La cartelera teatral local se va poblando lentamente de las ya tradicionales reposiciones que aceptan el desafío de las altas temperaturas y proponen una refrescante oferta de espectáculos para la gran cantidad de rosarinos que decidieron veranear en la ciudad. Con diferentes abordajes de ese género casi siempre infalible que es el humor, febrero arranca con el re﷓estreno de El Frac Rojo, todos los viernes a las 22 en el Cultural de Abajo (Entre Ríos y San Lorenzo), y de Días de Humor, que se repone todos los sábados a partir de las 22.30 en Baraka Resto Bar (Callao 120 bis).

Con su versión de El frac rojo, Nicolás Jaworski recupera uno de los últimos textos del gran escritor y dramaturgo argentino Carlos Gorostiza, que en 1988 volvía tras los pasos del grotesco y del absurdo para mostrar, una vez más, la desorientación de la atribulada clase media argentina. El director del grupo Tablas Rodantes contó en esta oportunidad con el aporte de sólidas creaciones actorales, como las de Mario Vidoletti, Marita Vitta y Aldo Villagra, a los que se sumaron Flavio Soso, Bernardo Vitta y Ebelyn Rita; conformando un equipo en el que colaboró Soledad Otero tanto en el vestuario como en la prensa, producción general y asistencia de dirección.

La obra aborda la historia de una familia que nos resulta muy conocida: padres complacientes, hijo adicto, en un cuadro de incomunicación que intenta ser quebrado por la ayuda de Mario, un amigo de la casa, que trata inútilmente de hacerlos reaccionar. Todo ante la silenciosa mirada del abuelo que, premonitoriamente, hace años ha dejado de hablar.

La puesta en escena planteada por Jaworski aprovecha los diferentes "rincones" del Cultural de Abajo para dar cuenta de la incomunicación que existe entre los personajes de la obra. La ubicación de la escenografía juega en este sentido: el mobiliario tabica y dificulta la interrelación, el acercamiento entre seres acribillados por sus propios conflictos interiores. Una vez más, la vigencia del grotesco nos hace pensar en que a pesar de que soplan nuevos vientos en la escena nacional, las máscaras del fracaso siguen asomando como vestigios de una obstinada herencia.

En otro registro y con una dramaturgia auténticamente rosarina, vuelve Días de humor, espectáculo de café﷓concert estrenado el año pasado en Caras y Caretas y que ahora, en su "nuevo formato", recala en una de las trincheras del teatro﷓bar local: Baraka. Dos experimentadas actrices del género, como Ofelia Castillo y Silvina Santandrea, se asociaron el año pasado con el humorista Juan Mangiarelli y propusieron este divertimento fusionando dos espectáculos: Atrápame y Fiebre de Varieté.

Según sus responsables, Días de humor está armado como un compendio o balance de todos sus trabajos anteriores y pretende cerrar una etapa, para comenzar a encarar nuevas cosas, según lo anuncian los responsables de este "nuevo formato": "Los actores nos traen un popurrí de personajes desquiciados, grotescos y queribles para aliviar a pura risa las noches del verano rosarino; una acelerada cabalgata humorística que incluye música, boleros, historias insólitas y delirios varios".

El público volverá a reencontrarse con Marga del Mar, la dama del bolero ("Una presencia estelar, una voz única y un carácter de porquería"); Pablito, que quiere ser artista a fuerza de actitud y animal print; Silvana, decidida a que la vida comience a los cuarenta, caiga quien caiga; una RRPP y party planner que nos abre las puertas de la noche loca rosarina. Y no podían faltar a esta cita esperpéntica el inefable Rolando, que hace de su oficio de taxista una forma del vandalismo, y la felina animadora del programa infantil Papi, papi, comprame....!.

"Las luces están dispuestas, la música suena y el público se apresta: de todo como en botica, cartón pintado y harapos de lamé", proclaman los creadores de Días de Humor, que auguran risas a granel y recomiendan a los interesados hacer sus reservas al 4234012.