"Un barbero, un enterrador, un actor y un profesor de matemáticas juegan una partida de cartas en un piso que es un refugio en el que se aceptan todos los fracasos". Este es el punto de partida de Jugadores, obra del dramaturgo catalán Pau Miró, que llega a Rosario después de una exitosa versión porteña dirigida por Nelson Valente.

La obra estrenada en Barcelona, con muy buena repercusión del público y la crítica, se constituyó en una de las más taquilleras de la cartelera porteña, avalada por la solidez de un elenco integrado por primeras figuras como Daniel Fanego, Luis Machín, Osmar Núñez y Jorge Suárez.

Rosario/12 dialogó con el rosarino Luis Machín, que llega a su ciudad después de su recordado trabajo en la premiada Vigilia de noche.

--¿Cómo llegás a conformar este nuevo elenco con un director de reciente aparición en la escena porteña?, preguntó Rosario/12.

--Esta propuesta me llega a través de Sebastián Blutrach, productor de El Picadero, y desde el vamos la convocatoria anima mucho por el elenco destacado. El caso de Nelson Valente me atrae después de haber visto El loco y la camisa y descubrir en él a un director poco conocido, aun en el teatro comercial, pero que viene trabajando de manera ininterrumpida y desde hace muchos años en Banfield Teatro Ensamble, con una gran capacidad para el manejo de los actores.

--¿Cómo adaptaron el texto original de Miró a la realidad argentina?

--El autor resultaba en principio lejano en el planteo de la obra para la visión nuestra, pero confiábamos plenamente en la convocatoria de los actores, y el material ofrecía una plataforma desde donde no nos cabía duda de que se podía crecer -dice el actor al reconocer que Miró permite la posibilidad de acercar su mundo a la idiosincrasia criolla sin que se pierda la esencia de la obra.

El espectáculo que podrá verse esta noche a las 21, y el lunes a las 20, en el teatro El Círculo es, según su autor "una radiografía de las relaciones humanas, de la parte oscura e inaccesible que esconde todo el mundo, salpicada de humor y de un saludable espíritu lúdico".

"En esta experiencia -según Machín- se han combinado muy bien un elenco con gran trayectoria, un texto que en apariencia se aleja de los autores nacionales; sin embargo se puede reconocer rápidamente a estos personajes con algunos muy nuestros, no solo por las profesiones y oficios que tienen sino por el tipo de problemática que atraviesan".

Para el actor que protagonizara recientemente la miniserie Las palomas y las bombas, por la TV Pública, se trata de cuatro amigos, distanciados y nuevamente juntos para ayudarse, con algunos problemas personales y la falta del dinero que les provea nuevamente esa posibilidad de volver al juego.

"Me gusta pensarlos en abstinencia, así como me gusta que la falta de nombres propios los hace más universales. Con esto quiero decir que hace más universales las problemáticas, el intento de solucionarlas, el hecho de destacar la amistad como motor de salvación en momentos de complicaciones, y todo en una clave de humor salvador", dijo Machín a Rosario/12.

A la hora de reflexionar sobre esa cuestión del humor, el actor piensa que los personajes no son cómicos, más allá de que las composiciones rescaten ese costado de cada uno de los integrantes del elenco.

"El intento de resolver esos escollos, los lleva a delirarse con soluciones que escaparían a cualquier lógica de comportamiento sensato", dice el actor refiriéndose a la estrategia dramática de la obra.

--¿Cómo ves a Jugadores dentro del contexto amplio del teatro comercial argentino?

--Desde que reabrió sus puertas, el Teatro El Picadero está en la búsqueda de textos que puedan llegar a una gran cantidad de público, sin perder valores teatrales creativos y con la convocatoria de actores a los que también les interese un teatro masivo sin perder la esencia creativa ni anular la posibilidad de juego y entrega que otorgan las buenas obras más allá de la nacionalidad de quien las escriba.

A la hora de las identificaciones entre el público y estos queribles "jugadores", el actor rosarino destaca la posibilidad de "identificarse lúdicamente con estos entrañables personajes, reír con ellos, acompañarlos en sus decisiones y enloquecer también con sus propias locuras", reflexiona.

"Entre los cuatro -observa el actor de la obra- sin embargo, cuentan una historia en común: cuatro hombres que se sienten desplazados; el mundo ha cambiado y no lo entienden, han cambiado los valores, las reglas, y no encuentran su lugar; el dinero ha desaparecido y no regresa".

--En los últimos tiempos participás de una intensa actividad. ¿Cuáles son tus próximos proyectos?

--Por estos días sigo haciendo funciones todos los martes, también en El Picadero, hasta fines de septiembre, con una obra que me ha dado muchas satisfacciones, Vigilia de noche, dirigida por Daniel Veronese.

En la obra que recaló también por Rosario, el actor rosarino ganó el premio Trinidad Guevara como Actor Protagónico, el Premio Teatro XXI otorgado por el Getea en la Facultad de Filosofía y Letras, y fue ternado como Actor Protagónico para los Premios ACE.

En teatro, nuevamente, Veronese lo convocó a participar del elenco de Idiota, de Jordi Casanovas, que se estrenará el año que viene también en El Picadero.

"Este año filmé con Nicolás Puenzo su ópera prima Los últimos, Maracaibo, de Miguel Angel Rocca y Maxi González, La muerte de Marga Maier, de Camila Toker, y en 15 días comienzo a filmar Los padecientes, de Nicolás Tuozzo basada en la novela homónima de Gabriel Rolón.