Sábado, 9 de agosto de 2014 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › MUSICA. JORGE FANDERMOLE PRESENTA SU NUEVO DISCO, FANDER
Editado por Shagrada Medra (el sello entrerriano que dirige Carlos Aguirre y que publicó sus dos obras anteriores), el regreso del compositor llega por partida doble, incluyendo canciones inéditas y reversiones de antiguas joyas.
Por Edgardo Pérez Castillo
Cada disco de Jorge Fandermole representa una celebración. Publicado en junio, a nueve años de su último lanzamiento, Fander calmó la ansiedad de la espera proponiendo un festejo duplicado: en su carácter de disco doble conviven nuevas creaciones junto con reversiones de obras que resultaban ya de difícil acceso, unificadas por el fulgor compositivo de un autor esencial. Aún eternas, muchas de esas joyas que Fandermole publicó en sus discos (descatalogados) de los años 80, son revisitadas con una mirada actualizada, con una sonoridad que es también eje de las obras inéditas, y que responde a la consolidación del trío que el cantante conforma desde hace casi una década junto a Marcelo Stenta en guitarra y Fernando Silva en cello y contrabajo. Como es ya habitual desde la publicación de Navega en 2002, el flamante lanzamiento (a través del sello entrerriano Shagrada Medra que dirige Carlos Aguirre) reluce también con los aportes de un listado de invitados que, en buena parte, formarán parte del concierto que esta noche, a las 21, se desarrollará en el Centro Cultural Parque de España (Sarmiento y el río).
Entre ellos se contarán nombres como Carlos Pino, el propio Negro Aguirre, Julián Venegas, Lucas Heredia, Luis Barbiero, Julio Ramírez y Juancho Perone, otra pieza clave en el eje sonoro del notable Fander. Una doble publicación sobre la que su creador apunta a Rosario/12: "El disco es un poco el motivo y la causa de este lapso largo transcurrido desde Pequeños mundos. Por un lado porque empezamos grabando el disco de canciones viejas, versionadas nuevas. Ese plazo se estiró y se fue superponiendo con la producción del disco de canciones nuevas. Todo eso hizo que el tiempo se hiciera más elástico aún, así que en un momento ví la posibilidad de sacarlos como un material doble. Me pareció una buena oportunidad para agrupar en una misma producción ese material que había quedado de alguna forma sumergido, o sin circulación, y juntarlos con el repertorio más reciente".
- Más allá que la edición conjunta le da unidad desde lo físico, desde la estética gráfica, también hay unidad en relación a la sonoridad. Y quizás a diferencia de Navega y Pequeños mundos, en Fander el eje parece puesto en el trío, convertido en cuarteto a partir de la presencia reiterada de Juancho Perone. Si bien hay invitados, ese cuarteto parece ser el eje en ambos discos.
- Sí, justamente lo que le da unidad a los dos discos es un poco que obviamente los soportes instrumentales, además de los criterios de arreglos, están sostenidos de la misma manera en ambos. Un poco me parece que la mayor responsabilidad nos cabe a la formación de trío con Marcelo y Fernando, que son quienes más han aportado a la cuestión de arreglos y prueba, a quienes después se sumó Juancho, que como bien decís está en la mayor parte de las canciones. Después obviamente toda la sonoridad está completada y compartida con los invitados, que son unos cuantos. Este disco por ahí tiene más cuidado en relación a criterios arreglísticos, hay un mayor cuidado. Pero es bastante heterogéneo en cuanto a la densidad instrumental y la textura. En éste conviven algunas canciones que tienen un tratamiento acústico, de pocos instrumentos, sobre todo algunas canciones de raíz más vale folclórica, y hay otros que tienen una enorme densidad instrumental. En ese sentido es bastante diverso, hay cosas más despojadas y otras que son de mucha densidad instrumental.
- En entrevistas que ofreciste con motivo del lanzamiento de Fander te referiste al disco como "plural". En un punto tus últimos discos lo han sido, al menos en relación a la participación que le has dado a los invitados y sus miradas. Es una conducta reiterada en tu obra.
- Me parece que eso tiene que ver con dos causas. Uno es el hecho de que no soy un arreglador que puedo adjudicarme y hacerme cargo de la totalidad y la sonoridad del modo en que está concebida la instrumentación de una obra. Por otro lado nunca he trabajado con un arreglador que se hiciera cargo de todo ese trabajo. De modo que veo como una forma posible, y que me ha dado buen resultado, el contar un poco con los criterios de todos en cuanto a cómo manejar esa cuestión instrumental. Sobre todo por el hecho de que, cuando se trata de una producción de este tipo, independiente, donde los músicos no intervienen como sesionistas, sino que intervienen bastante más del proceso, tienen un compromiso mayor en ese sentido. También me ha dado buen resultado eso de dejar que la sensibilidad de los demás intervenga, escuchar sus opiniones, sus aportes. Tiene que ver con esa mayor responsabilidad que los demás toman en relación a tu propio proyecto. Es lo que ha ocurrido en este disco, pero también en los anteriores. Me parece que viene siendo una buena manera de encarar las cosas. Ya habrá oportunidad de intentar con otros métodos.
Y así como Fandermole es su propia e inmensa historia, es a la vez un nexo entre generaciones. Fander es claro ejemplo de ello, transitando entre los enormes Chacho Müler, Zurdo Martínez y Aníbal Sampayo (a quienes dedica "Agua dulce"), pasando por Carlos Pino ("Es una voz muy particular, un cantor que respeto y admiro muchísimo", dice Fander) y Raúl Carnota (para él va "Corazón de bombisto") hasta llegar a algunos nombres que permiten avisorar felices horizontes para una música popular argentina que revive y late: homenajeados en "La Luna y Juan" aparecen Monti y Quintero; aportando sus voces en distintos temas dejan su sello Julián Venegas y Lucas Heredia. "Me parece que uno es contemporáneo de todo lo que lo acompaña", apunta Fandermole al referirse a ese arco que conecta historia, presente y futuro de la música argentina, y que lo encuentra como generoso protagonista.
Y concluye: "Está ese reconocimiento a aquellos artistas que son actualmente compañeros de ruta y, al mismo tiempo, han sido maestros, porque son un poco más grandes. Como el caso de Raúl Carnota, con quien he compartido mucho, tenemos canciones hechas en aparcería, hemos tocado juntos. Después ese otro reconocimiento a la enorme influencia de esos otros mayores, el Zurdo, el Chacho, Aníbal Sampayo, que a partir de una obra de mucha calidad y solidez son aquellos en quienes uno se mira un poco para ver a dónde apunta y va con su letra y criterio artístico en general. Y, al mismo tiempo, las otras generaciones, aquellos que tienen veinte o treinta años menos que uno, son quienes aportan la otra mirada, la diferencia en los matices y lenguajes. Me parece que es sobre quienes uno tiene que estar muy atento, porque vienen a renovar, a reportar un poco de aire fresco a la propia idea. Me parece que mirar hacia adelante y hacia atrás son las dos maneras que tiene uno de comunicarse con su propia vida".
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