"La gente se siente totalmente absorbida por esa realidad doble del museo y de la ficción, mi deseo es la construcción de una suerte de viaje psicodélico, al mejor estilo de los happenings de los sesenta, pero sosteniendo la tensión con el teatro tradicional, hay mucho disciplinamiento en el espectador, está muy bien entrenado, obedece a las reglas que nuestra guía (Cecilia Patalano) imparte, y eso de alguna manera prueba la eficiencia de los dispositivos disciplinares modernos", dijo a Rosario/12 el dramaturgo y director local Sebastián Villar Rojas, refiriéndose a "El imperio de lo frágil", última creación de su autoría, estrenada en el Museo de Arte Contemporáneo de Rosario (MACRo).

Los personajes extraídos de la frondosa imaginación del autor de "El Exterminador de caballos" , son Laila Gilman , estudiante de Bellas Artes que desea triunfar en la vida a pesar de su escaso talento, Ricardo Pérez Condarte, su pareja, 30 años mayor que ella, reconocido arquitecto devoto de la obra de Oscar Niemeyer, que coordina desde Rosario el proyecto Puerto de la Música y Doriss, alguien que detonará los dispositivos de esta "metáfora tragicómica y feroz", como la cataloga su autor.

"Quería por fin poner a prueba la voluntad de personajes que tuvieran todas las posibilidades materiales y simbólicas de realizar lo imposible, claramente, personajes burgueses, pero no "nuevos ricos", sino pertenecientes a una élite cultural, quería intelectuales encargados de la dirección cultural e ideológica de la comunidad, como diría Gramsci, intelectuales orgánicos, debatir con ellos, y ponerlos a debatir entre ellos" -dice el autor de "El tercer hombre", "Todo se incendió de repente", "Moderna", "El porqué de todo", entre otros trabajos donde combinó dramaturgia con dirección teatral.

Al definir a sus criaturas, Villar Rojas destaca algunos aspectos "progresistas" en Richard y caracteriza a Laila como un personaje crepuscular, encarnando lo viejo que está muriendo y lo nuevo que está naciendo, mientras que Doriss, según sus propias palabras, vendría a dar cuenta de "las zonas de hibridación, las zonas de mestizaje del pensamiento contemporáneo."

"Cuando hablo de zonas de mestizaje ,me refiero a ese nuevo paradigma de un intelectual que se compromete con la realidad, pero que -aún comprometiéndose- no está dispuesto a negociar sus bajos instintos en favor de un abordaje pedagógico o solemne o "comprometido" de esa realidad." -dice Villar Rojas.

--A lo largo de tu trayectoria como dramaturgo y director, tus propuestas estéticas podrían ser definidas como "obras de tesis".

--Me gusta muchísimo la definición "obra de tesis", coincido plenamente en que cada nueva obra que voy planificando encierra una tesis vital con muchas líneas o subtesis adentro. "Moderna" y "El exterminador de caballos", más allá de que están atravesadas por muchos subtemas, hablan de la profunda desesperación de los jóvenes frente a un futuro abismalmente incierto, sin posibilidades, sin horizontes, y de la lucha por torcerle el brazo a ese destino "fatal" ,"El imperio de lo frágil", nace a contraluz de lo anterior, intentando abarcar otros sectores sociales, sin preocupaciones relacionadas con la supervivencia o la lucha cotidiana, sin tanta distancia entre sus anhelos y la realización de esos anhelos -dice este inteligente e inquieto realizador rosarino.

--Sos un gran escudriñador de la épocas que corren, ¿qué opinión te merece el rol del arte en los últimos años?

--Creo que el problema actual del arte, el gran debate, es cómo procesar la tensión entre autonomía e instrumentalidad, por más de que esta instrumentalidad sea "progresista", en Europa, actualmente, está casi mal visto no hablar de un tema urgente desde la perspectiva más directa posible: una miríada de obras sobre inmigrantes, muchas veces bajo la forma del biodrama, han surgido en los últimos años.

Esto es muy importante, pero siento que se está perdiendo algo de ese terreno fatal de la tragedia griega, ese lugar donde el bien y el mal definen por penal en el sentido más doloroso posible: en el terreno interno del yo- dijo Villar Rojas.

A la hora de los agradecimientos, el autor de "El imperio de lo frágil", destaca el compromiso de la directora Marcela Römer y su equipo de trabajo en el museo: Florencia Lucchesi, Lucía Alemandi y todo el staff de Macro + Castagnino.

"Sin sus aportes esta hibridación no podría haber sido posible, ya que ensayamos siete meses en el museo, no creo que haya muchos otros ejemplos en el mundo de algo así. Este es un logro en conjunto entre la institución y el excelente equipo artístico, creativo y de producción que se gestó para este proyecto independiente :Julio Chianetta, Juliana Morán, Nicolás Valentini Lassus, en lo actoral, Romina Pirani en la dirección artística y de vestuario,Vanesa Gómez en asistencia de dirección y Cindi Beltramone en la producción ejecutiva" -dice este creador al que le apasiona conjeturar que toda "obra de arte" es un fenómeno humano-colectivo.

"El ascenso real por los pisos es una metáfora del ascenso de la ficción por su propio desarrollo: progresión, crecimiento, acumulación, fuimos al Macro a vivir plenamente esta tensión entre narración y contexto espacial/simbólico, y el espectador es parte fundamental de esta investigación" -dice el dramaturgo y director teatral Sebastián Villar Rojas.