Durante años, Massacre se sostuvo como una banda reconocida por un público medianamente numeroso y una crítica que se ocupó de moldear su condición de culto. La edición de El mamut, hace ya cuatro años, esfumó ése rótulo y le permitió alcanzar una masividad que pudo haberlos corrido del eje. Pero no lo hizo: esperado, el sucesor de aquel material lleva por título Ringo, homenajea a Bonavena y confirma que los Massacre siguen sosteniendo un enorme nivel musical pero, por sobre todas las cosas, una afinidad por los orígenes que se emparenta con las del enorme boxeador. Mañana, a las 22, la banda llegará a Willie Dixon para recorrer buena parte de su flamante obra, en un recital compartido con otro peso pesado: Flavio Cianciarulo, una de las mentes brillantes de Los Fabulosos Cadillacs.

Y si bien la presentación oficial de Ringo entrará en el calendario 2012, los Massacre decidieron salir al ruedo con buena parte de las canciones que componen este muy buen disco, con el que lograron satisfacer las enormes expectativas generadas con su anterior obra. Así lo reconoció Walas, histórico cantante del grupo, en diálogo con Rosario/12: "Después de El mamut nos cambió mucho la realidad, incluso la perspectiva de lo que significaba hacer un disco nuevo, el que sería el sucesor de El mamut. Entraron en juego un montón de cosas que antes no había, más público, más críticos, más periodistas, más presiones y responsabilidades. Durante muchos años tuvimos esa etiqueta de banda de culto, lo que implicaba una dinámica que tiene que ver con lo artístico. En cambio cuando sacamos un disco que se convirtió en un éxito, involucramos otra cosa, el entretenimiento, el espectáculo. La diferencia entre ser un artista de culto y un artista popular, es que la gente está esperando el hit, el tema que escuchó en la radio. Se nos vinieron encima un montón de cosas que durante muchos años no habíamos contemplado ni tenido en cuenta. Nosotros tocamos siempre para nuestro público, tocábamos los temas que queríamos y disfrutábamos de éso. Ahora, cuando vas a un festival, acompañando al hecho artístico entra en juego el concepto de entretenimiento".

Después de la experiencia de coproducir El mamut junto a Juanchi Baleirón, los Massacre decidieron "no repetir fórmulas" y convocaron así a Alejandro Vázquez. "Para escaparle un poquito al éxito, que siempre fue algo que nos conflictuó, fuimos a hablar con Alejandro y fuimos componiendo los temas. Un poco haciendo como fue siempre de chicos, pero ahora con este fantasma de tener que empatar a El mamut, o tener que superarlo. Hasta que finalmente lo logramos, algo que no dijimos nosotros sino también la crítica", precisó, con orgullo, el cantante.

Con una gran recepción en la prensa, Ringo logra dar un nuevo salto de calidad musical, y desde su título se amolda a la historia de un grupo que creció más de lo imaginado, pero que no olvida sus raíces. "Creo que Ringo nos representa, por un lado, a los argentinos, por cómo somos ideológica y costumbristamente. Y, definitivamente, nos representa a los Massacre, que por más que toquemos donde toquemos, por más que lo bajemos de una piña a Cassius Clay en el Madison Square Garden, seguimos siendo los mismos tipos que viajan en subte", apuntó Walas, y concluyó: "Podemos tener éxito, llegar a más gente, estar mejor producidos y marketineados, pero que la esencia sigue siendo la misma. Podemos hacer temas sin el ingrediente que se necesita meter para tener éxito, y por lo visto tenemos algo que nos gusta a nosotros y que le empieza a gustar más a la gente".