Estamos invitados a emprender un viaje cartográfico, a la búsqueda de una memoria viva que al ponerse en acto revele las relaciones establecidas con lo Otro y los otros. La invitación tan inquietante, llega a partir del universo construido por "Semilla del Aire", propuesta de teatro danza, del Grupo Escaleno que dirige Alicia Boggián, estrenada el año pasado y que hoy puede verse a las 20 en "La Sonrisa de Beckett (Entre Ríos 1051).

"Este trabajo, surge de una investigación sobre el movimiento y sobre los lenguajes y técnicas que cada una viene abordando, siendo la danza butoh, un lugar de encuentro, es una búsqueda basada en la construcción de un lenguaje propio que potencialice las intensidades de los cuerpos y su territorialidad en escena", dice Boggián a Rosario/12.

"Semilla del aire" nos invita según sus creadores a conocer una mujer "danzada" por las energías cíclicas de lo humano, lo animal y lo vegetal, se trata de un viaje que nos sugiere diversos actos que transcurren evocando un lugar lejano en donde las voces de los ancestros convocan a una danza de la tierra.

-Este espectáculo afianza una búsqueda iniciada en trabajos anteriores...

"Con ese lineamiento venimos trabajando con el Grupo Escaleno desde el año 2008, de ese primer encuentro devino la obra Matices de Barro, luego vendría Espejo y ahora esta última Semilla del aire, todo el material escénico es intransferible, las intensidades que se traducen en poéticas corporales, son personales" dice Alicia Boggián.

En este último trabajo, Escaleno, llega a moldear, según sus integrantes, la poética corporal de la bailarina e intérprete Alejandra Váldes, su material histórico, su lugar de origen, los tiempos, los ciclos, la mutación, lo orgánico, elementos conectados con el poema "Tiempo del Hombre" del siempre vigente Atahualpa Yupanqui.

-Además de la intérprete, ¿cómo se completa el equipo de trabajo que produce esta última producción del grupo?

-Ese guión dramatúrgico que abordé, lo trabajamos con Alejandra Valdés en colaboración con el músico Alexis Perepelycia, el iluminador Eduardo Safiguroa, la artista plática Paola Di Stillo ,todos bajo la asistencia de dirección de María Levalle, fuimos armando la puesta con la intención de dar a luz la impronta personal de cada uno en el abordaje del guión dice la directora.

El grupo define a "Semilla del aire" como obra de teatro danza, porque en ella se cruzan la minuciosa investigación del movimiento y su sonoridad corporal, historias, situaciones, lugares que conviven con la íntérprete, abordando una lectura universal del hombre en cuanto a los tiempos de mutación, ligado a los tiempos del universo y en los tiempos en los que transcurre.

"La pregunta es ¿cómo habitamos el tiempo?. Este cuestionamiento, creo, trasciende lo genérico, lo humano en nuestro transcurrir en el universo, me parece una temática sumamente contemporánea, la vivencia del tiempo social construye nuestra historia y la diversidad de percepciones de esos tiempos la historia del Universo", dice Boggián.

"En un momento fui parte de la vida vegetal, parte de la vida animal y ahora en presencia humana", dice Yupanqui en el poema elegido por el grupo para tratar de situar en la intérprete. Esos estados e intensidades que se traducen en presencias invisibles y metafóricas intentando dejar espacio para la imaginería del espectador.

-¿Cuáles fueron los procedimientos para armar esta dramaturgia del movimiento?

-Se trabajó desde la búsqueda de lo orgánico, vinculando las imágenes con el agua, con la tierra, todo aquello que traía Alejandra de su tierra natal Añatuya (Santiago del Estero): Los salitrales, los atardeceres, la aridez, la tierra, los colores, los rostros de la gente y hasta las voces y los modos de hablar dice la directora.