Después de su paso por el cuarteto Lavial, la rosarina Sofía Vitola decidió darle vuelo a sus propias obras sosteniendo algunos preceptos performáticos que caracterizaron a aquel celebrado proyecto fem-pop. Así conformó Potra, emprendimiento al que le da vuelo grupal, y donde la cantante, guitarrista y compositora suma a Candelaria Molina (guitarra), Coche Violante (batería y coros) y Francisco Sarmiento (bajo). Convertida en Potra, Vitola le dio forma a canciones personales, esencialmente pop, que se lanzaron primero en formato breve con el Ep Electricidad, y que ahora se reúnen en Potra, el disco que esta noche, a las 21, presentará oficialmente en Berlín (Pasaje Simeoni 1128).

Para la artista rosarina (cuya trayectoria se forjó en Buenos Aires, donde también asistió a la Escuela de Música Contemporánea), la edición de un disco en formato físico representa una decisión estética e ideológica, aún cuando entiende que la circulación de música también debe defenderse en plataformas como Spotify. Fue allí donde comenzaron a circular las cuatro canciones incluidas en Electricidad, el Ep que marcó el camino conceptual para Vitola, que trabajó junto al productor Ezequiel Kronenberg en el pulido de las canciones, registradas previamente, y de manera casera, junto a su hermano Joaquín, cantante de Indios. El resultado de esa asociación es Potra, un disco conformado por once canciones de melodías efectivas, sobre las que Vitola construye su universo amoroso.

"No hay nada muy buscado, son cosas que me van saliendo --apunta la compositora--. No predetermino sobre qué voy a escribir. Por lo menos estos temas salieron así. Creo que los temas hablan más bien del amor propio. Si bien dicen 'por vos' y demás, creo que se trata más sobre el amor personal. Y hablan sobre las relaciones en general, aunque en principio parezcan canciones sobre relaciones de pareja. Las relaciones entre las personas me intrigan, me llaman la atención".

En todo ello se hace evidente una predisposición al juego, ése que le permite a Vitola transformarse en Potra, su personaje. "Me interesa mucho ese juego --reconoce--. Busco que todo tenga un sentido del humor. Si bien dedico mucho trabajo a esto, y me lo tomo muy en serio, busco el humor, reírme un poco de mí misma y del otro. Se trata de desdramatizar un poco. Aún cuando el objetivo no es ir hacia la risa. Es como cancherear un poquito".

Así, en Potra la rosarina retoma la impronta performática de Lavial, proyecto al que reconoce como marca directa. "Eso fue re importante para mí. Yo venía haciendo muchas cosas musicalmente, pero eran un poco más solemnes, con la mirada puesta dentro del escenario. En Lavial empecé a sentir un poco más el hecho de poner la mirada afuera del escenario", explica, y concluye: "En Potra eso directamente se convirtió en algo más exagerado, derribando la pared para que haya un contacto mano a mano con el público. Toda la performance se arma desde otro lugar".