banderas, los bombos y el aliento de la barra?", plantean quienes ocuparon la tribuna el pasado fin de semana.

El acceso al cuarto donde la barra guarda los trapos permitió apaciguar ánimos. El pasado domingo el Ministerio de Seguridad decidió clausurar la popular baja donde se ubica la barra. Si esa medida se extiende para el encuentro del domingo, en el debut del primer equipo, para los violentos "el partido no se juega". "Juega Newell's con toda su gente en la tribuna", desafían.