Engaña, y sorprende, Manu Sija al anunciar a su proyecto con el despojado rótulo de trío. Es cierto, sí, que son tres los artistas que le dieron forma al segundo disco del músico tucumano, registrado en vivo en marzo de 2015 en el Centro Cultural Virla de San Miguel de Tucumán. Pero lo que esconde la descripción matemática es la multiplicidad de capas sonoras generadas por Sija (voz, guitarra, violín, sintetizadores, tin whistle, glockenspiel y loops), Guido Martínez (bajo) y Juanjo Bravo (batería y percusión), quienes encuentran en un abordaje jazzero la fórmula para sintetizar sus experiencias musicales previas y, desde allí, recorrer un repertorio folklórico en el que conviven clásicos de Yupanqui, Valladares y Violeta Parra con creaciones propias de Sija, Lucho Hoyos y Leo Villagra.

Ese particular espectro musical tendrá esta noche una nueva reversión con la presentación que, desde las 21.30, el trío realizará en el Petit Salón de Plataforma Lavardén (Mendoza 1085). "Las canciones van mutando a medida que vamos tocando, nunca un show es igual al otro", advierte Sija, y amplía: "El abordaje viene por el lado del jazz. A medida que el arreglo nos lo permite buscamos improvisar. El jazz es lo que a los tres nos une. Yo vengo netamente del folklore, desde chico fue mi música principal, trabajo dentro de ese ámbito. Guido, que es uno de los grandes bajistas argentinos y de los que más ha desarrollado la técnica del tapping, ha tenido sus bandas de latin jazz, ha tocado desde cumbia hasta tango, tocó mucho tiempo con Baglietto y Vitale. Y Juanjo, que es un pulpo tocando batería y percusión al mismo tiempo, viene de tocar folklore en Jujuy y de hacer mucho jazz en Buenos Aires. Venimos de diferentes ámbitos de la música y lo que nos une es el lenguaje jazzístico".

A partir de la utilización de una loopera que le permite grabar y disparar los sonidos que va generando con diversos instrumentos, Sija termina de redondear un abanico sonoro amplio y sorprendente. Un sonido personal que permite deleitarse con un folklore auténticamente jazzeado.