"Tres actrices que indagan el tejido doméstico del género, la tela, el rito de la memoria, en la especificidad de un paisaje que deviene identitario", reza la presentación acerca de la propuesta que configura Tapera, monólogos del propio allá, la obra que se presentará el 21 y 22 de este mes, a las 22, en el Teatro La Manzana (San Juan 1950).

"La palabra tapera resuena como modo de nombrar una casa abandonada y, a través de ella, enfatizar una mirada periférica, que especifica su modo de hacer en lo femenino y lo doméstico", dijeron Vilma Echeverría, Pilar Sequeira y Danisa Vidosevich, creadoras de esta nueva producción. "Elegimos esta palabra para nombrarnos, con el deseo puesto en actuar y escribir mientras actuábamos. Para ello comenzamos a indagar y acopiar voces, modos y herencias, genealogías de un paisaje común", acotaron las responsables de Tapera, tal el nombre que remite a una finca rural deshabitada y en ruinas, dominada por la vegetación silvestre.

La obra está basada en los monólogos El rastrojo, de Benita Amaya, interpretado por Pilar Sequeira, La diabla, de Amanda, con actuación de Vilma Echeverría, y La ascensión, de Irene Luisa Novello, a cargo de Danisa Vidosevich.

"Concretamos así un texto escrito -explicaron- un relato a viva voz con el espacio y algunos objetos, una voz que nos construía la historia mientras hablábamos solas", dijeron estas actrices que consumaron juntas el Proyecto Intemperie y ahora conciben esta pieza que habla de las particularidades del bien y el mal cotidianos, encarnados en cuerpos signados por la marca del territorio.