La tormenta que azotó Rosario en la medianoche del martes causó su mayor impacto en la Fiesta de las Colectividades, de donde salieron 25 personas heridas y hubo stands arrasados por el temporal, y dejó un tendal de trastornos en la ciudad, entre cortes de luz, árboles caídos, y voladura de chapas, tanques de agua y carteles.

El punto más vulnerable estuvo en la tradicional celebración junto al río y sobre el Parque de la Bandera. El viento, que a las 23 alcanzó los 101 kilómetros, derrumbó carpas en al menos seis stands y todos los consultados coincidieron en que podría haber resultado una catástrofe porque el predio estaba bastante concurrido a pesar de que desde la tarde se había lanzado el alerta metereológico. El espacio de Pueblos Originarios fue el más castigado. El viento embolsó la carpa principal y la volteó como si hubiera sido de papel. La mayoría de quienes estaban trabajando allí se guareció bajo un mostrador mientras los caños de la estructura caían a su lado y aplastaban las ollas con comida.

Valeria Merlo no alcanzó a cubrirse. La encontraron inconsciente bajo un lío de lonas y caños, con un brazo fracturado. Otro de los que trabajan en ese stand, Eduardo Arregui, cayó sobre las brasas de una parrilla y debió ser hospitalizado. Roberto Arévalo, presidente de la Asociación de Estudiantes Peruanos, sufrió la fisura de una costilla cuando una heladera se le vino encima. El Sies atendió en total a 25 personas, nueve de las cuales derivó a distintos hospitales con traumatismos varios, pero ninguno de gravedad.

El temporal obligó a suspender la Fiesta, que se reanudaría hoy. Durante la jornada de ayer hubo trabajo contrarreloj en casi todos los stands para reparar los destrozos. "Las carpas eran nuevas, pero tal vez no tenían buena calidad o la empresa la fijó mal. Perdimos mucha comida y herramientas de trabajo, hasta voló el horno de microondas. Contra la naturaleza no se puede hacer nada", lamentó Cristina Choke, de la comunidad kolla. Y apuntó que en la confusión hubo quienes aprovecharon para apoderarse de carteras y bolsos ajenos. "Hasta garrafas nos robaron", reveló.

El secretario de Defensa Civil, Marcos Escajadillo, aseguró que "a los stands se les informó desde las siete de la tarde lo que iba a ocurrir, el escenario mayor se cerró antes de que se desatara la tormenta y a las 22 estuvimos cerrando todo el predio como para que la gente llegara a sus domicilios".

La titular de la Asociación de Colectividades Extranjeras de Rosario, Lydia del Grosso, reconoció que la organización avisó a todas las delegaciones, "pero como después el tiempo estaba en calma se decidió abrir el escenario y dar inicio. Lamentablemente, la tormenta llegó y con mucha fuerza". De todos modos, adjudicó "irresponsabilidad de las carpas que cerraron a medias", y temeridad en el público que acudió al predio pese a los avisos tempranos de alerta meteorológico.

Los otros stands más estropeados son los de las colectividades de Polonia, Irak, Croacia, Perú y Siria. Juan, de esta última delegación, admitió que un agente de Defensa Civil "pasó avisando a eso de las ocho (de la noche) por los puestos que había alerta metereológico, pero a las diez todavía había gente y no se la puede echar". Consultado sobre la pertinencia de la organización en habilitar la fiesta estando en conocimiento del fenómeno climático que se abatiría por la noche, el joven de la colectividad siria opinó que "estuvo bien en abrir, pero si se hubiera cerrado antes hubiera sido mejor".

Hugo y Cori, del stand italiano Campani Nel Mondo, contaron: "A las 7 reforzamos la carpa porque había alerta. Cuando vimos la tormenta entramos las sillas y cerramos el escenario. Y cuando la gente vino corriendo a meterse en la carpa la mandamos adentro del galpón", dijeron en alusión al galpón 15, adonde la Municipalidad propuso instalar parte de los stands más perjudicados. Al lado, en el stand croata hombres y mujeres paleaban arena sobre el barro del patio y rescataban tres freezers destartalados por el techo de la carpa derribada.

Emilia Cassanello, desde el stand de Rusia, valoró que las medidas de seguridad adoptadas evitaron que el fenómeno climático causara una tragedia en la quinta noche de Colectividades. Y mostró las jabalinas enterradas para hacer descarga a tierra en la estructura de la carpa, en los reflectores del escenario, y en la cañería de gas enterrada. "La seguridad nos salvó", dijo, y atribuyó los daños a "la peor tormenta" que sufrió la Fiesta en sus 27 años.

En los breves minutos en los que cayeron los 21 milímetros de lluvia, soplados por ráfagas que alcanzaron 101 kilómetros por hora, más de uno se acordó de la pedrea acaecida cinco años antes. Pero aunque esta vez no hubo granizo, el viento se encargó de generar múltiples problemas.

Los vientos causaron cortes de energía en diversas zonas de la ciudad.

La Municipalidad registró durante la jornada 179 denuncias de árboles caídos, quince de los cuales lo hicieron sobre viviendas, pero también sobre calles y cables de energía y de alumbrado público. El día arrancó con una docena de distribuidores de media tensión fuera de servicio. Los sectores más afectados estuvieron en zona sur y zona oeste, Cabín 9, Santa Lucía y Nuevo Alberdi. También en sectores del macrocentro, entre Lagos y Montevideo, y avenida Francia y Córdoba; Urquiza, 9 de Julio, Richieri y Vera Mujica. La EPE informó anoche que seguían caídas cuatro líneas de media tensión y varias fallas dispersas en la red de baja tensión, lo que anticipa para hoy un día con múltiples reclamos.