Cuando Gonzalo Ponzio comenzó a delinear las cualidades de Esta vez sí --la obra que protagonizan Claudio Danterre, Marita Vitta, Sebastián Ríos, Oscar Aguirre y Federico Bertero, y que cada sábado a las 22 se presentará en el Teatro del Rayo, San Martín 473-- se convenció de que hablar de gorilas y peronistas en pleno siglo XXI no era verdaderamente anacrónico. "Ese tema tiene sus revivals", fue el análisis realizado por el director de una puesta que (tomando como ámbito a una oficina pública a la que van a parar objetos perdidos) reúne a un grupo de empleados que se dividen en su amor y odio hacia Juan Domingo Perón, mientras aguardan la aparición de un compañero de quien no se conoce el paradero, y que se sorprenden con la llegada de un actor de películas de terror que, dice, tuvo un pasado glorioso.

En ese contexto, no es menor la aparición de este personaje vinculado a lo terrorífico, en una puesta marcada por un trasfondo político de peso. Así lo distinguió Ponzio a este medio: "Si bien la obra tiene algo humorístico, el terror siempre es terror. Hay cosas con las que no podés jugar demasiado, tomar todo en tono de broma, porque no hubo broma en esto. Hubo cosas que te habrán causado gracia, pero más bien es como reírte de las desgracias, y no pensado como un chiste, o buscado como una comedia ligera. Porque en esta historia no hubo comedia ligera. El humor aparece más bien sosteniendo algo que, por decirlo de alguna manera, no es gracioso para nada".

-Esta vez sí es una obra para la que hay que manejar cierta información, ¿o un extranjero, por ejemplo, puede disfrutar de la obra?

-Obviamente que nunca va a hacer una misma comprensión un argentino que un yugoslavo, por decir algo. Es algo bien argentino. Por ejemplo, el pintor Daniel Santoro, que es quien pintó el manual del niño peronista, cuenta que había estado haciendo dibujos para una historieta o un film de dibujos animados que financiaban europeos, y los dibujos que les parecían realmente argentinos eran aquellos que tenían que ver con toda la iconografía peronista. Lo entendían así. Culturalmente con eso a lo largo de la historia pasó de todo, como que a partir del 55 hay toda una gran censura, que se reflota en los 70 con el auge de la militancia. También pasa lo mismo a un nivel intelectual. Por ejemplo, cuando Berni pinta la mamá de Juanito Laguna, en ningún momento tiene el altarcito de Evita. Seguramente debe haber sido peronista, pero en todo ese período aparece como lavado. Para mí obviamente son antigüedades.