Depositando sus energías en la obtención de satisfacciones artísticas que se impusieran a posibles réditos comerciales, Juanjo Cura decidió separarse de la órbita de la lírica para profundizar su vinculación con la música popular. Así, en Hijos de América --su primer producción como solista-- el tenor seleccionó trece obras emblemáticas del continente todo, le sumó la composición (propia) que bautiza la placa y dio vida a un repertorio que se ve unificado por una interpretación personal que sostiene las bases del canto lírico. Defensor de esa particular mixtura, Cura arribará hoy a las 21 al teatro El Círculo, donde recorrerá el disco en una función a beneficio del Hospital de Niños Zona Norte y de escuelas carenciadas de la ciudad, en un recital que contará con la participación de Leonel Lúquez (piano), Marcelo Stenta (guitarra), Domingo Porta (contrabajo), Javier Allende (percusión), Raúl Salani (bandoneón), Fide Silva (arpa paraguaya), Alberto Corvalán (violín), Virginia Llansa (violín), Marcelo Ajubita (viola) y Adriana Bonaudi (cello).

Formado en dirección coral y orquestal, arreglos, composición y pedagogía vocal, Cura logró reconocimiento como cantante lírico, a pesar de que desde hace dos décadas su rol como director de diversas formaciones corales ya lo vinculaba con la música popular. Esa experiencia fue la que le permitió encontrarse con un inagotable repertorio entre el cual seleccionar los temas que finalmente compondrían su primer compacto. "Para mí es un disco interesante, que reúne temas que no están reunidos en ningún otro registro por un mismo intérprete. Aunque si tuviera que hacer otra selección, no sé si podría hacerla", confía a algunos meses de la edición de un material que se nutre de obras como "La flor de la canela" de Chabuca Granda, "Los sonidos del silencio" de Paul Simon, "Gracias a la vida" de Violeta Parra y "Balada para un loco" de Ferrer y Piazzolla, entre otros.

Todas ellas se ven unificadas a lo largo del disco gracias a un abordaje vocal estrechamente asociado a la lírica.

-¿Hubo allí una determinación del cantante o fue en cambio un proceso inevitable y natural?

-En algunos casos lo quise sostener, y en algunos otros no tanto. Yo estoy haciendo solamente música popular, pero trato de darle una interpretación vocal y un modo de decir un poco más trabajado, más deliberado que el simple decir del cantor popular. Por lo menos más estudiado, conocer la melodía para conducirla con una intención deliberada".

Sin embargo, el cantante rosarino apunta a profundizar su relación con lo popular, desplazando así al área que lo convirtiera en una figura frecuente en óperas y conciertos de carácter camarístico. "Mi corazón no está puesto en la ópera, ni lo estuvo nunca, ni aún cuando lo cantaba, sino que está en el folclore, en lo popular", aclaró Cura al respecto, para de inmediato agregar: "Allí me siento feliz, como pez en el agua, aunque mi modo de interpretarlo, sin traicionar el estilo, sea con una voz que no se la podemos escuchar a un cantor de folclore o de música popular.

-¿Cree que con el correr del tiempo, mientras se siga desarrollando profesionalmente como cantante popular, se va a despegar de lo lírico o su intención es sostenerlo?

-Esta semana me hice la misma pregunta. Estos días pensaba que nunca tengo que abandonar una emisión rica y sana, porque eso la gente lo valora y ayuda a transmitir mucho más el contenido de los textos, que en cierta música popular son muy importantes. Serrat dice de una manera impecable, pero escuchás a otros compositores con unos temas alucinantes y si querés sacar la letra del disco estás sonado, porque no entendés ni la mitad. Entonces creo que no voy a renegar de esta estética. Lo que sí creo es que posiblemente en algunos aspectos se irá suavizando esta cuestión de tanta riqueza vocal, esto de tirar todos los caballos sobre el escenario. Pero creo que lo novedoso de la propuesta que planteo es el hecho de cantar música popular de otra manera. Y de golpe ya me está empezando a molestar un poco que me vinculen con lo lírico, aunque no tengo que dejar de reconocer que esa vinculación que el público hace me sigue manteniendo en el lugar de lo "serio", entre comillas.