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Luego de un encuentro fortuito en La Esquina del Negro, y a partir de una propuesta del productor Hugo Méndez, los artistas Aníbal Benítez y Claudio Didoli aceptaron el desafío de reunir en un mismo espectáculo sus personales visiones sobre el humor. Así, en 2010 le dieron forma a Humor más humor, antecedente necesario para la creación de Dos tipos de humor, la obra que esta noche a las 22 estrenarán precisamente en el café concert de Brown y Callao (donde continuarán luego durante los sábados de febrero). Especialista en las imitaciones, Benítez vuelve a ofrecer una generosa recorrida por personajes del mundo artístico, de la política y de los dibujos animados, proponiendo un estilo de humor directo que se equilibra con las apariciones musicales de Didoli y su set de canciones que invitan tanto a la risa como a la reflexión.

"Tal como dice el título del show, somos totalmente distintos", remarca en ese sentido Benítez, que en poco más de dos horas de espectáculo le pone voz a una treintena de personajes. "Hago todo lo que son imitaciones de cantantes y personajes de actualidad, del deporte, hago un segmento con Cristina y otro con Néstor, que habla desde el cielo --detalla--. Ahí transporto al show lo que hago en radio (NdR: en la mañana de Lt3). En la radio hago el móvil celestial, donde están Facundo Cabral, Verdaguer, Chirolita. Ese pedacito lo hago en una pasada muy rápida en el inicio del show. Después hago a cantantes como Cacho Castaña, Luis Miguel, Raphael, Sabina. Y también hago voces de dibujos animados, de Los Simpsons".

A diferencia de otros imitadores, Benítez sólo personifica a algunos de sus personajes, apostando en cambio a la veloz aparición de voces perfectamente reconocibles por los espectadores. Desde ese abanico, el actor le da rienda suelta a un humor directo, pícaro.

Un estilo que encuentra su equilibrio en las canciones de Didoli, que también logró reconocimiento desde el éter con su proyecto Periodistas en Banda, que hasta 2010 animó las mañanas de Lt8. "En la radio hacíamos humor cotidianamente, y llegamos a hacer diez canciones semanales --recuerda el compositor--. Ahora, en el espectáculo, descanso mucho en algunos temas clásicos del repertorio que van más allá del momento, pero también por ahí se me da por hacer una canción que tiene que ver con la actualidad y la incluyo".

La vida cotidiana, los paisajes y hechos típicos de la ciudad se combinan en las líricas de Didoli, que apelan al humor pero intentan ir un poco más allá de la carcajada: "El espectáculo gira en torno a cuestiones que tienen que ver con la ciudad, con hechos cotidianos. Hay por ejemplo una canción sobre la humedad, otra sobre las pretensiones de autonomía respecto a la provincia. Siempre desde un punto de vista humorístico, lo mismo que en otra canción que habla sobre el trole, pero también son canciones evocativas, que apelan a la emoción. Son canciones que vuelven a la risa, pero que también llaman la atención sobre cosas de todos los días".

En este nuevo trabajo, la dupla se renueva además en un número compartido, en el que personifican a dos gauchos con estilos poéticos claramente diferenciados. Una experiencia de interacción que bien podría llegar a profundizarse en alguna nueva creación conjunta de estos dos tipos de humor.