Después de una larga década, él está de vuelta. Con su "Aquarela", con su "Tonga da mironga", con su clásico "Voce abuso", él está de nuevo en la ciudad. Incluso antes que en Buenos Aires, Toquinho llega a Rosario para presentarse esta noche, a partir de las 21.30 en el Teatro Broadway (San Lorenzo 1243), en una única función y una imperdible oportunidad.

Máximo exponente del género brasilero por antonomasia, Toquinho inicia aquí su gira Tributo à bossa nova, un espectáculo basado en su último disco. "Yo hice este disco porque tenía una deuda con la historia", aseguró el maestro paulista, a propósito de la placa editada en julio pasado y a la que el cantautor considera como el pago de una vieja deuda.

"Intenté expresar mi agradecimiento a la bossa, a ese repertorio que ya existía cuando yo nací musicalmente y que fue el gran inspirador de toda mi carrera. Esas 30 canciones ﷓-entre las que sobresalen "Garota de Ipanema", "Desafinado", "Chega de saudade" y "A felicidade"-- son mi agradecimiento a todas esas armonías, al cambio melódico que inauguró la bossa, a la frescura que introdujo en la música, a la guitarra de Joao Gilberto, a la transformación del modo de cantar que nos enseñó que todos podíamos cantar", aseguró el músico, apenas desembarcó en Buenos Aires.

"Y es que la bossa es una atmósfera (...), es un estado musical del espíritu", aseveró el guitarrista, que en la década del 60 formó con el poeta Vinicius de Moraes uno de los dúos creativos más prolíficos y geniales de la canción brasileña.