A lo largo de su entrevista telefónica con Rosario/12 habrá algunas palabras a las que Alex Lora --el legendario creador y compositor de la banda mexicana El Tri, una de las agrupaciones fundacionales del rock hispanoparlante en Latinoamérica-- recurrirá insistentemente. Una, claro, es rocanrrol, ésa a la que el guitarrista le adjudica un valor mucho más elevado que el de una mera descripción de género. La otra, "raza", es el término con el que Lora identifica al público rockero, al que ofrenda su obra consciente de que la música es un medio válido para torcer el rumbo de la historia. Una historia que, en el caso puntual de El Tri, comenzó a construirse hace casi 38 años, tiempo suficiente para que el grupo --hoy conformado por Lora en guitarra, Chela Lora en voz, Eduardo Chicos en guitarra, Oscar Zárate en bajo, Rafael Salgado en percusión y Ramón Pérez en batería-- registrara cuarenta discos. Es precisamente el último en ese inmenso listado el que, con el nombre de Más allá del bien y del mal, lanzó al El Tri a una gira por Argentina que, esta noche a las 21, dará comienzo en Zona de Nadie (Sarmiento 1037), donde actuarán como teloneros Lovorne y Los Vándalos, el grupo rosarino con el que compartirá además el resto de la gira, incluyendo las funciones en Córdoba, La Plata y Capital Federal.

Mientras tanto, a partir de la calidad de debut del grupo en la ciudad, el repertorio incluirá además algunas de las canciones esparcidas entre esas cuatro decenas de placas. Muchas de ellas seleccionadas por los propios fans desde el sitio web de la banda, según distinguió Lora: "En un momento dado, a la hora de la tocada piensas en qué rola estaría bien poner en la lista, empiezas a buscarla en tu cerebro y no te cae el veinte, mientras que la 'raza' pide las 'rolas' y entonces ya sabes más o menos qué piezas quieren escuchar ellos y por ahí te vas. Y en un momento dado si está la tocada y de repente se junta una bandita de cuatro o cinco cabrones que empiezan a gritar: ¡`Masturbado`!, ¡`Masturbado`! Pues ¡chinga tu madre!, va `Masturbado` (risas)".

-Muchos les preguntan por la clave de la vigencia, cuando en realidad hay que entender también que la música no deja de ser un trabajo. La cuestión, entonces, es saber cómo evitar que se convierta en rutina.

-Lo que pasa es que el rocanrol es una forma de vida. Cuando empecé a rocanrolear hace casi 38 años no pensé que iba a rocanrolear todo ese tiempo, o que iba a grabar cuarenta discos, simplemente dije: `Me vale, madre, es todo y que viva el rocanrol`. En este momento sigo sintiendo la misma sensación de libertad y desahogo cuando estoy dando de guitarrazos y de gritos que cuando empecé a hacerlo hace 38 años. En el momento que dejara de sentir la satisfacción, la libertad y el desahogo que me produce gritar "¡Chinga su madre todo el mundo y que viva el rocanrol!", en ese momento ¿qué caso tendría que lo siguiera haciendo? En el momento en que no hubiera nada por qué protestar, nada que comunicar, nadie a quien satanizar, ridiculizar, qué caso tendría que existiera El Tri. ¿Qué caso tendría que existiera la música popular? La música popular, independientemente de que sea rocanrol o no, tiene la finalidad de hacer que la gente que la interpreta y la gente que la escucha, y participa, se olviden de sus broncas, problemas, frustraciones, y se sientan libres. Yo me siento muy bien y me siento libre cuando estoy rocanroleando, por eso es que siempre lo he hecho con mucho gusto y nunca se me ha hecho pesado. Porque si no tienes la vocación para hacerlo no es nada fácil, porque tienes que abstenerte de muchas cosas, de muchas aficiones y pasatiempos que te pueden gustar también, pero si quieres que tu rocanrol vaya por el camino que tu quieres, no puedes tener ese tipo de aficiones. A mí me gusta mucho nadar, ir al teatro o al cine, pero no puedo hacerlo tanto porque tengo que rocanrolear. Y me gusta mucho más rocanrolear que ir al cine o al teatro. Es más, me gusta más rocanrolear que hacer el amor, porque el desahogo y la sensación de libertar que me produce el rocanrol no me la da el patchás (risas).

- Si bien el rock le da la posibilidad al público de desconectarse de los problemas, usted también lo considera como un medio que permita pensar.

- Claro, es para despertar otras sensibilidades y hacerte pensar. No es solamente una música para bailar, sino para hacerte recapacitar. Al mismo tiempo que, al reírte de tu desgracia, de tu problemática, te tomas la vida, como dijera El Chavo del 8, "por el lado amable". En la identidad del mexicano está mucho el reírse de su propia desgracia, entonces la música también es un medio para descargar tus frustraciones, desgracias, traumas y, al mismo tiempo, no azotarte por ellas, sino reírte.

-Si uno piensa en el rock como un ejercicio de pensamiento, haciendo un vistazo por las bandas que aparecen hoy en Argentina el panorama no es muy alentador. ¿Cómo es la situación en México?

-Pues mira, todos, tanto los rocanroleros mexicanos como los argentinos, lo que pretendemos es retratar el sentir de nuestra raza en nuestra música. En la medida en la que podamos plasmar el sentir de nuestra raza en la música, podremos hacer una música que deje huellas al paso del tiempo. Mientras menos retratemos el sentir de nuestra raza en nuestras canciones, más fácilmente el tiempo las borrará.