Escrita por el irlandés Martin McDonagh, The Pillowman irrumpió en el teatro comercial porteño con una propuesta poco habitual para ese entorno. Protagonizada por Carlos Belloso, Pablo Echarri, Carlos Santamaría y Vando Villamil, la obra que dirige Enrique Federman se enmarca en un movimiento que, según explicó Belloso a este medio, "se denomina in your face, un estilo de teatro muy duro, sin concesiones para el espectador". "Dice lo que tiene que decir y te lo dice en la cara", graficó en alusión a una de las características centrales de la puesta que brindará tres funciones en El Círculo (hoy a las 21, mañana y el domingo a las 20).

"El argumento es muy básico: hay un interrogatorio de dos policías a un escritor sospechado de unos crímenes que se cometen igual que en los cuentos del autor. Al mismo tiempo él tiene un hermano, entonces se los acusa de los crímenes. Y en ese interrogatorio devienen todos los temas que en un momento caen como catarata. Al mismo tiempo se realizan los cuentos del escritor, uno por uno, entonces vas entendiendo la vida del escritor, la de su hermano, la vida en esta sociedad. Los cuentos también sirven como catalizador y para informar", detalló Belloso en relación a un texto donde se tratan temáticas como el maltrato familiar, el abuso de niños, el estado totalitario, la policía, el maltrato de la policía y, también, la literatura.

En ese sentido, el actor explicó: "Son muchos temas con un pretexto que al principio es el thriller policial, y al mismo tiempo está mechado con humor negro, y es muy irónico. Entonces si bien la obra es dura tiene una descarga de humor que la aligera un poco. Es una obra impecable, que realmente merece ser vista porque es un nuevo teatro, que no se ve por estos lados. Quizás este estilo de obras se hace más en el under, en lugares más chicos, más intimistas, donde no hay mucha concesión, donde no se va a ver a Pablo Echarri. El tema es que Echarri eligió también este material y habla de las ganas que tiene de hacer teatro. Es una obra que también se puede llegar a dar en lugares más intimistas, más under, pero se decidió hacerlo masivamente, y el resultado es una obra impactante donde el público se paraliza".

Belloso admitió que "la gente piensa ver una cosa y cuando empieza a ver esta obra se da cuenta de que es muy profunda. Realmente cala hondo, porque está hablando de cómo estamos en la actualidad. Pone a los medios de comunicación como un actor más de la dramaturgia, se habla de las noticias y de los diarios, realmente estás viendo un reflejo. Que es lo que debería causar el teatro, que no se trata de un entretenimiento donde ves chicas ligeras de ropa, te divertís y nada más. Esto tiene mucha ironía y humor negro, pero al mismo tiempo reflexionás. Y el humor descomprime pero al mismo tiempo es muy culpógeno, porque mi personaje es un espástico con debilidad mental. Seguramente en la calle no te reirías de una persona así, pero al mismo tiempo mi personaje te va demostrando una lógica que no es común. Tiene una lógica especial y te reís porque a veces tiene más sentido común mi personaje que los demás", concluyó Belloso.