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Se elige una oveja cuya lana sea de mechón largo. Al esquilarla tener cuidado de no romper el vellón. Sobre una tela de algodón puro, tensada sobre un tablero para que el aire circule, colocar los pompones obtenidos.

Se realiza la operación hasta que el animal tenga un corte parejo y elegante.

Enjuagar sin detergente para que no pierda el brillo que le otorga la lanolina tan preciada.

Cuando el material está seco, la anciana arrugada que tararea acaricia el huso (el instrumento va con "h", no discuta ortografía, el uso del verbo debe ser preciso, por eso no lleva la "h", muda, inútil...). La rueca gira, los turistas piensan Qué trabajo, nadie ya recuerda cómo se hace, mirá que lindo...

Viene largo el hilo, las hebras se unen por un suceso físico, las hebras se torsionan de un grosor variable. El ovillo crece y los giros van cambiando de eje. Ligeramente ovoide, con un par de centros en cada extremo.

El color varía de un canela claro a un marrón oscuro (Ya sé, son desaturados, no se dice "canela" no marrón", disculpas por la vulgaridad...).

Algunos ovillos se desarman y se tiñen con diferentes tintas. A veces se usa remolacha, previo uso del mordiente, queda un color morado, violeta desaturado con negro, exactamente.

Es una ciencia el uso de los vegetales para teñir lana. De antigua data, difícil de explicar para personas de poco tacto...

Terminada la operación, se rehacen los ovillos, cuidando la flojedad de la tensión empleada.

Recomiendo unas agujas No.4 o de mayor diámetro.

Se colocan a la manera inglesa, alrededor de ciento veinte puntos, por el talle, me parece.

Tejer combinando los colores pero sin hacer las consabidas rayas, tan antiguas cuán antipáticas. Punto jersey, porque se luce más la lana pura.

Al llegar a la sisa, comenzar a disminuir para la forma de la manga. Recordar que el delantero lleva disminución para el cuello, que se recomienda sea redondo, es el más aceptado.

Luego se colocan ciento treinta puntos para la espalda. Puede ser lisa, no es necesario que lleve los mismos colores que el delantero. El escote va recto. Para las mangas, medir el contorno de las muñecas e ir aumentando de acuerdo al grosor del brazo. Si se mide bien y tejido parejo, las dos mangas deben quedar exactamente iguales.

El tejido no se plancha. Del revés, con puntadas invisibles, pero seguras, se unen las partes. Probar.

Si está bien realizado, solo queda el escote. Para esto, levantar los puntos, tejer unas diez vueltas y rematar. Coser con puntadas escondidas.

Llegada a esta etapa, sólo resta pedirle al Presidente Morales que lo use.

El otro traje no es más complicado, sólo basta conocer algo de Historia.

Se busca un navegante genovés, o catalán, o chino... el detalle no es lo más importante.Se venden joyas, se arman tres naves, se busca una tripulación de reos dispuestos a todo. Finales del Medioevo (perdón, Evo...), se hace un amasijo con casi todo lo que se encuentra (Perdón, Fray Bartolomé de las Casas...).

Se estrangula, se descoyunta, con cuatro caballos es más simple. El oro se lo envía al Rey, con indios raros, que mueren de frío...

Mezclar sangre con veneno caribe, con los Austrias, con los Borbones, una pizca de hemofilia y gorriones.

Con paciencia, se espera a Franco. Dura lucha, paciencia, transición en paz para volver a la monarquía. Al revés de la historia, pero qué va....

Buena ropa de París. Mercado Común Europeo. Consumo, alegría...

Juan Carlos, muy bien vestido. Evo, de pullover.

Un funcionario de Bush, el verdadero Rey, dijo: "el mundo puede vivir sin Bolivia".

Evo, parentesco con Eva. Primera mujer, primer aymará.

En el poder. Poder y poder, mayúsculas y minúsculas.

Moda y literatura. La ropa y el sentido.

¿Salud, Pulloverevo!

Nota: La ingenuidad no tiene límites. El pullover era de acrílico y acaba de fundarse, con éxito, la compañía "Evo Fashion". Very posmo.