Lunes, 14 de abril de 2008 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › "SED DE MAL", "¿QUE HORA ES?" Y "QUE EL CIELO LA JUZGUE" EN MADRE CABRINI
Desde hoy, podrán verse serie de films, que fueron motivo de admiración y que de hecho figuran en la historia del cine,
Por Emilio A. Bellon
Para esta semana que se inicia, y de acuerdo con las características habituales de su programación -que ya define todo un estilo propio-, la sala Madre Cabrini nos ofrece una serie de films, que vuelve a poner en pantalla nombres que ya figuran en la historia del cine; películas que han sido motivo de admiración en su tiempo y a posteriori. Y que ahora, afortunadamente, podemos volver a admirar en esta sala que nos lleva a reconstruir las funciones cinematográficas de entonces.
Hoy a las 19.30 se podrá admirar una vez mas la versión restaurada del film de Orson Welles de 1958 Sed de mal ("Touch of evil"), pieza antológica considerada "como el canto del cisne del policial negro clásico", obra que ha sido motivo de una considerable bibliografía. Y para quienes la han visto, ¿cómo olvidar ese plano secuencia inicial, en el que ya están planteados los principales temas del relato, que nos presenta cómo se activa una bomba de relojería, que tiene lugar en un espacio de fronteras?
Rodada en blanco y negro, con fotografía de Russell Metty, a continuación de Mr. ArkadinRaíces en el fango, otro de sus enigmáticos puzzles, Sed de mal nos lleva ya en el primer momento al encuentro de una pareja de recién casados, quienes serán testigos de un atentado. El, de origen estadounidense, es un policía que comenzará a investigar desde sus planteos lógicos ese siniestro. Y este rol está interpretado por el actor recientemente fallecido, Charlton Heston, impuesto por la política de estudios. Su compañera es Janet Leigh, quien en dos años más pasara a ser una de las tantas actrices míticas por su rol en el film de Alfred Hitchcock, Psicosis.
Definida igualmente como "la primera película policíaca moderna", por el tratamiento del Bien y del Mal, Sed de mal nos ubica de inmediato en el cruce de otro personaje, el del capitán corrupto Hank Quinlan de una presencia física amenazante, de una oscura megalomanía, de una estatura que nos recuerda a ciertos personajes de Shakespeare. Quinlan, que ya está ubicado en la galería de "los malos" del cine, se maneja como un sabueso, instintivamente. Rol admirable que nos reserva el propio Welles, acompañado por elección propia por la siempre hipnótica Marlene Dietrich, quien en su rol de gitana y vidente le señalara, ante un pedido de este: "Tu futuro no existe mas".
La versión que podremos ver esta noche es la que fue pensada y guionada por el propio Welles, la que fue filmada y terminada por él y no la que finalmente decidió presentar la Universal. Restaurada en 1998, según sus propios apuntes, la misma incluía casi veinte minutos más y la supresión del tema musical, compuesto por Henry Mancini, de los títulos iniciales.
Para quienes ya la han visto más de una vez, para los que serán sorprendidos esta noche, transcribimos otros de los parlamentos del film que marcaron toda una época. En un momento, el agente estadounidense Vargas se dirige desafiante a Quinlan, oficial mejicano a cargo del hecho señalado: "Dígame, ¿entonces quién manda? ¿La policía o la ley?".
Basado en una novela de Whit Masterson, con guión del propio Welles, este film marca el regreso del realizador de Citizen Kane a Hollywood tras haber filmado en Europa sus tan personales transposiciones de Macbeth y Otello. Como era de esperar, en tanto Welles siempre fue rechazado por los productores, Sed de mal no obtuvo ninguna nominación para los Oscars de ese año.
A las 21.30 de pasado mañana, se podrá ver Che ora e, film de Ettore Scola del 89, filmado a posteriori de su tan exitosa obra La familia, que reúne a dos recordados actores, particularmente por su manifiesta sensibilidad: Marcello Mastroianni y Massimo Troisi, fallecidos en 1996 y 1994 respectivamente. Ya desde el titulo surge una pregunta, tal vez retórica, que será más que leit motiv a lo largo de ese domingo en el que un hombre de más de sesenta años, abogado, decide ir a visitar a su hijo que está cumpliendo el servicio militar en Civitavecchia. Al igual que en tantos otros films de su autoría, aquí están presentes los vínculos generacionales y la dificultad de comunicación entre sus interlocutores. Cara a cara, padre e hijo comentarán anécdotas, recordarán situaciones del pasado, se plantearán aquello que tal vez nunca se han dicho. Sin embargo, al final del día y tal vez asustados por la modalidad atípica del encuentro, escucharemos por parte del padre: "Hemos hablado de todo para no hablar de nada".
Sin embargo, un viejo reloj, perteneciente al abuelo paterno ferroviario, habrá hecho posible que entre padre e hijo se abra una nueva confidencia. Pero igualmente una serie de reproches continuarán estando presentes. Entre el humor y la nostalgia, entre risas y reproches, este domingo compartido tal vez señale un próximo encuentro.
Para el viernes 18, a las 19.30, se anuncia uno de los grandes melodramas de todos los tiempos, otro acercamiento al estudio del Mal, otra de las grandes obras que llevan como protagonista a una mujer enloquecida de amor. Nos referimos al film de John M. Stahl de 1945, Que el cielo la juzgue. Nominada por el Oscar a la mejor actriz, Gene Tierney debió competir ese año, por este rol que está considerado como uno de los mas logrados de su carrera, con Ingrid Bergman, Jennifer Jones, Greer Garson y Joan Crawford, quien finalmente lo obtuvo por su rol en El suplicio de una madre de Michael Curtiz.
Film de la Fox, que parte de una novela de gran recepción de Ben Ames Williams, Que el cielo la juzgue se construye desde un flashback que pondrá en escena una turbulenta relación de posesión y celos que no escatima la planificación del crimen. Definido como un "thriller psicológico", de rasgos oníricos, el film está planteado desde un paroxismo in crescendo, alucinatorio y que borra líneas de demarcación.
Por su tono maravilloso y por la fuerza de lo terrible, el film interpretado igualmente por Cornel Wilde, Jeanne Crain y Vincent Price, en el rol de un severo e implacable fiscal, fue definido como "una pieza excelsa del cine romántico", por su desenfrenada violencia emocional, por su arrojo hacia el abismo. La fotografía en technicolor, a cargo de Leon Shamroy, fue galardonada ese año y la banda sonora fue compuesta por Alfred Newman. En un pasaje del film, la protagonista afirma ante su marido: "Las personas que tu amas no mueren jamás verdaderamente".
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