4 TIRO FEDERAL: Vivaldo (6); Ruiz (5), Alvarez (5), Luna (6), Caffaso (5); Aquino (6), Iuvalé (5), Buján (7); Fermani (5), Amaya (5); Cámpora (8). DT: Jorge Solari.

0 CENTRAL: Castellano (5); Moreira (5), Raldes (5), Leonforte (4), Rivarola (5); Ferrari (5), Calgaro (4), Ledesma (4), Papa (4); Ruben (6), Villa (4). DT: Ariel Cuffaro Russo.

Goles: ST: 9m Aquino (TF) de penal y 20m, 30m y 43, Cámpora (TF).

Cambios: ST: Desde el inicio De Bruno por Amaya (TF), 11m Basualdo por Fermani (TF), 13m Lorenzetti por Ledesma (C), 26m Alemanno por Villa (C) y 39m Savio por Ruiz (TF).

Arbitro: Horacio Elizondo

Cancha: Ñuls (local Tiro Federal)

Por Alejo Diz

A los nueve minutos del complemento, el encuentro entregó un dato histórico: por primera vez Tiro Federal estaba ganando un partido en Primera División. El grito de Rodolfo Aquino sonó fuerte, como si el equipo ya se hubiese sacado una maldición de encima. Pero a minutos del final el anecdotario estaba mucho más gordo: un jugador tirolense marcó tres goles en un mismo partido, el equipo de Ludueña lograba su primera victoria en la máxima división y lo hacía por goleada. Por eso no es un exceso hablar de victoria histórica, sin caer en el sentido trillado de la frase. Como todo triunfo, hay un héroe. Ese se llama Javier Cámpora. Y hay una gran derrotado. Y ese es Central, que ayer en el Coloso se persignó ante un rival que en sus primeros once juegos apenas pudo alzarse con un punto.

El resultado del partido dejó lugar para las mil conjeturas. Bien podría pensarse en un despertar deportivo de los tigres o en una noche inolvidable del algún jugador. Los argumentos pueden ser más. Pero jamás se podrá imaginar lo mal que jugó Central. Y para muestra vale, en este caso, el marcador: el canalla perdió contra el rival más débil que se viera en Primera.

Tiro no fue un gran equipo. Pero tuvo mentalidad para no dejarse atropellar por el rival. Como primer paso, los tigres se hicieron de la pelota. La tocaron, sin demasiada trascendencia, pero servía como sistema defensivo. Y Central, que corría y corría sin razón, se topó con su propia impotencia (tuvo a cinco amonestados).

Las falencias del canallas eran estructurales. No había movilidad, ni siquiera en Ferrari y Papa. En Tiro los síntomas eran similares, aunque con la tranquilidad de disponer del balón. De igual modo en algunos arrebatos ofensivos los auriazules inquietaron: volea de Ruben que pasó cerca del palo derecho de Vivaldo, palomita del joven punta que se fue cruzada y una tapada del uno local al propio Ruben que Rivarola, al tomar el rebote, definió afuera.

La actividad ofensiva de Tiro apareció en el segundo tiempo, en sintonía con una serie de desajustes canallas en el fondo que le permitió el local abrir las puertas a un triunfo que se ganó un párrafo en cualquier libro de memorias deportivas. El primer paso lo dio Buján, quien al recibir en el área un zapatazo del fondo tirolense encaró a Raldes, lo superó y el boliviano, en afán defensivo, lo bajó dentro del área. Y desde los 12 pasos Aquino pegó un grito que gozó con aroma personal por su pasado rojinegro.

Desde entonces se dio un encuentro que tuvo matices casi ficticios. Es que este Tiro, que derrama lástima y simpatía por su debilidad, encontró una goleada de fantasía. La victoria se armó con el segundo tanto, cuando Cámpora, abandonado por la derecha, sacó un zurdazo al primer palo por obligación y superó a un lento Castellano. La secuencia soñada entregó más imágenes increíbles: con Cámpora marcando el tercero tras cesión de Buján y otro zurdazo cruzado del ex canalla para decretar la goleada en cuatro. En Ludueña se hablará por mucho tiempo del encuentro de anoche. En Arroyito también.