Hasta fin de mes puede verse en la Biblioteca Argentina "Dr. Juan Alvarez" (Pasaje Alvarez 1550) la muestra de obras recientes en técnicas mixtas de Olga Vitábile "Esos dichos de dichas y desdichas". Olga Vitábile es profesora Nacional de Dibujo por la UNL. Estudió además con Juan Grela y con Jorge Romero Brest. Fue docente en la Escuela Provincial de Artes Visuales y actualmente coordina su propio taller. Expone desde 1958. En esta exposición toma como eje temático el rescate de antiguos refranes.

Para ello emplea una diversidad de técnicas: entre otras, acuarela y collage. Un detalle simpático es que en las cartelas que acompañan cada obra, junto al título y técnica, Vitábile menciona la fuente de cada uno de los refranes que aparecen escritos en primorosa caligrafía en cada obra. Las imágenes se apoyan en los textos y aluden a elementos nombrados en los dichos, pero la relación es poética, no literal, y por momentos, enigmática. Este sesgo ligeramente onírico enriquece la propuesta.

En este sentido, algunos trabajos remiten al último Grela, quien incorporaba un surrealismo lúdico y sugerente, lleno de sinuosas curvas entrecruzadas a sus propuestas abstractas. Los puntos fuertes de las obras, realizadas todas sobre soporte cartón o papel, son por un lado, la relación entre texto e imagen, y por otro el color, en una paleta muy personal, siempre tonal y en blancos de color. En cuanto a la resolución plástica, en algunos casos esta es de una cierta precariedad, acaso deliberada. En otros, en cambio, marca un plus: la fragilidad del papel añade un matiz más al sentido, por ejemplo cuando sus pliegues se curvan para delinear escultóricamente una flor blanca.

Olga Vitábile está casada con el poeta Rubén Sevlever y es amiga de la poeta Beatriz Vallejos, a quien menciona junto a una de las obras. Pertenece a la generación de artistas rosarinos que pudieron exponer en espacios como la legendaria Galería Carrillo. Allí Vitábile realizó su primera muestra individual, completamente abstracta y centrada en el soporte papel. Aquellas formas dependían enteramente de las sombras reales y tridimensionales de los pliegues realizados en el papel: sólo éstos articulaban la composición, siempre abstracta. A cuatro décadas y a bastante distancia del rigor modernista de aquella promisoria obra inicial, la artista vuelve al papel con ternura y deja en él un legado de sueños y palabras.