Si bien ambos proyectos encuentran en la canción una plataforma para desarrollar sus obras, las coincidencias entre Tiago Galíndez & Los lanzallamas y Ovnitorrincos van tramándose también desde lo temporal. De hecho, una década atrás Galíndez publicaba Hoy, lanzando un recorrido solista que quedaría interrumpido cuando el cantante y bajista decidió darle vida a The Kavanaghs y su fructífera propuesta de pop anglosajón. Por entonces, allá por 2005, José Ianniello, Andrés Abramowski y Germán Villarreal impulsaban La banda internazionale del laboro, proyecto de rock progresivo que se diluyó hasta que, de la mano de las canciones de Ianniello y sumando al baterista Matías Petisce, un par de años atrás se reformuló bajo el nombre Ovnitorrincos. Esta noche, a las 22, en Club de fun (Sarmiento 384) ambas bandas adelantarán los temas de sus nuevos discos, ésos que editarán (en otra confluencia de calendario) en pocos meses más.

Esta noche, entonces, Galíndez volverá a escena con temas propios, reavivando un proyecto que no invalida a su trabajo con The Kavanaghs, que se apresta a terminar la edición de su tercer disco. Sin embargo, el compositor aguardaba la posibilidad de reflotar creaciones que no encuadraban en ese proyecto colectivo. "Como en todas las cosas, cuando estás mucho tiempo dentro de un grupo empezás a querer a hacer algunas cosas personales, con otro matiz, que por ahí no entra artísticamente dentro de lo que es el grupo. Me permito ahora ir para otro lado a nivel musical", apunta Galíndez, que para su nuevo propósito se rodeó de un trío de músicos de amplio recorrido rockero: los guitarristas Huevo Alabern (de El regreso del Coelacanto) y Julián Acuña (ex Killer Burritos y Degrade), y el baterista Pato Sabetta (que junto al trío también conforma la banda tributo Fans).

"Hay un gran entendimiento y complementación a nivel humano, y a nivel musical hay una regla que tenemos que es hacerle justicia a la canción --distingue Galíndez--. Si hay una canción de corte folk o más cercana a un standard de jazz de los años 40 avanzamos. Hay mucha data, es como si estuviera tocando con tres enciclopedias, los chicos tienen tanta información que enseguida la canción toma el cuerpo que imagino cuando la compongo". De cara a este nuevo show, el cuarteto planea registrar esos temas, apostando a editar este año el nuevo disco solista de Galíndez.

En una misma sintonía, los Ovnitorrincos volverán a escena mientras avanzan con la grabación de su primer material, ése que estará atravesado por las canciones de Ianniello, que las definió como obras marcadas por "un sonido bastante garagero, de guitarras fuertes, pero en un contexto de canción". A cinco meses del comienzo de las sesiones en Estudio 312, los Ovnitorrincos reabordarán el repertorio respaldados por la experiencia lograda en el proceso de grabación.

"Quizás el tema de entrar a grabar es una buena gimnasia para ajustar mejor los arreglos, para sacar algunas cosas que no servían o se repetían entre tema y tema. La instancia del disco te hace evolucionar un poco. Tiene ese doble interés de mostrar el material y, a la vez, crecer como grupo", analiza el cantante y compositor, que se entusiasma con la posibilidad de lograr continuidad en la producción: "Nos está gustando tanto el proceso de grabar que no quisiera que pase mucho tiempo para el próximo disco. Si se dan las condiciones económicas y artísticas me encantaría sacar otro disco en un año".