Si bien el director de Inspección Municipal, Gregorio Ramírez, aseguró que los boliches de la ciudad están controlados, desde el Sindicato Unico de Trabajadores de Control, Admisión y Permanencia (Sutcapra) advirtieron que la mayoría de los locales nocturnos rosarinos "no cuenta" con las medidas de seguridad obligatorias, tales como la tenencia de matafuegos, cortinas ignífugas, detectores de metales, puertas antipánico y salidas de emergencia amplias.

El titular del sindicato de los patovicas, Sergio Gallina, aclaró que la seguridad en los clubes nocturnos pasa por dos frentes, uno de los cuales está completamente desatendido: la capacitación de los guardias y los dispositivos de protección dentro de las instalaciones. Es justamente este último punto donde fallan las inspecciones. "Los compañeros están altamente capacitados (hace cinco años cumplen con los talleres organizados por Defensa Civil), pero falla el control de la Municipalidad", aseveró Gallina en Radio 2 y explicó que sólo cinco discos de la ciudad cuentan con las puertas antipánico -que pueden ser abiertas desde los dos lados- obligatorias desde la tragedia de Cromañón. El tema volvió a estar en al agenda pública tras lo ocurrido en la discoteca de la localidad brasileña de Santa María.

Sobre la situación local, el sindicalista señaló que las dimensiones de las salidas de emergencia no son las adecuadas, por cuanto en muchos casos son demasiado estrechas, lo que puede propiciar que en situaciones de riesgo se produzcan avalanchas humanas que ocasionan la muerte por aplastamiento. Asimismo, señaló que el 80 por ciento de los boliches tienen detectores de metales y que de ese porcentaje, son muy pocos los que de hecho lo activan. Aún menor es la cantidad de establecimientos que someten sus cortinados a tratamientos ignífugos. Al parecer, muchas veces no se cuelgan a la vista para evitar que "el chistoso de siempre los active". Para el gremialista esto es "contraproducente", porque al momento de suceder un imprevisto y necesitar usarlos, se pierde mucho tiempo en su búsqueda. También señaló el "peligro" que significan los bares de la costanera.