Domingo, 8 de enero de 2006 | Hoy
Rosario ha impresionado a propios y extraños a partir de
ciertos hechos que la han ubicado como una "ciudad cultural".
Sin embargo, gran parte del teatro local parece fuera del fenómeno
Por Julio Cejas
Después del "exitoso" III Congreso de La Lengua Española, el imaginario colectivo y gran parte de los medios locales, soñaron con una ciudad que en nada le tenía que envidiar a las grandes capitales culturales del mundo. Si tomamos en cuenta la escasa o nula repercusión que este fenómeno mediático produjo en la actividad teatral local no pareciéramos estar hablando de lo mismo. Salvo el espectáculo "Solo como una perra" que generó un verdadero polo de atracción de espectadores, inédito para un artista local, y en menor medida algunos grupos humorísticos como "Lo Lumvrise", "Marca Cañón" o "Faldas Largas" que dirige exitosamente Mario Vidoletti, el resto sigue trabajando en un anonimato que siempre caracterizó a la mayoría de los elencos rosarinos.
Lo cierto es que estas producciones que alcanzaron el reconocimiento de un público reacio a la mayoría de las ofertas con sabor local, ya venían generándose mucho tiempo antes del mentado fenómeno.
Si Rosario ha sido comparada por algunos sectores exitistas con las ciudades de Nueva York o Barcelona en lo que respecta a la movida cultural y del espectáculo, esto no pareciera reflejarse en las cifras de las salas independientes o en cuanto sitio se presenten propuestas del joven teatro local.
En todo caso se sigue reiterando el fenómeno tristemente célebre que estigmatizó históricamente a la ciudad que reconoce solamente a sus artistas cuando estos son "legitimados" por los medios de comunicación y la crítica porteña.
El arte de una ciudad donde los únicos capacitados para auspiciar o esponsorear producciones o eventos artísticos a nivel de la actividad privada son empresarios a los que poco les interesa arriesgar sus capitales en "aventuras experimentales"; no tiene nada en común con la idea que se tiene de esto en las grandes "capitales culturales" del mundo.
La ausencia en la mayoría de los programas de televisión rosarinos, (salvo honrosas excepciones como "Puro Teatro" del periodista Miguel Pasarini en el Canal 4 de Cablehogar), de artistas locales, la falta de creativos que programen verdaderos espacios donde se difunda la cultura rosarina, el desinterés de los empresarios por financiar cualquiera de estos espacios, redondea en parte el panorama de desinformación que tiene el rosarino medio acerca de los nombres y los rostros de los hacedores del espectáculo local.
Hay algunos aspectos a tener en cuenta a la hora de evaluar el suceso de "Sólo como una perra" y en menor medida el de "Faldas largas", productos de auténtica factura local que nacieron como tantos otros en pequeñas salas de esta ciudad y que después de algunas temporadas accedieron a las grandes salas comerciales con abrumadora respuesta de espectadores.
Hay una constante que viene repitiéndose hace años y también en menor medida en los bares y café-concert locales y que privilegia el tema del humor como factor excluyente para acercar a los artistas con el público.
En este sentido nombres como el de Liliana Gioia, Andrea Fiorino, Silvina Santandrea, Gachi Roldán, por citar algunas de las actrices que han descollado en el viejo oficio de hacer reír, resultan más familiares para un amplio sector del público rosarino.
Pero al igual que en el caso de Juan Pablo Geretto, es indiscutible el hecho de que para muchos estos nombres vienen precedidos por identificarlos en alguna que otra aparición en programas televisivos.
Este es el secreto y no solamente el talento propio y la perseverancia de estos verdaderos comediantes rosarinos, cualidades de las cuales no están exentos gran parte del resto de los actores que trabajan en propuestas dramáticas o experimentales.
Pasa que el humor siempre "vende" más que otro registro de las artes escénicas; pero una ciudad que se precia de estar a la altura de las grandes capitales de la cultura, debería tener en cuenta que en esas capitales se apuesta a un desarrollo más armónico de todas las expresiones artísticas.
Un contundente ejemplo de esto es lo ocurrido en el resto del país con una producción eminentemente experimental como es la obra "Medea" dirigida por Gustavo Guirado.
"Medea", representó a la Región Centro (Córdoba, Entre Ríos y Santa Fe) en la XX Fiesta Nacional del Teatro, que se realizó el año pasado en Río Negro y a partir de allí fue invitada por los organizadores de los Festivales del Mercosur, Rafaela y Argentino de Teatro en Santa Fe. En Rosario muy pocos espectadores han visto este espectáculo y en general una gran mayoría ignora quienes son los responsables del mismo.
Esto quiere decir que hay una franja considerable de espectadores que puede disfrutar tanto del humor como de otras propuestas que lo emocionen y lo interesen desde otro lugar.
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