Crucial, clave, fundamental, incandescente. No importa el adjetivo que se use, 1968 fue cualquier cosa menos un año intrascendente.

El 16 de marzo, mientras la voz aguardentosa de Louis Armstrong entonaba su inoxidable "What a wonderful world", las tropas de su país arrasaban personalmente con toda la población civil --más de 500 niños, mujeres y ancianos-- de una pequeña aldea vietnamita conocida como My Lai. Una semana después, en Francia, un grupo de estudiantes de Nanterre encabezado por Daniel Cohn﷓-Bendit, protestaban por el arresto de media docena de miembros del Comité Nacional de Vietnam, encendiendo la chispa de una revolución que cambiaría el estado de cosas en el mundo. Entre abril y junio son muertos en sendos atentados Martin Luther King y Robert Kennedy. En julio, mientras mujeres de todo el mundo se reúnen a quemar corpiños el Papa Paulo VI publica su célebre encíclica Humanae Vitae, condenando enérgicamente a la píldora anticonceptiva. En agosto, 200.000 soldados del Pacto de Varsovia invaden Checoslovaquia y ponen fin a la Primavera de Praga. En octubre, en la capital de México más de 300 manifestantes son asesinados por la policía en un acto a favor de la autonomía universitaria. Y Rosario no quedaba tan lejos. En pleno onganiato, un grupo de artistas interviene la sociedad a través de una serie de acciones de ruptura invocando la explotación en los ingenios azucareros del norte argentino.

Pensada como un singular modo de rendir tributo a un año bisagra en la historia contemporánea, el Centro Cultural Parque de España pergeñó Bienvenidos a 1968, una suerte de happening estético--político que, sin rumbo fijo, se inaugura informalmente este sábado a las 21, con la presencia de sus dos principales artífices: Alan Pauls y el director del CCPE, Martín Prieto.

"Para nosotros 1968 es muy importante porque marca un punto de inflexión en la historia cultural de la ciudad --dice Prieto--; y es que hay como un ingreso sincrónico de Rosario a la modernidad en 1968: es Tucumán Arde, es la revista Boom donde Fontanarrosa publica su primer chiste gráfico, es el primer número de El Lagrimal Trifurca, es Las pelucas, de Angélica Gorodischer. Esta especie de empastamiento entre arte, cultura y política nos sirvió de puntapié para pensar en una excusa que nos sirviera para discutir precisamente eso: ¿qué es el 68, una revolución o una moda? Con este ciclo no tenemos la pretensión de contestar nada, sino apenas de formularla muchas veces de manera diferente a lo largo de todo el año".

Lejos de la simple efeméride, la consigna será desarmar. Desarticular discursos, deconstruir imágenes, desandar caminos. Atravesar vertical y horizontalmente un año cardinal.

"La idea salió de un texto de Alan (Pauls) donde hablaba de hacer un club de fanáticos de un año --agrega el responsable del centro--. Para esto pensamos una suerte de programación doble, es decir por un lado una serie de actividades específicas del ciclo 1968, que van a ser ciclos de cine, algunos recitales, alguna charla; y por otro lado algunas cosas que yo le llamo transversales, y que es tratar de que el 68 tome algunas de las actividades propias del Parque de España. En este sentido va a haber un número de la revista del CCPE, Transatlántico, que va a estar dedicado al 68, en el Festival de Jazz que se va a hacer en octubre va a haber un apartado dedicado a la producción específica del año, dos de las exposiciones, una en mayo --el archivo de Osvaldo Boglione-- y otra en octubre --el archivo de Graciela Carnevale--; ambas van a estar tammbién marcadas por cierta impronta del 68. El ciclo empieza el sábado, con la visita de Alan Pauls, porque fue él quien me ayudó a pensar un ciclo diferente como éste. Después tenemos pensadas algunas convocatorias públicas, algún desfile, pero todavía nada en concreto. Y es que para ser fieles al espíritu del 68, sabemos cómo empieza pero no sabemos cómo termina".

En la inauguración además de la charla a cargo de Pauls y Prieto, Fernando Romero presentará la proyección de su trabajo 1968 en Youtube y Pablo Dacal interpretará todos los temas de un clásico de Leonardo Favio, Fuiste mía un verano.