Un cruce entre barrabravas de Central y Boca en el peaje de General Lagos derivó en un enfrentamiento a tiros que desbordó a los efectivos policiales. Media hora antes de la madrugada del lunes los barras de ambas parcialidades (los de Central regresaban de cancha de Banfield y los de Boca, del estadio de Colón) se cruzaron en una estación de peaje y tras algunos insultos protagonizaron un enfrentamiento con armas de fuego que arrojó como saldo 15 heridos, 123 detenidos, y sólo un imputado por los hechos. "Los fuimos liberando porque no había pruebas", reconoció un auxiliar de la Comisaría 5º, donde fueron trasladados más de un centenar de barrabravas canallas.

A las 23.20 del domingo tres micros con barras de Boca, que venían de ver al primer equipo que jugó ante Colón en la capital provincial, se detuvieron en la estación de peaje de General Lagos, donde ya se encontraban dos colectivos con barras de Central, quienes provenían del sur bonaerense, donde el conjunto canalla visitó a Banfield.

Tras cruzarse algunos insultos por la ventanillas de los colectivos los barras descendieron de los micros y protagonizaron una enfrentamiento a balazos que desbordó a los 50 efectivos de policía que custodiaban a los micros. "Empezaron a insultarse. De inmediato comenzaron a bajar de los colectivos y se desató un tiroteo impresionante", contó uno de los choferes que traía a la ciudad a los barras de Central. "El cruce a balazos fue tan impresionante que la policía quedó atrapada en el medio y no pudo hacer nada", detalló el conductor.

Uno de los micros de Central recibió ocho impactos de bala y el otro cinco. Ambas hinchas eran escoltadas por efectivos policiales, pero tras desatarse la balacera el personal de custodia debió protegerse, demorando así por algunos minutos su intervención.

Al finalizar la balacera uno de los choferes del micro canalla trasladó a tres hinchas heridos al Hospital Zonal San Felipe de San Nicolás. Pero durante el traslado el micro siguió recibiendo balazos del otro lado de la autopista: "Había tres personas que sangraban mucho y las llevé al hospital. Pero aún así seguían disparándonos", confió Ricardo.

El duro enfrentamiento dejó 15 heridos, siendo uno de ellos un efectivo policial, de los cuales dos se encuentran con pronóstico reservado. Un barra canalla fue derivado al Hospital Provincial del Centenario y otro al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca). El primero fue internado con dos heridas de arma blanca (una en la pierna y otra en el glúteo) y el segundo con heridas en brazos y rostro producidas por perdigonadas. Pero ambos se encuentran fuera de peligro.

Los hinchas de Boca, en tanto, fueron trasladados a San Nicolás por sus compañeros de tribuna. Y dos presentaban heridas de gravedad. Se trata de Joaquín Viñals, de 48 años, y Juan Carlos Estévez, de 43, quienes quedaron internados en terapia intensiva con heridas de bala en la cabeza. Mientras que Gerardo Rueda, Miguel Mariani y Alberto Gano fueron internados en sala común y están fuera de peligro. El resto de los hinchas xeneizes que ingresaron al nosocomio dejaron el Hospital San Felipe sin recibir el alta médica. Es que horas después de los incidentes pasó por el hospital una trafic y se llevó a los barras.

La policía santafesina detuvo a 123 barras de Central, mientras que en jurisdicción de la provincia de Buenos Aires las autoridades policiales no arrestaron a ninguno de los violentos xeneizes que intervinieron en el enfrentamiento. Y a pesar de la gran cantidad de detenidos sólo uno fue imputado.

"Fue una carnicería, por lo menos se dispararon más de cien balazos y también se utilizaron armas blancas", confió un efectivo de la comisaría 5ª, donde fueron trasladados los detenidos. Por su parte, el comisario inspector Eduardo Aucar, Jefe de Orden Público de la policía santafesina, aseguró que en el peaje de General Lagos "se había montado un operativo importante en prevención de un enfrentamiento entre las hinchadas de Boca y Central". "Había no menos de seis patrulleros y unos veinte policías uniformados para disuadir cualquier tipo de agresión".

"Pero a esta gente ﷓agregó Aucar﷓, que en su mayoría son delincuentes, no les interesa la presencia policial, y así como agreden en la cancha al personal uniformado que está de custodia, no tienen ningún reparo en efectuar disparos de un colectivo a otro, incluso hay un policía con un disparo en una pierna".

El funcionario policial también precisó que las armas utilizadas en la refriega "estaban ocultas en los colectivos". "En uno de los colectivos que se revisó se han encontrado en lugares muy escondidos tres armas de fuego: un pistolón, un 38 y un revólver calibre 22.", agregó Aucar.