Martes, 11 de abril de 2006 | Hoy
Por Pacho Reydó
Viajé a Rosario, acompañado de Daniel Cabezas, productor ejecutivo de la película Nietos, Identidad y Memoria, junto con Manuel Gonçalves y María de las Victorias Ruiz, estos últimos, nietos recuperados por el trabajo de Abuelas de Plaza de Mayo. El motivo del viaje era presentar la película antedicha en la Plaza Cívica, con motivo de los 30 años del golpe, en las serie de actividades que organizó la Secretaría de Derecho Humanos de la Provincia de Santa Fe. De más esta decir que fuimos recibidos con mucho cariño por Alfredo Vivono, Liliana Ventura, Angelina y María Eugenia Bielsa, con la vice gobernadora, quedamos realmente encantados, por la sencillez y el don de gente. Mirá que hemos charlado antes con personas de igual o superior rango político que la señora María Eugenia, pero sin embargo su calidez no la viví antes con nadie.
La presentación de la película fue realmente una dicha, la receptividad del público asistente fue la esperada, la intervención de Manuel y Vicky explicando la necesidad de trabajar en conjunto toda la sociedad, en la búsqueda de los chicos que aún siguen apropiados y que desconocen su verdadera historia fue algo necesario y las preguntas del público hacia ellos fueron respondidas satisfactoriamente.
Antes de comenzar la proyección de la película, me invitaron a recorrer el Centro de Informaciones, donde funcionó el Centro Clandestino de Detención, en el cual yo estuve durante 32 días allá por octubre del `76.
Acompañado de Alfredo, comencé a subir los escalones... escalera que subí y bajé hace 29 años y medio, prácticamente en el aire, producto de las trompadas y patadas que recibía entonces. Fue durísimo entrar después de tanto tiempo al mismo lugar donde me torturaron... en mi imaginación, se sucedían los gritos de los represores y los ayes de nosotros los detenidos. Cerré los ojos e iba adivinando dónde quedaba el baño, el pasillo "perdiste", la "rotonda", la oficina de Guzmán Alfaro, la de la patota, la del Ciego, la sala de tortura... abrí los ojos y era la primera vez que veía todo eso con los ojos sin vendas... todo me parecía mas chico, producto de que bajaron los techos, fui donde era la "favela" que no es lo que era entonces, el piso ya no es de madera, sino de cerámica, agregaron dependencias que antes no existían, la escalera también la reformaron.
En la favela "vi" a Eduardo Laus, a José Oyarzábal, a Sergio Jalil, (estos tres compañeros fueron asesinados) a Manolito y su esposa, a Elba Juana Ferraro de Betanin, al Cabezón, a Lentes, todo venía a mi imagen en forma desordenada, pero qué importa el orden, lo importante es que en la memoria estos compañeros siguen presente.
Me encuentro casualmente con el "Gringo", un compañero al que conocía ahí en ese momento, que también iba por primera vez desde el `77, acompañado por su hija, a la que iba contándole todo lo por él vivido. Yo solo lo observaba, le decía a su hija: "Acá en la favela había dos muchachos que esperaban para ser juzgados por un Consejo de Guerra: Cabezón y Lentes, de 24 y 21 años... nunca vi nada igual, esposados y vendados le hacían frente a los milicos. Les decían: no me pegués, te aprovechas porque estoy esposado, sos un cagón, vos me podés matar seguramente de acá camino a Coronda y tirarme en una zanja, pero no podés matarme legalmente, porque no te podés hacer cargo ante la sociedad de mi muerte... sos un cagón. Yo escuchaba este relato que le hacía a su hija de 22 años y sentí un enorme orgullo de ser amigo del Cabezón, con el que iba a cenar esa misma noche y de Lentes, quien es el padrino de mi hijo menor. El Gringo relataba que estos dos compañeros, la noche anterior a ser trasladados nuevamente a Coronda, cantaron durante toda la noche el Himno Nacional, mientras el Gringo y otros compañeros, en el Pozo, abrazados entre ellos lloraban por la suerte de esos dos "gigantes".
Salí nuevamente a la Plaza Cívica con el corazón satisfecho, la memoria empezaba a dar sus frutos, la verdad y la justicia, es algo que podemos alcanzar.
Fueron 29 años y medio... pero valió la pena.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.