Es cuanto menos curioso el proceso que debió atravesar El futuro, disco que Pablo Jubany comenzó a componer mucho antes de la aparición de su elogiado La espera, al que decidió darle forma entendiendo que necesitaba una carta de presentación más amable en comparación con el tono directo de este flamante set de canciones. A partir de esa decisión, la más que auspiciosa recepción lograda con La espera elevó la vara para esas obras que Jubany había archivado y que, ahora editadas, evidencian que la apuesta del compositor rosarino fue acertada.

Porque, es cierto, hay cierta urgencia en El futuro, la obra que esta noche, a las 21.30, Pablo Jubany estrenará en el Teatro de Plataforma Lavardén (Sarmiento y Mendoza) junto a Franco D'Ignoti, Daniel Sabransky y Ramiro González, responsables de resaltar el carácter rockero del magnético performer. Un intérprete personal y glamoroso que con este set de (viejos) estrenos no se despoja del fuerte rol dramático que caracteriza a su obra.

Ese tono, esencial en La espera, en El futuro es acompañado por formatos más propios del rock que del glam pop. Característica que le generaba cierta inquietud al autor, que recuerda: "Tuve un temor, medio megalómano, de que había gente que se había aficionado mucho a La espera y este disco podía generarle cierto rechazo por la propia naturaleza de las canciones. Mientras que La espera era un disco que invitaba a la reflexión, a ciertos desarrollos empáticos, El futuro iba a ser mucho más impositivo, arrogante, desafiante. A mi juicio cambia mucho el perfil".

Sin embargo, las devoluciones de su entorno cercano y de periodistas especializados como Juan Cruz Revello y Carolina Taffoni ("un par de casos paradigmáticos", según distingue Jubany) le devolvieron tranquilidad al creador, que hoy reconoce la continuidad entre una y otra obra. Algo natural por cierto, dada la particularidad del citado proceso creativo: La espera se compuso, grabó y editó en medio de la gestación de El futuro, situación que determinó que el cantante y autor debiera retomar algunos métodos creativos propios de otro tiempo. "Cuando a finales de la década anterior empecé a componer los temas de El futuro, por esta propia naturaleza de las canciones me pareció que era apresurado como proyecto salir con un disco con ese tipo de canciones --apunta--. Así decidí darle forma a una primera obra de una naturaleza más reflexiva, de interpelar a un público potencial. Y me parece que preparó el terreno para que pudiéramos salir con un disco como este. En su momento me parecía un poco ridículo salir con un disco como El futuro sin antes granjearnos un respeto como músicos y, en mi caso, como compositor".

- ¿Cómo jugó el paso del tiempo en relación a tu mirada sobre esas viejas canciones? ¿Incidió de algún modo en lo interpretativo?

- Lo que me pasó es que me parecía que en los temas de La espera, al ser posteriores a algunas canciones de El futuro, hay cierto refinamiento en la pluma, entonces era complicado encarar esa cuestión. Como me faltaban temas, me tuve que poner a escribir y de alguna manera tenía que igualar el tono de las canciones que tenía, fue un ejercicio volver a esa manera de escribir más directa. Respecto a la manera de interpretarlo, al momento de grabar siempre trato que la versión del disco tenga la menor cantidad de inflexiones posible. Pero como algunas de estas canciones las veníamos tocando hace mucho tiempo, tenía manierismos incorporados de tanto cantarlas, entonces al grabarlas tuve que pararme frente al micrófono y tratar de volver a la melodía germinal. Busqué generar un nuevo molde.