Cuando a Luis Machín se lo consulta acerca de las sensaciones que le generan sus regresos a los escenarios de la ciudad, ésos que marcaron sus primeros pasos y que fueron la plataforma de despegue para una carrera que hoy lo encuentra como una figura reconocida de las pantallas argentinas (grandes y chicas), el actor no duda. "Es como volver a la casita de los viejos", precisa en relación a la posibilidad de enfrentar desde las tablas al público local. Esta vez, será Ella la obra que marque el retorno del talentoso artista, quien junto a Patricio Contreras se ponen en la piel de dos hombres que comparten amante y penas, en un texto escrito y dirigido por Susana Torres Molina y que se presentará en una única función pasado mañana, desde las 21.30 en el teatro La Comedia (Mitre y cortada Ricardone).

Estrenada este año en plena temporada de verano porteña, Ella llegará por primera vez a Rosario como parte de una gira que ya abarcó la provincia de Buenos Aires, Chile y algunas ciudades del interior del país. En ese marco, la de la sala municipal será una de las últimas funciones de un espectáculo que relata "un triángulo amoroso aunque no de los concedidos más tradicionalmente", según explicó Machín desde Buenos Aires.

En ese marco, el actor amplió el concepto al afirmar: "Generalmente en los triángulos amorosos el hombre es el objeto de deseo disputado por sus mujeres, aunque aquí se da un caso a la inversa, que es poco habitual en la literatura, tanto en el teatro como en la novela. Acá se presenta a una mujer que está compartida, en principio, por dos hombres. Y digo en principio porque cuando comienza la obra supuestamente uno de los personajes, Marley, que es el mío, no sabe de la existencia del otro o de los otros, y se despacha en un baño turco, donde está supuestamente el otro amante. Que a su vez también empieza a poner ciertas dudas sobre la posibilidad de que existan otros hombres en la vida de esta misma mujer. Ahí Marley se entera de que la mujer por la que iba a dejar a su mujer y a sus hijos, en realidad ve que hay una cantidad de hombres posibles además de él".

Asimismo, Machín destacó que Ella "es una obra escrita de manera muy inteligente y sensible por una mujer, que indaga sobre algo muy de la intimidad masculina". "Nosotros en general tendemos a tapar ese sentimiento por la mujer --precisó--. Es como que el hombre se recluye cuando se siente imposibilitado de un amor recíproco, generalmente es un poco más precabido a la hora de comentar ese sentimiento. En ese sentido la mujer es como más expansiva. Y en este caso vemos a dos hombres como espiándolos. En ese sentido Susana elige un ámbito como un baño turco, un lugar ya de por sí muy íntimo".

- Es un espacio que también plantea cierta situación de asfixia, de encierro.

- Claro, eso le viene bien a la obra porque todo esto habla de eso. Es un lugar pequeño donde están estos dos hombres y se arma como una especie de ring donde están nada más que ellos. Con una protagonista excluyente, que es Ella, que es omnipresente, porque no está en escena.

- ¿Fue dificultoso conjugar, desde el punto de vista del género, las miradas de ustedes como actores y de Torres Molina como directora?

- No, la verdad es que fue un trabajo muy intenso en relación a cuál sería el punto de partida desde donde abarcar a la obra. Nos tomó un tiempo hacer una especie de análisis psicologista, si se quiere, de los comportamientos de estos dos hombres. Pero después rápidamente tomamos la decisión de ir hacia algo que tenga más que ver con lo físico, y cómo interactuaban a partir de este conflicto estos dos tipos. La mirada de Susana, como ella a su vez es autora y directora, obviamente fue muy interesante y marcó la tendencia sobre qué territorios explorar, los territorios más convenientes para arribar al tratamiento de este conflicto. Entonces es bueno, en este caso, trabajar con una obra de autor donde no está violentado el texto, que no es una adaptación sino que es una obra de autor respetada.